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FINANZAS PÚBLICAS

¿Cuáles son los malabares con el Presupuesto de 2019 en el Congreso?

La administración encontró, mediante una movida de su estrategia de financiamiento, una fórmula para cubrir las necesidades de inversión del próximo año, con lo que prácticamente selló la aprobación del presupuesto del 2019. La inversión total pasó de $35,4 billones a $46,5 billones.

20 de septiembre de 2018

Sin embargo, aún no le dice claramente al país cómo va a solventar el hueco que tiene.

Ayer se conoció una presentación donde los técnicos del Ministerio de Hacienda proyectaban posibles escenarios de un ajuste fiscal que incluye modificaciones en los impuestos, recortes en el gasto y medidas para impulsar la administración de impuestos.

La sorpresa entre los congresistas es que el impacto de tales medidas de ajuste, depende en una gran medida de aumentar el recaudo tributario por la vía de modificar el IVA.

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El senador Richard Aguilar, del partido Cambio Radical, aseguró, luego de la sesión de las comisiones económicas conjuntas donde se discutieron las partidas regionales, que el gobierno aumentó el presupuesto de inversión, pasando unos recursos que estaban destinados al abono de capital de la deuda, lo que equivale a unos $14 billones.

Fue sobre la base de esta medida de ajuste que se realizó la discusión este jueves en el Congreso sobre a dónde van a ir las partidas de inversión del Presupuesto General de 2019.

Aguilar aseguró que esto significa “un tiro al aire”, porque si el Gobierno Nacional no logra aprobar medidas tributarias que aumenten el caudal de recursos para el fisco, se va a enfrentar a dos salidas.

La más drástica es decretar el próximo año un duro recorte en el gasto que se llevaría por delante los recursos para Familias en Acción, los subsidios a servicios públicos de los estratos bajos, los compromisos vigentes de Ser Pilo Paga y los Programas de Alimentación Escolar (PAE). Eso tendría enormes implicaciones económicas porque llevaría el gasto público a niveles muy bajos.

La otra salida sería incumplir la regla fiscal, lo que tendría también derivaciones problemáticas, porque inmediatamente se encarecería el costo del capital para toda la economía colombiana.

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La única salida hoy para aumentar los recursos es una reforma tributaria que se meta con el IVA y eso parece no gustarle a ninguno de los partidos políticos; de no lograr un consenso sobre el tema en el Legislativo, el Gobierno podría embolatar todo su plan de ajuste.

Por eso, insistió Aguilar, la administración Duque tiene que dar claridad rápidamente sobre cuáles serán las salidas fiscales que va a implementar.

El senado se mostró preocupado porque cree que el gobierno va a terminar llevando esa papa caliente al Congreso y va a poner contra las cuerdas al Legislativo.

Por su parte, el senador conservador David Barguil explicó que gracias a los nuevos recursos destinados a inversión, gracias a la movida del Gobierno, se logró  aumentar los recursos para la región Caribe en $1,6 billones.

En un comunicado, el senador explicó que “en la versión preliminar de la semana pasada nos enteramos que nuestra región Caribe perdería $700.000 millones. Nos opusimos vehementemente y con la unión de toda la bancada logramos que el Ministerio de Hacienda se reivindicara con la Costa. De esta manera, el presupuesto para la región sube de $8,2 billones en 2018 a $9,8 billones para 2019”.

Es claro que el panorama fiscal luce tempestuoso. Ayer, los congresistas de las comisiones económicas lograron un triunfo al hacer aumentar los recursos de inversión para sus regiones. Sin embargo, nadie puede discutir que este sigue siendo un presupuesto desfinanciado.

Para cubrir el hueco, el gobierno cuenta con muy pocas posibilidades. La más importante de ellas, volver a meterle mano al IVA. Ese es un terreno políticamente minado.

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Esta historia va a tener desarrollos adicionales la próxima semana cuando se apruebe en primer debate, el presupuesto desfinanciado de 2019.

Cada vez se hace más necesario una respuesta clara por parte del Gobierno sobre cómo va a manejar esta apretada coyuntura fiscal. El tiempo se está agotando.