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DEUDA SOBERANA

Emisión de bonos soberanos de Latinoamérica ya supera a la del 2019

Según un informe de Fitch Ratings, mientras en lo corrido del año los países latinoamericanos han emitido US$42.500 millones, en todo el 2019 se colocaron US$34.500 millones.

29 de septiembre de 2020

Los países latinoamericanos han recurrido a los mercados internacionales de bonos a un ritmo más rápido y en mayores cantidades en lo corrido de este año que en el 2019 por las mayores necesidades de financiación y apoyados en el exceso de liquidez global.

Según cálculos de Fitch Ratings, la emisión externa de los soberanos latinoamericanos de US$42.500 millones en lo que va de año ya supera el total del año pasado de US$34.500 millones y es superior a la media anual de 2015-2019 de unos US$30.000 millones, sin contar Argentina. 

El aumento de la emisión refleja las mayores necesidades de financiación derivadas de la pandemia del coronavirus, que ha desembocado en fuertes recesiones y ha forzado a aplazamiento de impuestos, además de un mayor gasto en atención de la salud, prestaciones de desempleo y apoyo a las empresas.

Estos elementos están provocando déficits fiscales mucho más amplios de lo que se preveía antes de la pandemia. Fitch Ratings prevé que el déficit promedio simple en América Latina alcance el 9,1% del PIB este año.

Sin embargo, los volúmenes de emisión externa no satisfacen plenamente las mayores necesidades de financiación de este año, por lo que países como Chile, Perú y México también han utilizado amortiguadores fiscales para limitar los aumentos de la deuda, y algunos soberanos de baja calificación han recurrido al FMI u otros organismos multilaterales para obtener financiación externa.

Además, los esfuerzos por desarrollar algunos de los mercados de capital internos de América Latina en los últimos años han apoyado una mayor emisión local, como fue el caso de Colombia con la emisión del primer TES a 30 años en la Bolsa de Valores de Colombia.

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Los países con grado de inversión han proporcionado casi tres cuartas partes de la oferta de bonos internacionales de 2020 y han mantenido un sólido acceso a los mercados internacionales, al igual que algunos soberanos sub grados de inversión, según el documento. 

México es el mayor emisor con grado de inversión en lo que va de año (32% de la emisión total) seguido de Chile (15%). Además, algunos soberanos sin grado de inversión como Paraguay y Guatemala también han regresado al mercado desde que comenzó la pandemia.

Las tasas ultra bajas en los mercados desarrollados han permitido a algunos soberanos latinoamericanos emitir bonos internacionales con cupones históricamente bajos o a plazos más largos. Siete soberanos emitieron a 30 años o más en el primer semestre de 2020, frente a cuatro en el primer semestre de 2019.

Sin embargo, hay una diferencia entre los países en cuanto a la disponibilidad y el costo de la financiación. Por ejemplo, El Salvador regresó a los mercados internacionales pero a un alto costo, pagando un cupón del 9,5% en un bono a 32 años. 

“El rápido aumento de la deuda entre los soberanos con calificación "B" o inferior, con mercados de deuda internos generalmente poco profundos y un acceso al mercado internacional costoso o limitado, significa que la flexibilidad de la financiación externa es una consideración importante para la calificación, junto con los planes de consolidación fiscal”, explicó Fitch Ratings.

Para la calificadora, la reducción de los cupones mitigará la presión sobre la carga de los intereses por el aumento de la deuda externa y la depreciación de la moneda, pero los niveles moderados o altos de deuda en moneda extranjera son una vulnerabilidad de larga data para los soberanos latinoamericanos. 

Y agrega que si bien la diversificación de las fuentes de financiación y la ampliación de los plazos de vencimiento reducen el riesgo de refinanciación, el deterioro fiscal subyacente ha ejercido presión sobre las calificaciones de los soberanos latinoamericanos y puede reflejarse en las pronunciadas curvas de rendimiento interno de algunos mercados.

“En un contexto de potencial de crecimiento a mediano plazo posiblemente reducido, finanzas públicas débiles y mayor volatilidad de los precios de los activos y las divisas, el mantenimiento de la relativa estabilidad macroeconómica y la credibilidad de las políticas será importante para mantener la confianza de los inversores internacionales”, concluye Fitch.

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