GUILLERMO VALENCIA

Cambalache argentino: ¿subsidios por democracia?

El regreso de Cristina Kirchner al poder significaría la destrucción de las instituciones democráticas argentinas, y se repetiría una mala decisión del pasado.

Gustavo Valencia Patiño, Gustavo Valencia Patiño
20 de agosto de 2019

Los gobiernos latinoamericanos recientes se han caracterizado por fluctuar entre la izquierda y la derecha. Esto, que en Europa se produce sin traumas, supone un drástico cambio en nuestro continente por la falta de instituciones fuertes, sumado a que estos nuevos gobiernos llegan al poder en medio de desafiantes panoramas económicos causados por la variación del precio del dólar y las materias primas.

Recordemos a México en 1984. En esa época el gobierno de López Portillo entró en una profunda crisis, tras el colapso del precio del crudo y a la gran fortaleza del dólar. Esto, que no fue exclusivo de México, produjo la crisis de deuda latinoamericana. Dos décadas después, líderes de izquierda populista habían llegado a Brasil, Venezuela, Argentina y Bolivia.

Hoy, de nuevo Argentina podría tener a un populista en el poder. En este país, el gobierno de Mauricio Macri fue incapaz de lograr las reformas económicas necesarias. Por su parte, la campaña demagógica de los Kirchner podría ganar las elecciones bajo la figura de la vicepresidencia. 

Sin entrar en detalles sobre los casos judiciales de Cristina Kirchner, que en sí mismos representan un reto de gobernabilidad en el caso de que Alberto Fernández gane la presidencia, es claro que la herencia para Argentina de su gobierno no fue positiva. 

Cristina logró llegar al poder gracias a la falta de crecimiento económico, al exceso de corrupción y desigualdad. Ella supo encarnar el discurso demagógico, que llamaba al cambio, extirpó la posibilidad del crecimiento económico y debilitó las instituciones, haciendo de la democracia su principal víctima.  

¿Qué ocurre hoy? Si bien los indicadores de Argentina no son positivos y el gobierno actual ha brillado por sus desatinos, las votaciones que se avecinan no son en contra de Macri, la izquierda, la derecha o los subsidios. Lo que está en juego, es el futuro de la democracia argentina, su existencia y funcionamiento. 

Una mala decisión del pueblo argentino puede llevarlos al camino de la hiperinflación, miseria y migración forzada, algo no tan diferente a lo ya vivido durante el gobierno de los Kirchner.

Por ahora, la incertidumbre es la reina y aunque las primarias fueron contundentes para la dupla Fernández-Kirchner, la historia está escrita por las anomalías. El gobierno Macri aún tiene una batalla decisiva para los próximo meses. En este escenario, el precio del dólar será su mayor medidor: lo mantendrá o alejará de la Casa Rosada.

Los ciudadanos argentinos podrían estar haciendo un mal cambalache en el que estarían recibiendo subsidios a cambio de inestabilidad fiscal, instituciones erosionadas, corrupción y limitaciones a la libertad de empresa. 

Y mientras hay una parte del pueblo argentino atrapado en la nostalgia del ‘cambalache, hay otra que con su gran espíritu innovador ha logrado escapar de la devaluación del peso argentino.Este país es uno de los casos de éxito de bitcóin como alternativa a una moneda soberana. 

Precio de un Bitcoin (BTC) en pesos argentinos (ARS). Fuente: Tradingview

En este escenario la tecnología se convertirá en una fuerza que cambie las fluctuaciones entre la extrema derecha e izquierda. Sin embargo, son los argentinos quienes lo deciden. Ellos podrían cometer el error, y votar por la destrucción de su democracia. De ser así, como dice la canción de Santos Discépolo, se quedarán por voluntad en el ciclo eterno de malos tiempos.

“Que el mundo fue y será

Una porquería, ya lo sé

En el quinientos seis

Y en el dos mil, también…”