INDUSTRIAS CULTURALES

Economía naranja: ¿qué tan necesario es para los artistas asesorarse legalmente?

La asesoría legal para artistas es un aspecto que va mucho más allá de la protección de derechos de autor. Su uso apropiado le puede generar ingresos muchos más altos a quienes se dedican a las industrias creativas.

25 de noviembre de 2019

El fomento de la economía naranja ha traído consigo una serie de beneficios para las personas que enfocan su trabajo en las industrias creativas. Sin embargo, el tratamiento legal que se hace a los productos que derivan de estas es un aspecto que pocas veces es tratado con profundidad.

Existen casos en los que el cliente no sabe qué es lo que está consumiendo cuando se dirige a una firma de abogados. Bien sea de derecho financiero, minero o de telecomunicaciones, el tratamiento legal que se hace es algo que solo comprende a la perfección el abogado en su lenguaje jurídico.

Por lo general, tratamiento que proporcionan de las firmas de abogados en cuanto a la protección de productos artísticos y de industrias creativas es básico. Trabajan temas de derechos de autor y, en ocasiones muy específicas, derechos patrimoniales y derechos morales. Pero el correcto proceso reúne muchos otros factores que pocas veces son contemplados por las firmas convencionales.

Por tal motivo Juan Miguel Cifuentes, abogado consultor de industrias del entretenimiento y músico empírico, desarrolló un trabajo que está pensado en los artistas. A través de la firma de servicios legales especializada en las artes e industrias creativas, Legal Tape, Cifuentes busca generar confianza en el artista para que este no solo confíe sus creaciones a un abogado, sino que además conozca de primera mano cómo son los procesos legales que se desarrollan en torno a su obra.

“No solo se trata de abogar por los derechos de autor de cada una de las producciones que derivan de las industrias creativas, sino de ir más allá”, explica el abogado. Cada obra o pieza artística converge una serie de elementos que pocas veces son contemplados y trabajados adecuadamente. De modo que en esta firma se trabajan aspectos como la comercialización, derechos de producción y derechos de interpretación, entre otros.

“En el caso de un escritor, por ejemplo, se hace el respectivo registro ante derechos de autor de la obra. Tratándose de un libro se tramita el número internacional de publicaciones (ISBN), además de coordinar los contratos editoriales que contemple los ejemplares físicos, las publicaciones en línea y si habrá otros usos de la obra como una obra derivada”, explica Cifuentes.

En cuanto a la industria audiovisual, la firma contempla distintas aristas. Entre estas destacan los derechos del productors, del guionista, del directo y de los actores. Además, se aboga por los derechos de la comercialización de un producto dependiendo su formato, bien sea streaming o una obra cinematográfica.

Así mismo, en pro de ampliar su portafolio y apoyar a más personas de las industrias de la economía naranja, la firma posee una línea de servicios en la cual ha llegado a trabajar con industrias de software, una de estas, por ejemplo, es la línea  especializada en el desarrollo de videojuegos, en la cual como explica el abogado, convergen distintas ramas del arte como el diseño gráfico, la animación y por supuesto, el desarrollo de storytelling.

El registro

La industria musical, por otra parte, tiene en cuenta varios factores delicados. Uno de estos es la protección del nombre artístico, bien sea solista o grupo. El no registro del nombre como marca implica varios riesgos para el artista, entre esos, que alguien más lo registre primero.

Desde el 2001, las obras protegidas por derecho de autor adquieren los derechos desde el momento en el que son creadas. Es decir, desde el momento en el que se aprieta el botón de la cámara para sacar una fotografía, se hace un dibujo o caricatura bien sea en un cuaderno o incluso una servilleta y demás casos, una pieza adquiere derechos.

No obstante, para realizar distintas actividades a partir de una obra es necesario formalizar un registro. Si bien no es obligatorio, este registro tiene un carácter probatorio, para hacer válidos los derechos sobre la pieza y atribuir los ingresos que deriven de esta.

Este registro tiene repercusiones en otro tipo de jurisdicciones y ramas artísticas. “El registro no solo involucra derechos sobre su nombre, sino también sobre su obra y su imagen”, explica Cifuentes. Es decir que tiene grandes repercusiones los ingresos que un artista obtiene a partir del uso de su nombre e imágen como marca.

Anteriormente estaba establecido que la gestión colectiva, es decir, la representación de Sayco y Acinpro, en el caso de la música, Egeda, en la industria audiovisual o el Centro Colombiano de Derechos Reprográficos en la industria editorial, se realizaba de forma automática.

Sin embargo, esto cambió a partir de 2010 a través de cambios en la legislación de tal modo que ahora es posible la gestión colectiva o individual. “Ahora es más común que los artistas  emergentes opten por una gestión individual, ya que esta les otorga una potestad mayor al artista”, comenta el experto.

Los derechos patrimoniales

Ya que la industria del entretenimiento se presta para la informalidad, existen ciertos vacíos en cuanto a la forma en que un artista puede sacar alguna ganancia de lo que hace. Existen 5 derechos patrimoniales que tienen peso sobre los ingresos que genera una obra. Estos son: reproducción, comunicación pública, sincronización, modificación y distribución.

Estos derechos tienden a generar importantes ganancias en cuanto a regalías. La cesión de uno de estos derechos genera distintos beneficios y regalías de las obras. Así mismo, un artista debe estar consciente del tiempo de cesión y demás implicaciones. “Muchas veces los artistas no conocen cuáles son las implicaciones que esto conlleva, por eso en Legal tape brindamos esta asesoría”, afirma Cifuentes.

Actualmente, las industrias creativas representan el 3,3% del PIB del país, según lo informó el ministerio de las TIC. Además, gracias al estímulo a la economía naranja, en el último año se han invertido cerca de $14.000 millones, e igualmente, la convocatoria del Programa de Concertación Cultural, apoyó con más de $46.000 millones a 2.053 proyectos de industrias creativas en todo el país para facilitar y hacer visibles actividades, procesos y proyectos artísticos y culturales.

Desde la experiencia, Cifuentes ha visto que la mayoría de los artistas solo acuden a la asesoría legal cuando tienen problemas con sus obras, pero aún no conocen los beneficios económicos que trae abordar estos asuntos desde el principio y de manera precautelativa. Actualmente, la firma trabaja en conjunto con Procolombia en el que se contemplan los servicios para el acceso a créditos para industrias creativas, los beneficios tributarios e incentivos que existen para estas.