Emmanuel Macron, presidente de Francia | Foto: Getty

ANÁLISIS

Así fue el primer año de Macron en la presidencia de Francia

Después de un año, es muy pronto para hacer una evaluación completa de la presidencia de Macron, por lo que la pregunta que debemos responder es si las medidas adoptadas por su gobierno, durante este periodo de tiempo, son aptas para abordar los cambios que hemos presenciado en el escenario mundial.

19 de mayo de 2018

Son dos los aspectos de la economía mundial que el gobierno francés debe abordar ahora, si desea una mayor integración: la ubicación de la producción y la ubicación de la innovación.

El centro de gravedad se ha trasladado a Asia durante los años posteriores a la crisis, ya que esta región ha fomentado un asombroso impulso industrial y manufacturero, desde simplemente ensamblar hasta administrar todo el proceso, desde el diseño hasta la producción, donde la calidad ha mejorado rápida y eficientemente. Los programas lanzados en China en particular, como "Made in China 2025", apuntan a impulsar esta tendencia y reforzar tanto la cantidad como la calidad. Uno de los aspectos clave del programa chino es crear innovaciones disruptivas que estimulen el rendimiento industrial. Esto le dará a China y Asia avances adicionales y es una de las razones detrás de las medidas comerciales de Trump contra China.

¿Por qué es tan corto este desarrollo?

Las tres grandes áreas geográficas que alimentaron el crecimiento de la economía mundial desde la Segunda Guerra Mundial han sido dejadas de lado por Asia en los últimos diez años. El siguiente gráfico es una ilustración de la producción industrial desde antes de la crisis de 2008, mostrando que en febrero de 2018, es decir, en solo diez años, estas tres grandes áreas han mantenido su producción a la par del inicio del período. En promedio, los tres principales países que impulsaron el crecimiento mundial en el período de posguerra han hecho una contribución cero al crecimiento de la actividad industrial mundial en los últimos diez años, y esto marca un verdadero hito.

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El aumento del 2% en 10 años en Estados Unidos es mediocre, de 100 a 102, mientras que la producción en la zona del euro cayó un 4% y en Japón la cifra cayó un 11%. La famosa Industria 4.0 de la que todo el mundo habla se está efectuando en costas distantes, lejos de los principales países desarrollados. Un desglose de las actuaciones de la zona del euro muestra que Francia cayó un 8% y Alemania subió solo un 5%. Sin embargo, Asia excluyendo a Japón muestra una puntuación de 195, revelando un notable contraste.

Este salto en la producción industrial en los mercados emergentes, particularmente en Asia, significa una ponderación cada vez menor para Francia, como proporción de la economía mundial. Francia representó el 4,4% del PIB mundial en 1980 (en paridad del poder adquisitivo, según lo medido por el FMI), mientras que en 2017 la cifra se situó en apenas el 2,2%. Esto no es exclusivo de Francia, ya que Alemania bajó del 6,5% al 3,3% durante el mismo período y la zona del euro de 1999 a 2017 vio descender su cuota en más de 6 puntos y ahora representa solo el 12% del PIB mundial. La zona del euro está disminuyendo en términos relativos ya que Asia se está desarrollando muy rápidamente.

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Frente a estos desafíos, Emmanuel Macron ha adoptado una postura muy decisiva sobre Europa y la necesidad de que los países unan sus fuerzas. En su discurso del 26 de septiembre en la Sorbona, el presidente francés destacó que Europa sigue siendo vital para Francia, por un lado ofreciendo al país una presencia en el escenario mundial y por otro, salvaguardando las ventajas que la integración europea ya ha proporcionado para todos sus ciudadanos. Mientras tanto, en su discurso de Frankfurt del 10 de octubre, reiteró la importancia de la cultura en Europa y subrayó los sólidos lazos de Francia con Alemania. El desafío de Emmanuel Macron será preparar el escenario para que Europa tenga un mayor margen para decidir su propio futuro y generar un mayor impulso auto sostenido.

El enfoque del presidente francés es principalmente político, ya que considera que deben tomarse decisiones a ese nivel, para resolver las cuestiones que enfrentan los ciudadanos europeos en la actualidad. Hay un elemento de esto en su discurso de la Sorbona. Macron señala una serie de cuestiones que deben abordarse en toda Europa, como la transición energética, la lucha contra el terrorismo, la crisis de los refugiados y muchas más. Adoptar un enfoque conjunto sobre estos temas conduciría a una mayor coherencia dentro de Europa y también hará que la posición del bloque sea clara para el resto del mundo, lo que permitirá un frente más unido y exigirá más atención de grandes aliados a nivel mundial. Esto plantea un fuerte desafío político pues cada gobierno debe hacer que sus ciudadanos aborden temas de gran profundidad que van más allá de las fronteras nacionales.

Desde un punto de vista económico, también existe la idea general de fomentar el ímpetu compartido y más autosuficiente. Se necesita un presupuesto conjunto mucho más alto que las cifras actuales, si se desea obtener una mayor coherencia en las elecciones realizadas en todo el continente. Este presupuesto también debe tener una dimensión anticíclica con una mayor participación en la gestión económica para cada país de manera individual, y esto plantea la posibilidad de un enfoque más federal, que automáticamente conduce a un equilibrio de poder diferente entre Europa y los Estados miembros, como en cualquier estado federal.

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Pero Europa no está unida detrás de esta idea de un enfoque conjunto. Algunos países, particularmente en el norte de Europa, piensan que cada gobierno debe permanecer a cargo de su propia política fiscal y administrar su economía como lo considere conveniente, sin ningún deseo de una unión cada vez mayor. Alemania adopta un segundo enfoque, que implica promover cualquier factor que permita el ajuste interno en la zona del euro, en particular la unión bancaria. Mientras tanto, Francia adopta una tercera vía, con Macron buscando un enfoque político y una medida adicional de compromiso de cada país antes de revisar las instituciones europeas. Las opciones políticas requieren un compromiso a largo plazo, ya que a menudo implican la transferencia de la soberanía. Las otras instituciones pueden desarrollarse sin demasiadas incertidumbres.

Las próximas elecciones serán muy esperadas a la luz de las incertidumbres actuales sobre el camino que tomará Europa, y el camino tomado por Italia seguirá siendo una causa particular de preocupación. Considero que el enfoque político del presidente francés es la estrategia más sensata a la luz del nuevo orden mundial que delineé en la introducción. No es suficiente simplemente producir, también es vital influir en las decisiones tomadas en otros lugares, y la política es la única forma de lograrlo.

*Análisis de Philipp Waechter, Economista principal de Ostrum Asset Management – filial de Natixis Investment Management.