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MANAGEMENT

¿La revolución del trabajo digital nos condena a la informalidad?

El trabajo en plataformas digitales ha adquirido cada vez más protagonismo debido a la diversidad de servicios y las facilidades que proporcionan.

29 de octubre de 2019

La cuarta revolución industrial y la transformación digital han cambiado considerablemente algunos aspectos básicos de la humanidad. Partiendo de la forma en que nos comunicamos hasta cómo desempeñamos distintas tareas. En este punto existe una discusión sobre los efectos que pueden tener las nuevas tecnologías sobre las formas de trabajo.

En este aspecto las plataformas digitales se han establecido como las nuevas grandes fuentes de empleo. La facilidad de acceso tanto para quienes desean trabajar como para los usuarios ha generado que cada vez más las plataformas sean acogidas. Además de crear nuevas ofertas laborales, las plataformas también han sustituido algunos trabajos. Sin embargo, este modelo de trabajo tiene tanto beneficios como retos.

La libertad de poder trabajar cuando, donde y el tiempo que uno quiera son los principales atractivos. No obstante, la mayoría de las protecciones y beneficios laborales han estado asociados con el empleo tradicional. La seguridad social, ausencias remuneradas, estabilidad laboral así como la representación a través de las organizaciones de trabajadores son algunos aspectos que no han sido formalizados del todo.

Si bien esto no es propio ni exclusivo de las plataformas, ya que el trabajo informal presenta los mismos inconvenientes, es cierto que el trabajo en plataformas aún carece de un sistema que favorezca completamente a quienes trabajan en estas. Ante esto, Janine Berg, economista de la Organización Internacional del Trabajo, afirma que: “es necesario que tanto plataformas como instituciones gubernamentales compartan información para que conociendo la situación real de las personas que trabajan a través de plataformas se tome un punto de partida en la implementación de programas”.

Actualmente, en el país se está llevando a cabo un debate sobre la regulación de las plataformas digitales, especialmente pensando en plataformas como Uber y Rappi. En el último Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022  se aprobó el artículo 205 sobre aplicaciones y plataformas tecnológicas por el cual el Gobierno, en conjunto con los ministerios de Trabajo, Hacienda y de las TIC, diseñarán una política pública que permita, caracterizar las condiciones de prestación de servicio y las modalidades de protección y seguridad social que se puedan generar del uso de estas aplicaciones y plataformas. 

En otras partes del mundo ya se tienen ejemplos de sindicatos que han negociado condiciones de trabajo con plataformas digitales, o se han creado igualmente plataformas para crear mecanismos de diálogo y resolución de conflictos entre trabajadores deslocalizados y las plataformas  intermediarias de los servicios.

El crecimiento y la variedad de modelos de trabajo que ofrecen estas plataformas están estrechamente ligados tanto a los avances tecnológicos como al desarrollo económico de un país. Como explica Berg, “si bien existen muchos campos en los cuales se pueden implementar trabajos a través de plataformas digitales, la generación de estos depende estrictamente de las demandas y características de los consumidores. Por eso mientras que en una zona se puede satisfacer una necesidad en otra zona ni siquiera existe dicha necesidad”.

Cabe resaltar que el trabajo en plataformas digitales no se enfoca en disminuir las tasas de desempleo. Sin embargo este sí debe velar por la disminución de los efectos adversos en los trabajadores.