CLAUDIA VARELA

La oveja negra

El concepto de oveja negra viene a nuestra cabeza con una serie de pensamientos que en general son negativos. Tal vez nuestra base inicial se centra en la parábola de la biblia en donde se juzga a un padre que perdona a su hijo a pesar de ser la oveja perdida. Creo que de allí sale la creencia de que la oveja negra es mala, no va con los demás, se sale del rebaño y es desobediente.

Claudia Varela, Claudia Varela
21 de julio de 2019

Hace unos meses recibí junto con mi equipo de trabajo actual una conferencia de innovación. Encontré algunos conceptos que me aclararon la cabeza y me hicieron feliz de confirmar la negritud de las ovejas que me gustan.

Una oveja negra organizacional es positiva. Tiene una mente que se anticipa, puede ver el futuro porque ve cosas que otros no ven. Tiene una gran sonrisa porque siempre quiere irradiar buena energía, tiene ojos curiosos por que observa todo el tiempo y un gran nivel de escucha ya que, entiende todos los aportes que otros pueden hacer.

Le gusta el cambio, pero no busca el cambio sin razón, lo busca porque la evolución conlleva incomodarse. Salirse de la zona de confort es un factor vital de estos personajes. Permiten que se crezca, buscan una zona que posibilite ver los problemas como aprendizajes.

A pesar de que son buenas navegando el cambio y la innovación son castigadas muchas veces por su gran disrupción. No tienen miedo a confrontar, les gusta la evolución  y aman tener discusiones productivas.

Pero las pobres ovejas negras tienen un problema. Al retar el status quo son muchas veces discriminadas, mal vistas e incluso excluidas de algunos ambientes. Tienen corazones que las aman y egos que no pueden con ellas.

A mí me gustan mucho. Todos tenemos algo de negritud interior. A unos se nos nota más que a otros pero al final como seres humanos buscamos permanentemente evolucionar, mover la energía, que no haya estancamiento.

Cuando los grupos son diversos, la energía fluye mejor, la vida rueda y los resultados llegan mejor. Navegar los valores de cada grupo hace que los rebeldes sean mejor aceptados y nadie trate de aplacarlos. Hay que cuidar la rebeldía porque en ella se puede encontrar las respuestas. Las ovejas negras no se paralizan, siempre buscan una salida.

Hay un regalo que el universo les hace. Es un don que es entendido como resiliencia. Las ovejas además de negras deben ser valientes porque su baile muchas veces lo hacen solas. 

No necesariamente son líderes. Pueden ser seguidoras cargadas de pasión que facilitan que haya muchos más seguidores detrás de una causa. Tenemos esta tara que nos hace creer que el éxito va amarrado a ser líderes y eso es corto en el resultado total de un equipo. Pero eso lo ven estas ovejitas.

Particularmente a mí siempre me han gustado las ovejas negras. No por malas, porque no las juzgo, sino por auténticas. Considero que en la vida y en las organizaciones debemos buscar más ovejas negras que nos ayuden a hacer la diferencia.

Les doy un mensaje a todas esas ovejas negras que a veces quieren desistir. Aprovechen sus virtudes y su valentía, sigan adelante sobre una causa porque esa es la misión que les dio el Universo.  Y recuerden siempre que el mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va (Antoine de Saint-Exupery).