"Trabajar en equipo, con armonía y contacto permanente es mucho más divertido y productivo": Alex Liu. | Foto: iStock

MANAGEMENT

Estas son las ventajas de un buen ambiente laboral

Estudios recientes señalan que tener éxito en las metas es tan importante como lograr que el grupo sienta el valor de su aporte. Esa es la semilla para que la gente disfrute su trabajo.

31 de octubre de 2019

Muchos han visto la felicidad de un equipo de fútbol cuando alguno de sus miembros anota un gol: todos corren en éxtasis a festejar con el jugador que hizo la hazaña aunque cada uno de ellos está feliz, en parte, porque sabe que contribuyó en algo a ese resultado. Esa sensación lleva a un punto psicológico que los inspira a ir por la segunda y hasta la tercera anotación. Así las cosas, el éxito genera felicidad pero la felicidad inspira a conseguir aún más éxito. Es un círculo virtuoso.

¿Es posible replicar esos momentos de dicha y celebración en una oficina? "Por supuesto", dice Alex Liu, socio director de la firma de consultoría mundial A. T. Kearney. Según un estudio hecho por esta agencia a finales de 2018, 90% de los empleados esperan sentir alegría en su trabajo, pero solo 37% lo logra. Esto indica que muchos no están inspirados ni cuentan con la conexión interpersonal con los demás para vivir plenamente los beneficios del trabajo en equipo. Para indagar más sobre el asunto, la empresa exploró con una muestra de 500 empleados de diferentes edades y de empresas ubicadas en todos los continentes qué factores eran primordiales para generar esa sensación de satisfacción en el trabajo.

El estudio arrojó tres variables. La armonía, el impacto y el reconocimiento, "que son muy fáciles de promover por los líderes del negocio", según Liu. La armonía tiene que ver con la conciencia de que cada uno en el equipo tiene una tarea concreta acerca de su papel. En este punto Mauricio Rodríguez, profesor de liderazgo en las Universidades de los Andes y Externado, señala que para lograr grupos armónicos es importante que el líder "oriente a los miembros de su equipo para que individual y colectivamente tengan muy claro qué es lo que se espera de ellos".

El impacto se refiere a marcar diferencia, a obtener logros, a anotar goles, pues esto genera satisfacción en el grupo. Esta variable se relaciona con preguntas sobre la importancia de la presencia de cada uno en el equipo, así como entender que los talentos de todos son utilizados para lograr los objetivos propuestos. Pero según Rodríguez también se refiere al propósito que tiene la compañía en la sociedad. "Es importante que los trabajadores sientan el impacto de la empresa y de su trabajo en la sociedad más allá de las ventas", dice. Agrega que, aunque sea una empresa de tuercas y tornillos, debe existir un propósito superior que haga sentir orgullosos a esos empleados. "Puede ser que son innovadores y si no lo tienen, deben buscarlo ya sea haciendo donaciones".

El reconocimiento, según Liu, es cuando el instructor del equipo resalta los logros hechos por sus miembros, pues "hacerlo prenderá el ciclo de felicidad–éxito –felicidad", dice. Traducir esto al ámbito empresarial implica celebrar todos los triunfos que suceden en equipo o de manera individual. La gran pregunta es cómo lograr tener un grupo donde estas tres cualidades sean prioritarias y con el cual se pueda aumentar el nivel de alegría en el empleo.

Liu menciona tres estrategias. La primera es establecer la agenda y con esto quiere decir que la alegría debe estar entre los objetivos explícitos de la empresa. Esto implica asegurarse de que todos los empleados tengan espacio para que se les escuche, reconozca y agradezca. En segundo lugar, propone establecer la cultura corporativa para que los colaboradores trabajen más en equipo, ojalá de manera transversal entre departamentos y unidades. "En equipo todo es más divertido", dice Liu. Por último, hay que modificar el tono y esto quiere decir siempre estar consciente de la importancia de celebrar el impacto y los logros de cada miembro del grupo. "Somos buenos para criticar y señalar y malos para agradecerle a la gente más allá del sueldo", señala Rodríguez. Explica que no se trata de dar palmadas en la espalda a toda hora, sino de exaltar los logros excepcionales. "En el país el jefe acostumbra a regañar en público y a felicitar en privado y debe ser todo lo contrario", comenta y agrega que cuando se pone de ejemplo un colaborador el resto del equipo se inspira a hacer cosas parecidas y eso genera una alegría que contagia. Otro elemento importante es el respeto. "Los ambientes laborales deben ser exigentes pero amables para estimular la creatividad", dice el catedrático.

Las personas están diseñadas para buscar de manera intrínseca el disfrute porque la alegría que viene asociada a ese estado es poderosa: ayuda a establecer una mejor conexión entre las personas y a inspirar a todos a lograr metas.