¿QUÉ LEER?

Nuevas propuestas para combatir la pobreza

En el libro Who owns Poverty, Martin Burt, de Fundación Paraguaya, sugiere formular varias preguntas para erradicarla.

31 de octubre de 2019

¿Por qué ha sido tan difícil erradicar la pobreza en el mundo? ¿Qué pasaría si casi todo lo que hoy se sabe acerca de este tema estuviera errado? ¿O si los economistas, sociólogos y políticos estuvieran usando las estrategias equivocadas para combatirla?

Esas preguntas sirven de punto de partida al libro Who owns Poverty, escrito por Martín Burt, CEO de Fundación Paraguaya, una empresa social que trabaja en Asunción desde 1985 para desarrollar iniciativas innovadoras encaminadas a erradicar este flagelo. Aunque cada corriente política, desde el marxismo hasta el capitalismo y la religión ha aportado sus propias definiciones sobre lo que es pobreza, sus maneras de explicarla no han logrado combatirla de manera eficaz. Aún más, la pobreza ya no es un asunto que sucede en ciertas partes del mundo sino que se ha vuelto ubicua. “Las brechas entre ricos y pobres están al alza en Estados Unidos, Canadá, Francia, Suecia y Alemania, entre otros, al punto que hemos acuñado la palabra ‘los trabajadores pobres’”, explica Burt.

Ni siquiera ha sido suficiente la visión multifacética de la pobreza que hoy se tiene, según la cual son la infraestructura, la salud, la educación y la representación política los determinantes claves de este mal. Para Burt el problema radica en que la pobreza siempre se ha mirado desde arriba, desde la élite, desde la óptica de los gobernantes y, por supuesto, desde la riqueza. Por lo tanto, ha primado la perspectiva de lo que les entra (el ingreso) y lo que les sale (consumo). Esa mirada ha tergiversado lo que significa ser pobre y ha dejado a esta población sin voz ni voto en estas discusiones. “Hay muy poco espacio dentro de ese actual paradigma para que una persona pobre pueda tener algún control sobre los factores que crean su pobreza. Es demasiado grande. Muy difícil de influenciar. Fuera de su alcance”, explica. Además, esa mirada lleva a acciones que él considera obsoletas, como dar vacunas y construir puentes o donar zapatos. “Así se ganará la batalla pero no la guerra”, dice.

Para comenzar una nueva conversación acerca de la pobreza el experto propone en su libro preguntar quién es su dueño en lugar de qué es. Esta pregunta llevará a incluir más a los pobres que siempre han sido recipientes pasivos de las decisiones que otros hacen de su situación, según sus métricas y no según las de los mismos pobres.

Burt espera que con el cambio de pregunta la respuesta incluya un conocimiento sorprendente y muchas veces desconocido que él ha podido entrever en su trabajo en Fundación Paraguaya. Allí ha observado que la pobreza es más que una definición acerca de cuánto recibe al día en dólares un individuo. En su trabajo ha sido testigo de la felicidad, generosidad, creatividad, capacidad de resolver problemas de los pobres y eso “me ha enseñado que esto es mucho más que una clasificación binaria de ricos vs. pobres”.

Pobreza es más que poco dinero y esa visión reduccionista impide que haya mejores soluciones al problema. Por eso, con solo cambiar la pregunta el mundo avanzaría mucho. “¿Qué pasaría si les damos la pobreza a los pobres y si son ellos los que definen su concepción de éxito?”, propone el autor. Este libro es un intento por empezar a explorar esa nueva mirada innovadora para ganar esta guerra contra la pobreza global, una visión que, según Burt, requiere que “todos nosotros descubramos que estamos juntos en esta batalla”.