El Gobierno podría gastar hasta $27 billones más este año

En 2012, cuando nació la regla fiscal en Colombia, las autoridades la blindaron tan bien, que lograron evitar que el gasto público se saliera de control en estos años. Sin embargo, llegado un caso extremo, la Ley permite darle varias salidas al Gobierno.

De hecho, ni siquiera en la caída de los precios del petróleo y la migración venezolana, las últimas dos fuertes crisis que ha vivido el país, los ministros de Hacienda usaron estas cláusulas. En su lugar modificaron las metas de déficit, con el aval del Comité Consultivo de la Regla Fiscal. Generaron polémica en su momento, pero estos cambios no se comparan con las medidas que podría tomar el gobierno de Iván Duque, que dependerán del visto bueno de dicho comité.

De hecho, este grupo de expertos ya autorizó al Ejecutivo a usar una de las tres cláusulas de escape que tiene la regla, con la cual podrá tener mayor margen de manibra, aunque aún no le fijaron la meta de déficit que deberá cumplir.

No obstante, esta cifra llegaría por lo menos a 4,9% del PIB, que es 2,7 puntos porcentuales más al déficit planeado inicialmente (2,2% del PIB), espacio con el cual el Gobierno cubriría el mayor gasto necesario, así como los menores ingresos por impuestos.

Las 3 salidas

Y es que la regla tiene varias opciones para darle un respiro al país. Una de ellas es contar con un mayor déficit fiscal, ahora que la economía estará mucho más por debajo de su nivel potencial.

La diferencia entre el crecimiento real y el potencial, denominada brecha del producto interno bruto (PIB), estaba en 2,5% del PIB para este año. Pero el bajonazo que traerá consigo el coronavirus y las medidas de aislamiento para mitigarlo, dispararán esta cifra a 6,3% del PIB. De ser así, el Gobierno podría gastar 0,7% del PIB más este año, o sea, unos $7 billones adicionales.

Según el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, “todas las posibilidades existen, pero lo que debe quedar claro es que nos hemos endeudado y probablemente necesitaremos endeudarnos más (…), y si eso implica que se demore más el ajuste fiscal, pues así se tiene que entender”.

En este punto coincide el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien en una columna en El Tiempo, hizo énfasis en que el país debe apostar por medidas no ortodoxas.

Fuente: Minhacienda

“En 2009, el déficit era de 4,6% y nadie decía nada; en 2010 fue de 3,9% y tampoco nadie se asombraba. ¿Por qué, entonces, cuando hoy es de 2,2% no podemos relajar la regla un par de puntos y aumentar el endeudamiento?”, agrega.

Esta, sin dudas, será una de las opciones del Ejecutivo una vez reciba el visto bueno del Comité, que, no obstante, podría ir más allá y adoptar el llamado gasto contracíclico.

La medida le permitiría al Gobierno aumentar su gasto hasta en 1,25% del PIB más y se podría activar siempre y cuando la proyección de la economía sea inferior a 1,6%, como probablemente suceda. De hecho, Corficolombiana prevé que esta medida se activará este año y, en total, el Gobierno tendría luz verde para gastar $20,2 billones de más.

“La regla es suficientemente flexible para permitir un aumento del déficit de entre 2% y 2,9% del PIB, con respecto al 2,2% previsto en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, de manera que el déficit total exigido para este año estaría entre 4,2% y 5,1% del PIB”, dice la firma.

Y agrega que el próximo año la flexibilización de la regla llevaría a que la meta de déficit pase de 1,8% del PIB hasta niveles de 2,9% a 3,9%, es decir, liberaría un espacio de entre $11 billones y $15 billones para mitigar la emergencia generada por el virus y contener la caída en los precios del petróleo.

Disyuntivas

Lo anterior responde a las elevadas necesidades a cubrir, que pueden ascender a entre $48 billones y $65 billones por cada mes de cuarentena. Eso sin contar con las eventuales mayores tasas de desempleo y la destrucción de empresas.

Así lo estima Fedesarrollo. Su director, Luis Fernando Mejía, explica que “el periodo de recuperación de la economía es directamente proporcional a la duración de la cuarentena. Es decir, si dura un mes el aislamiento, tomaría al menos un mes adicional recuperarse”.

Anif cree que estos escenarios significarían “cambiar un mal muy malo por otro peor”, pues implicarían apagar gran parte del aparato productivo del país.

Se trata, pues, de una disyuntiva para el Ejecutivo, que deberá balancear la salud de los colombianos y de la economía. En efecto, una cuarentena extendida tendría consecuencias tanto o más graves que las del virus.

En cualquier caso, las metas de déficit y deuda parecen ser, en este momento, la menor preocupación para el Gobierno. Este, en últimas, también podría suspender de lleno la regla.