OPINIÓN ONLINE

Convirtamos el problema de la corrupción en una oportunidad

Lo más importante es pasar de la indignación a la acción, las cosas no se solucionan solas y si realmente queremos un cambio, tenemos que bajarnos del tweet y trabajar de verdad.

Pedro Colmenares
11 de febrero de 2017

El tema de los últimos días ha sido los problemas de la corrupción. Estemos claros en que esto no es algo que acaba de ocurrir, la corrupción es un problema de todos los países de nuestra región, es más de todos los países del mundo, en algunos en mayor medida que en otros, pero al fin y al cabo es un problema global.

En estas páginas me la paso argumentando que “los problemas son la base de los emprendimientos”, así que si me apego a mis propias palabras, debería aprovechar que todos estan hablando del tema y en estado de “indignación”, para comenzar a pensar en algunas soluciones de corte innovador a este asunto.

Existen varios frentes posibles para enfocarse, uno puede ser el ciudadano. La “ciudadanía activa” es aquella que entiende que el  “ser ciudadano” va más allá de votar una vez cada tanto, que se debe hacer “veeduría ciudadana”; la mayoría de las leyes contemplan este concepto, la cuestión radica en facilitar el proceso para poder ejercer este tipo de ciudadanía.

Necesitamos emprendedores sociales que le piensen a la idea de crear plataformas que permitan la veeduría de los procesos, de las personas y de los proyectos. Ejemplos existen en todo el mundo, creo que algo de presión desde el lado ciudadano sería muy beneficioso para todos, los gobiernos se benefician cuando sus ciudadanos son activistas.

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Desde el lado gubernamental es importante seguir trabajando en esquemas de “datos abiertos”, tema conocido en el mundo como “open data” que en esencia busca poner los “datasets” públicos (esquemas de datos sacados de las instituciones del estado) en tiempo real a disposición de todos, creo que esta es una forma interesante de lograr mejor participación; esta información se convierte luego en la base de trabajo de los “hacktivistas” que crean las aplicaciones de las que hablé al principio de esta nota y que usan los “ciudadanos activistas” para facilitar su función.

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El esquema descentralizado de nuestro país, permite crear instancias y ejercicios de este tipo incluso a nivel barrial, lo importante es traducir la indignación en acción y lograr que todos nos involucremos. Llevo años trabajando el concepto del “gobierno abierto” que es una filosofía que busca que la participación, la colaboración y la transparencia hagan parte de todo proceso de gobierno; en mi experiencia más que las conferencias o los documentos que existen al respecto, son los ejercicios creados a nivel barrial o local en las ciudades o pueblos, los que logran que la gente entienda de forma más efectiva el poder de esos conceptos y se sume.

Estas son algunas ideas, de seguro existen muchas más... reitero que aquí lo más importante es pasar de la indignación a la acción, las cosas no se solucionan solas y si realmente queremos un cambio, tenemos que bajarnos del twit y trabajar de verdad.

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