EMPRENDIMIENTO

Buenos negocios con sabor pacífico

Cuatro jóvenes emprendedores del Pacífico pusieron a prueba su ingenio para hacerle frente al desempleo, innovar y generar nuevas oportunidades de negocios para la región y para otros colombianos. Estas son sus historias.

30 de mayo de 2019

Los emprendedores del Pacífico quieren tomarle la delantera al desempleo, a las brechas sociales y a la corrupción que azota a esta zona del país. A través de innovación, programas de liderazgo y creación de nuevos modelos de negocio, aportan a esta región con ideas que prometen impulsar el desarrollo, principalmente, de las comunidades afro. Cuatro jóvenes empresarios de la región cuentan en qué están sus negocios.

Diseños que dignifican

Lía Samantha Diseñadora de modas. La diseñadora Lía Samantha ya fue invitada a participar en pasarelas en el exterior.

La diseñadora Lia Samantha recibió un llamado especial de África durante un viaje, hace 10 años, a Canadá con su banda de reggae. A kilómetros de su casa decidió visitar el barrio afro en Toronto y se encontró con las telas africanas. Los patrones de estas le hablaron al oído de liberación de sus ancestros, equilibrio con la naturaleza y lenguaje del universo.

Al principio el mensaje no fue del todo claro, pero la iluminación de la misma naturaleza le abrió camino en un mundo que no era desconocido para ella. Papá sastre y abuela modista, Lia Samantha fue amiga de la máquina de coser desde que era una niña, pero después de ese viaje la vida la llenó de revelaciones. “Fue como cuando escuchas una canción en inglés que te encanta y sientes que te identifica, pero no entiendes nada. Luego buscas las traducción y te das cuenta que habla exactamente de lo que estás viviendo”.

Cargada de reivindicación, resistencia y lucha, Lia Samantha empezó en la moda sin esperar que las personas se identificaran con lo que a ella le gustaba.

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Pronto, la semilla de su negocio fertilizó. La artista confeccionaba los vestuarios para sus presentaciones musicales y sin proponérselo se convirtió en una vitrina andante. Lia Samantha pensaba que su estilo solo le gustaba a ella y a un par de amigas. Pero siete años después, aquel proyecto echaría raíces y la llevaría a todas las pasarelas del país.

Cuando llegó a ColombiaModa en 2014, con su primera colección Everyday Afro, quería mostrar con dignidad las estéticas de la cultura afro. Desde entonces ese ha sido el hilo conductor más fuerte de la marca en la que su hermana ha sido su aliada.

Hace dos años creó su propia tienda, un lugar inspirado en la sala de su casa. Ha diseñado 7 colecciones y ha colaborado con marcas como Nike y Head & Shoulders. Después de recorrer las principales pasarelas del país, se prepara para aceptar las invitaciones a los desfiles internacionales de la Semana de la Moda en Nueva York, Milán, París y Londres. De la mano de su papá, de quien heredó el amor por el arte, trabaja para tener su propio taller.

Andando y viajando

William Klinger Fundador de Andando. El modelo de negocio de Andando beneficia a familias del pacífico, que se convierten en anfitrionas de los turistas.

Un viaje en 2013 al Parque Nacional Ensanada de Utría cambió la perspectiva de William Klinger. Visitó como turista su propia tierra pero se dio cuenta de que el servicio a los viajeros distaba mucho de la realidad en la que vivían los lugareños. En el cuarto día de su viaje decidió visitar a un familiar en la cabecera municipal de Nuquí y pasó de bañarse en una elegante ducha a utilizar dos baldes y una coca.

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“En ese momento supe que no era coherente prestar un servicio turístico de impecable calidad mientras que la comunidad que vive alrededor tenía sus necesidades básicas insatisfechas”, dijo. Así nació la idea de construir una alternativa para crear y promocionar el turismo en destinos rurales.

Cinco años después comenzó Andando, un marketplace de ecoturismo comunitario que conecta viajeros responsables con anfitriones en destinos rurales.

Andando se basa en un modelo de negocio en el que se benefician tres familias distintas en el norte del Pacífico colombiano. Cada núcleo familiar se convierte en anfitrión de los turistas para ofrecerles los servicios de transporte, alimentación y alojamiento. Los planes, incluido uno de expediciones programadas, son organizados por el equipo de Andando y el viajero elige el paquete o servicio de su preferencia.

Desde hace un año, William y su equipo trabajan para tener anfitriones que se identifiquen con su filosofía.

En cada destino cuenta con un operador local que se encarga de recibir a los turistas y enlazarlos con los anfitriones. Con ese modelo ha logrado abaratar costos, disminuir el impacto ambiental y revertir los excedentes generados por los servicios a un fondo de proyectos sociales y ambientales de la comunidad.

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Como el negocio de turismo en esta zona del Chocó es estacional y genera más ventas durante el segundo semestre, cuando los turistas viajan para vivir la experiencia de conocer las ballenas, eligieron a esta región como su sala de parto natural, el equipo de Andando se propuso impulsar esta región como zona turística en cualquier época del año y lo están logrando.

