GUILLERMO VALENCIA

Las lecciones del profesor Feynman para entender las monedas

El premio nobel de física encontró la causa del accidente del Challenger, a través de la no linealidad. ¿Qué pasaría si lo aplicamos al ciclo económico de las monedas emergentes?

Gustavo Valencia Patiño, Gustavo Valencia Patiño
10 de diciembre de 2019

El 28 de enero de 1986 pasó a la historia como el día en el que una de las mayores obras de ingeniería construidas en el siglo XX se convertiría en una bola de fuego. Como un ícaro que quería tocar el sol, el transbordador Challenger explotó en su intento por conquistar el espacio. 

Tras el accidente, la NASA nombró a la Comisión Rogers para investigar la causa del desastre. Cuando se le pidió que formara parte de esta, el físico Richard Feynman aceptó de mala gana. En ese momento no lo sabía, pero fue él quien descubrió por qué el Challenger había explotado.

Feynman siempre fue del tipo inquisitivo. Tenía que tener todos los hechos claros antes de tomar decisiones. Para averiguar qué pasó con el transbordador fue directamente a las personas que lo construyeron. De ellos aprendió detalles que le ayudarían a descubrir la causa de la explosión, y entender lo arriesgado que es el negocio de volar un transbordador espacial. 

Funcionarios de la NASA dijeron que la posibilidad de falla del transbordador era de aproximadamente 1 en 100.000. Feynman descubrió que ese número estaba más cerca de 1 en 100. También aprendió que las juntas tóricas de goma utilizadas para sellar las juntas de refuerzo de cohetes sólidos no se expandían cuando la temperatura era inferior a 32 grados F (0 grados C). Lo curioso era la temperatura en el momento del despegue del Challenger.


Número de anillos con fallas Vs temperatura. A menor temperatura más se deben expandir las juntas tóricas Fuente: NASA

Pero estamos hablando de un cohete. ¿Qué sentido tendría que un cohete estuviera a temperaturas de 0 grados centígrados y no funcionara correctamente cuando está pensado para funcionar en altas temperaturas? Aparentemente ninguno, pero es en ese punto que Feynman les enseñó a los ingenieros de NASA: la importancia de la no linealidad.

El caso del Challenger tiene su símil en los mercados emergentes. Desde el 2000, los BRICS fueron esa inversión estelar. El surgimiento de China y el superciclo de las materias primas hizo que los marketeros acuñaran un término para agrupar Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica como excelentes ideas de inversión.

Sin embargo, la idea de eterno crecimiento de China se ha ido desvaneciendo con los problemas que ha tenido para replantear su modelo económico enfocado en las exportaciones, a uno enfocado en el consumo interno. Por otro lado, el superciclo de los commodities parece estar en su ocaso: desde 2014 el índice de materias primas ha caído un 40%.

Mientras tanto, el dólar estadounidense se ha fortalecido más del 60% contra todas las monedas de los BRICS, siendo China el único que no ha sufrido toda la fuerza de esta devaluación, que ha puesto presión a la estabilidad de los países en vía de desarrollo. Esto debido a que China no cuenta con un sistema de cambio flexible. No obstante, sus reservas internacionales pasaron de 4 Trillones de USD a 3.000 Trillones, en el estándar anglosajón.

La caída en el precio de los commodities se evidencia desde el año 2014. Fuente: Tradingview.

De Japón a los tigres asiáticos, de los tigres asiáticos a los BRICS, la oportunidad en los mercados emergentes nace y se desvanece. Como en el análisis de Feynman, la caída de  de las materias primas por más de 5 años está actuando como la temperatura fría para Latinoamérica y demás exportadores de materias primas. Mientras que países como Polonia y India que han logrado diversificar sus exportaciones y no solo depender de materias primas. Estos podrían convertirse en la nuevas estrellas de los mercados emergentes.