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Foto: Dinero. Agradecimiento especial al director general de ILP, el mayor Manuel Novoa.

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El polígrafo llega a las empresas colombianas para acabar con la corrupción

El uso del polígrafo es cada vez más popular en las empresas y entidades públicas del Gobierno que requieren realizar procesos más efectivos de selección o adelantar investigaciones puntuales con mayor precisión. Entérese cómo lo hacen.

15 de febrero de 2017

Si bien hasta hace unos años el tema de la poligrafía en Colombia era prácticamente desconocido, en los últimos años se ha vuelto popular tristemente por un fenómeno que desangra al país, la corrupción.

De hecho, según cifras de la sociedad Colombiana de Economistas citadas por el Instituto Latinoamericano de Poligrafía (ILP), la corrupción ha costado cerca de $200 billones en las últimas dos décadas (1991 a 2010).

“No es sorpresa explicar por qué la corrupción es el mayor obstáculo para el desarrollo económico y social, trastorna mercados, paraliza el crecimiento económico, envilece la democracia y socava el estado de derecho”, explica ILP.

Es por ello que cada vez más actores del ámbito público y privado se han sumado a la implementación de este servicio, bien sea de forma directa o indirecta por medio de asesorías dadas por terceros.

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Con ello, se busca evitar el robo, los delitos informáticos, la divulgación de información confidencial, el terrorismo, los delitos violentos, la falsificación, el lavado de dinero y el robo de identidad.

También, por medio de la poligrafía, se ha podido profundizar en la lucha de delitos como el narcotráfico, el fraude, los sobornos y frenar las transacciones no autorizadas.

El polígrafo se usa en varios países del mundo, de acuerdo a ILP, como medio de prueba o para apoyar otras validadas y aceptadas como la testimonial,  especialmente cuando se trata de dilucidar la falsedad de testigos.

 También es muy usado en la investigación en casos de acoso a menores de edad, como complemento a los testimonios que se les realizan a los jóvenes o niños y al mismo agresor.

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Una nueva tecnología

En el marco de esta discusión, ILP anunció que después de más de 15 años de investigación el mismo equipo de científicos de la Universidad de Utah que desarrolló el primer polígrafo computarizado, ha desarrollado una solución revolucionaria en la materia.

Se trata de Eyedetect, un dispositivo que en lugar de evidenciar los movimientos que involuntariamente realiza el cuerpo ante las preguntas del ‘examinador’ como un polígrafo tradicional, monitoriza los ojos para determinar el engaño.

El engaño causa cambios sutiles e involuntarios en la conducta de los ojos humanos debido al aumento en la carga cognitiva, según explicó a este medio el director general de ILP, Manuel Novoa.

LPI es considerada la única escuela académicamente por la Asociación Americana de Poligrafía (APA), la Asociación Latinoamericana de Poligrafía (ALP) y la Asociación Americana de Poligrafistas de Policía (AAPP).

Esta organización tiene de más de quince años de experiencia formando poligrafistas certificados para instituciones policiales, militares y empresas privadas de América Latina.

Actualmente, cuenta con más de 1.000 egresados en toda la región y registra un promedio de 20.000 exámenes de poligrafía al año, tanto para entidades del estado como para empresas del sector privado.

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