GUILLERMO VALENCIA

La producción de EE. UU. dará paso a un petróleo a la baja

EE. UU. depende cada vez menos de este combustible, debido al aumento de su producción. Este proceso le quita protagonismo e influencia a los países productores de Medio Oriente y Asia.

Gustavo Valencia Patiño, Gustavo Valencia Patiño
9 de julio de 2019

La presencia de minas submarinas que afectan el tráfico marítimo en el golfo Pérsico y el derribo de un drone de EE. UU. por parte de los sistemas antiaéreos iraníes han aumentado la tensión geopolítica entre la potencia estadounidense e Irán en el estrecho de Ormuz. La principal consecuencia de esta tensión ha sido el reciente incremento del precio del petróleo.

Sin embargo, desde nuestro punto de vista estos eventos son mero ruido. La verdadera señal, tengámoslo claro, es la demanda por el petróleo y esta registra un descenso, mientras que la del gas y las energías renovables -aunque criticadas- se están convirtiendo en una alternativa real frente a este combustible. 

Mientras esto ocurre, la producción de petróleo y gas de esquisto alcanza niveles récord. Esto ha hecho que EE. UU. no solo haya disminuido su dependencia de las importaciones de petróleo, sino que se esté convirtiendo en un exportador de crudo. Un ejemplo de esto es la entrada en operación del oleoducto EPIC, ubicado en Texas. Este permitirá a ese país exportar más crudo cuando esté terminado. Por ahora, la línea tiene pocas conexiones y trabaja a la mitad de su capacidad.

Por primera vez en EE. UU, las fuentes de energías alternativas están superando a las de combustible fósil. Fuente: EIA.

En esta reconfiguración del sector energético en EE.UU, le dará a Rusia una ventaja competitiva temporal frente a la distribución y transporte del combustible. Mientras tanto, lo que ocurra en el estrecho de Ormuz y el golfo Pérsico pondrá en vilo a los países de medio oriente, quienes dependen de un flujo constante y libre del petróleo que exportan por vía marítima. 

No nos engañemos con las noticias de un posible conflicto entre Irán y EE. UU. Este escenario nos distrae de la realidad: la disminución de la demanda, la alta producción y capacidad de distribución de EE. UU. son factores que harán que el precio del petróleo baje, en un futuro cercano. 

Sin embargo, como lo hemos contado en columnas anteriores, China será clave a la hora de determinar los precios del petróleo. Su influencia sobre los países productores dará paso a un nuevo protagonista en el negocio, que pondrá la balanza en favor de la demanda.