| Foto: Kahai

EMPRENDIMIENTO

El cacay, la nuez de moda que construye paz

La empresa Kahai exporta este fruto amazónico a más de 10 mercados mientras desarrolla un programa para beneficiar a campesinos e indígenas colombianos.

23 de mayo de 2018

Un fruto silvestre del Amazonas y de la Orinoquía –y que se cultiva en los Llanos Orientales–, está superando las fronteras de Colombia y, de paso, está aportando a la diversificación de la oferta exportable. Se trata del cacay, la nuez amazónica a la que la empresa Kahai decidió sacarle el jugo para su industrialización y comercialización.

Desde la Ciudadela Porfía, un barrio popular de Villavicencio, se produce el aceite de cacay que Kahai exporta a más de 10 mercados en el mundo. Es un producto cien por ciento natural que bien podría catalogarse, según análisis químicos y físicos hechos al producto, como el aceite de la eterna juventud.

“Cuando conocimos el cacay empezamos a analizar las propiedades de la nuez, de su aceite y de su harina, todo ello a través de procesos físicos y químicos, y evidenciamos que el aceite tenía un potencial como ingrediente cosmético”, explica Camilo Jaramillo, gerente de Kahai, empresa que él y su hermano Alberto crearon en 2009.

Así, con estos hallazgos y con el deseo de hacer una industria que tuviera los ojos puestos en el exterior, este par ingenieros industriales con especialización en comercialización se acercaron a ProColombia, entidad adscrita al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, para mostrarle lo que tenían entre manos.

“Creyeron  en nosotros de inmediato. Nos incluyeron en la lista de empresarios que iban a una feria internacional en París a la que asistirían varias empresas con productos de la biodiversidad colombiana. Allá logramos dimensionar el potencial que el aceite y el cacay tenían y entendimos que la industria estaba buscando productos con historia, productos que tuvieran impacto, no solo en el ámbito económico, sino también social y ambiental”, afirma Jaramillo.

Esta feria le abrió las puertas del mundo a Kahai y en 2013 realizaron su primera exportación. Los destinos: Estados Unidos y Corea.

Hoy la empresa exporta al mundo 3.000 kilos de aceite (el producto terminado con su marca y el que venden como materia prima para la industria cosmética) a mercados como Estados Unidos, Corea del Sur, Canadá, Reino Unido, Francia, España, Australia, Alemania, Suiza, Francia, Emiratos Árabes, Japón y Tailandia, principalmente.

A esos países el aceite de la nuez amazónica llega a comercializadores que los ponen en manos de diferentes empresas cosméticas y que lo usan como materia prima para champús y cremas faciales.

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Este producto se clasifica dentro de las grasas y aceites vegetales fijos y en el de las demás preparaciones capilares, de las cuales Colombia exporta al año cerca de US$53 millones. En el mundo, las compras de esta clase de bienes suman cerca de US$17.000 millones, lo que muestra que esta clase de aceite tiene una gran oportunidad en el mercado mundial.

A la pepa 

Pero no solo es el aceite. El otro producto al que Kahai le sacará provecho es a la nuez de cacay, que es demandada en mercados como Estados Unidos, la Unión Europea y China.

“El mercado de los frutos secos está ávido de innovación porque no todos los años sale una nueva nuez al mercado. Tenerla una con las propiedades nutricionales del cacay, que es rica en proteínas y minerales y posee el mayor contenido de omegas y fibra y el menor en carbohidratos, es una oportunidad para Colombia. Por eso nuestra misión como empresa es desarrollar el cacay como una alternativa de desarrollo económico sostenible para el país y como parte de su apuesta exportadora”, afirma Jaramillo.

Por ahora, la empresa deberá esperar un tiempo más, pues los volúmenes de producción aún no son suficientes, pero proyectan una meta de cultivos de 5.000 hectáreas para conquistar al mundo.

“Los Tratados de Libre Comercio definitivamente representan una oportunidad para estos productos. Estados Unidos, por ejemplo, es uno de los mayores consumidores de nueces y es un producto que no pueden producir. Otro mercado al que le apuntamos con la nuez es a Europa. Contar con estos acuerdos comerciales es la oportunidad de llegar a esos destinos con preferencias arancelarias”, afirma el gerente de Kahai.

Construyendo paz

Pero con este fruto, hijo de la biodiversidad colombiana, Kahai también está construyendo paz. La empresa ha desarrollado toda una cadena de valor a  partir del cacay y ha puesto en marcha un proyecto que hoy es una alternativa de ingresos para familias campesinas e indígenas de lugares remotos de la geografía colombiana.

Con la ayuda de Organizaciones No Gubernamentales de Alemania y Estados Unidos, así como con algunas gobernaciones, han distribuido árboles de cacay a diferentes familias para que los cultiven, esperen la cosecha, recojan el fruto y se los vendan a la empresa, que garantiza su compra. Este programa permite contar hoy con 200 hectáreas de la nuez.

“Estimamos que con este programa se benefician cerca de 200 familias. Pero además les compramos el producto a campesinos que tienen uno o dos árboles en el patio de su casa”, afirma Henry Sánchez, ingeniero agrónomo de Kahai.  

A este programa se suman 417 hectáreas de cacay que la empresa sembró en Puerto Gaitán y que le permiten abastecerse de este fruto que, habitualmente, se da cada 8 años, pero que con innovación e investigación y el desarrollo de un vivero han logrado acelerar el proceso de producción.

“Hemos logrado aumentar el rendimiento por hectárea y desarrollar todo un paquete tecnológico para convertirlo en una alternativa agroindustrial”, explica Jaramillo, quien sabe que entre sus manos tiene una nuez que el mundo apetece y de la cual Colombia puede sacar mucho provecho para construir un mejor país.

Por: Ivonne Venegas – Especial para Dinero.com

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