En su primera fase, Andando vinculó a 12 familias en la región del Pacífico norte en el Chocó y en el futuro más cercano esperan trabajar con 50 de ellas y extenderse a tres subregiones más.

Domicilios en Chocó

Esneyder Moreno Socio de Domibdó. La capacitación es un tema clave en este modelo de negocio.

La primera aplicación móvil de domicilios aterrizó en el Chocó gracias a un joven de 23 años. Esneyder Moreno Mosquera, ingeniero de sistemas nacido en Quibdó, convirtió una necesidad en un emprendimiento que promete catapultar este idea de negocio en la opción número uno de la región, a donde las grandes aplicaciones de este tipo todavía no llegan. Después de pedir un domicilio, él y su amigo Héctor Francisco Perea, pensaron que hacía falta un servicio que acercara a los ciudadanos con los establecimientos comerciales en un solo clic, generara empleo y ayudara al desarrollo económico de la capital de ese departamento.

Con esa idea crearon Domibdó, una aplicación móvil que promete no solo desplazar a la tradicional llamada, sino generar nuevas oportunidades de empleo en el departamento.

En diciembre de 2018 lanzaron la aplicación y desde ese momento han consolidado un numeroso grupo de restaurantes, heladerías, licoreras y farmacias. “El primer desafío fue captar aliados. Al principio nos encargábamos directamente de hablar con los dueños de los negocios, el resto fue venderles la idea”, dijo Esneyder.

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Iniciaron operaciones con 10 restaurantes y el reto de ser pioneros en un negocio que en las ciudades principales del país se consolida. Después de cinco meses, Domibdó tiene más de 2.500 clientes y cubre gran parte del comercio quibdoseño: 22 sitios de comida, 3 heladerías principales, 4 licorerías y una farmacia.

El emprendimiento que inició con dos personas hoy es un equipo de siete y genera empleo a los domicialiarios, así como oportunidades académicas.

“Así como esperamos que esta sea una fuente de ingreso para ellos, también queremos que fortalezcan sus habilidades y avancen académicamente. En las noches pusimos a nuestros domiciliarios a realizar un curso de Google en marketing digital para que crezcan profesionalmente”.

Por ahora planean posicionar más la aplicación y generar este año el despliegue de su emprendimiento en San Andrés y el Valle del Cauca. “Pusimos a andar esta iniciativa y la gente se ha dado cuenta que en el Chocó hay talento y que esas capacidades se pueden convertir en oportunidades de desarrollo", explicó Moreno.

Bámbara, moviendo economías locales

Lina Lucumí Socia de Bámbara. La fórmula de expansión por el país de Bámbara ha sido apostarle a un modelo de distribución entre mujeres afro.

Menjurjes, humectantes, trapitos y perendengues forman parte del emprendimiento que crearon en 2017 Malle Beleño y Lina Lucumí. Trabajan con productos 100% naturales que le apuestan a la producción artesanal sustentable.

Después de algunos años de activismo, investigación y liderazgo, la reivindicación del cabello afro como agente político les había dado a estas dos mujeres del Pacífico colombiano suficientes lecciones sobre cómo liberarse ya no de las cadenas físicas de la esclavitud sino de las opresiones modernas marcadas por estereotipos y prejuicios sociales.

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En 2014, las discusiones que sostuvieron en Entre Chontudas, un grupo en Facebook en el que varias mujeres afro compartían sus experiencias, llevaron a Malle a publicar consejos para el cuidado de ese tipo de cabello a través de las redes sociales. Muchas de sus amigas y seguidoras le preguntaban por los productos que ella utilizaba y en ese momento se dio cuenta de que todas compartían una necesidad: encontrar productos elaborados para su tipo de cabello.

En pocos meses terminó creando una marca con su propio nombre en la que Lina la apoyaba. Su amistad se convirtió en una sociedad cuando hace dos años lanzaron Bámbara, una marca con el enfoque de justicia económica. “En ese momento pensamos en empresas que involucren sectores históricamente marginados o alternativos. Nos propusimos que todas las acciones de nuestro negocio deberían estar enfocadas en la democratización de los mercados”, explicó Lina.

La elección de los componentes activos para los productos fue sencillo. Querían tener el sello 100% orgánico y los frutos de su región le ofrecían eso. Su reto más grande ha sido la inyección de capital. Las dos trabajan y le dedican a este emprendimiento todo el tiempo que no están en su horario laboral.

El primer aliado en su crecimiento fueron las redes sociales. En dos años estas dos mujeres están trabajando en levantar un laboratorio propio y tienen dos de apoyo. La fórmula de su expansión por el país ha sido apostarle a un modelo de distribución que incluye a mujeres como ellas. No están en las grandes cadenas de distribución sino que trabajan con 17 emprendedoras aliadas en varias ciudades que se convirtieron en embajadoras del espíritu de su marca.

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Con Bámbara, como ellas lo explican, están contribuyendo a la legitimación política de las esteticidades ignoradas, mientras fortalecen el empoderamiento y le dicen adiós al uso de alisadoras, sulfatos, parabenos y derivados del petróleo en los productos que hoy están dirigidos para todo tipo de cabellos.