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INFLACIÓN

¿Qué tanto le pega la devaluación a la gasolina y a las medicinas?

El Gobierno y el Banco de la República han insistido en que el aumento del dólar no ha tenido un gran impacto sobre la economía y la inflación. Pero los analistas, empresarios y consumidores están cada vez más preocupados por sus efectos. Durante el último año, la tasa de cambio se ha devaluado alrededor de 16%, al pasar de niveles cercanos a los $3.000 a los $3.431 con que cerró esta semana. Pero incluso se ha llegado a negociar arriba de los $3.500, por primera vez en la historia, un nivel que pocos veían posible a comienzos de 2019.

16 de octubre de 2019

Gasolina

Por el lado de los combustibles, el tema es complejo. Cuando los precios internacionales del crudo suben, casi siempre se revalúa el peso, con la correspondiente caída en la cotización del dólar. Así, esa situación permite una cierta estabilidad en la relación de las variables de “precio del crudo” y “precio del dólar”.

En lo corrido del año, la correlación entre precios del crudo y precio del dólar ha sido clara. Hasta el momento, el crudo ha caído de precio y eso se ha reflejado en un alza en la cotización del dólar.

Sin embargo, para Julio César Vera, experto en asuntos de hidrocarburos y combustibles, hacia final del año se podría presentar una presión al alza en el precio de los combustibles, derivada del incremento en el precio del dólar.

Lo que ocurre con este precio es clave, pues el Gobierno ha tratado de saldar las cuentas del famoso Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles (Fepc), que al cierre del año pasado había acumulado un déficit de $14 billones. Este déficit evidencia que, durante los últimos años, los colombianos han venido pagando un precio de la gasolina por debajo de lo que debería costar por cuenta de los precios internacionales del crudo.

Según Vera, en este mismo momento el precio interno de la gasolina se encuentra muy cercano a su punto de equilibrio respecto de los precios internacionales. En esas circunstancias, esto deja de ser una presión para las finanzas públicas. Sin embargo, para que se presente esa situación de ‘cuasi equilibrio’ ha sido muy útil la medida que adoptó el Congreso de la República a través del Plan de Desarrollo de reducir el IVA de los combustibles de 19% a 5%, lo que ha permitido prácticamente nivelar los precios de la gasolina en el mercado interno al precio internacional. Aún así, el riesgo persiste, pues apenas se dé un incremento en el precio del barril o una mayor devaluación del peso habrá presión al alza.

El tema es sensible desde el punto de vista fiscal, porque el país tuvo que liquidar por la vía de emisión de TES el saldo de los $14 billones que tenía de déficit el Fepc.

En las actuales circunstancias, el Gobierno tiene que decidir si mantiene el precio de los combustibles como un tema fiscal o se da el lapo y lo vuelve un asunto social subiéndole el precio a todos los consumidores. Ese es el dilema en este frente.

Medicina

El precio de los medicamentos es muy sensible al precio del dólar. Según Luis Alfonso Díaz, presidente de Pharmetique, uno de los laboratorios colombianos más representantivos, Colombia importó el año pasado US$2.300 millones en medicinas, mientras que solo exportó US$200 millones. Así que un alza del dólar le pega directamente a los precios.

Díaz recuerda que hace 20 años la industria farmacéutica colombiana solo importaba 30% de sus ventas. Esto confirma que la vulnerabilidad frente a cualquier variación del dólar es alta.

Para el empresario, muy pronto todos los laboratorios van a tener que iniciar el alza en los precios de los medicamentos importados, pues ya comprar dólares para importar se vuelve más costoso que hace un año.

A esto se le suma otro factor: el costo de las materias primas para producir medicamentos en Colombia se impacta igualmente, porque al menos la mitad de esos productos-base es importada.

Pero el problema es sistémico. Cabe recordar que actualmente algo más de 15% del gasto total en salud es de bolsillo. El resto se gira directamente contra el presupuesto público destinado a la salud.