De garaje a multinacional: Liftit, la 'startup' colombiana de logística

Acabar con los rompecabezas “ineficientes y costosos” de la logística, proponiendo una manera en que las cosas puedan hacerse mejor, es lo que ha venido haciendo la ‘startup’ colombiana Liftit.

Su origen se dio en un garaje, pero ahora –con apenas tres años en el mercado– es una multinacional que tiene conectados 8.000 vehículos en sus plataformas y hace cerca de 110.000 entregas mensuales.

De la abismante evolución de este emprendimiento de base tecnológica son responsables tres colombianos; Brian York,  Ángel Celis Botto y Felipe Betancourt, sus cofundadores.

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Brian está aprendiendo español porque aunque nació en Bogotá, fue adoptado y creció en San Francisco (Estados Unidos). Durante toda su vida había querido volver a sus raíces para saber más de su ciudad natal.

En el corazón de Silicon Valley se dedicó a construir emprendimientos de base tecnológica y a administrar un fondo de capital de riesgo. En 2016 se decidió a explorar su pasado y de esa búsqueda derivó la idea de emprender en Colombia.  

En el camino se encontró con el ingeniero y diseñador Ángel Celis Botto, quien a los 14 años fundó su primera compañía que desarrollaba productos tecnológicos a la medida. A esa edad, le asombró que podía darle vida a sus propias ideas y los cambios que la tecnología puede hacer para cambiar una industria. También con el internacionalista Felipe Betancourt, todo un experto en salir en busca de oportunidades y acelerar el crecimiento.

Cada uno de ellos ha tenido un papel protagónico; mientras que Ángel encabezaba el desarrollo tecnológico y las operaciones, Felipe las ejecutaba y conseguía los conductores y Brian salía a buscar capital.

En la casa de Ángel se desarrolló la página web de Liftit que desde el primer día de su lanzamiento empezó a facturar. Realmente en ese entonces el negocio era diferente, tenía un enfoque dirigido a las mudanzas de personas.

Aunque todo iba bien, vieron una enorme oportunidad de hacer lo mismo pero a gran escala con empresas, ser disruptivos en el sector de la logística ofreciendo transportadores independientes por demanda.

En Liftit se han ufanado por desarrollar un portafolio para el transporte de la última milla con el que, dicen, se hacen más eficientes las operaciones de empresas en varios países de la región, con ahorro de hasta un 40%. Esa disminución de costos queda atada al uso de tecnología para monitorear trayectos y dar fin a los "tiempos muertos". 

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Esta ‘startup’ con sello nacional alcanza una facturación cercana a los US$10 millones anuales y ha logrado cerrar varias rondas de inversión. La más reciente alcanzó un monto de US$14 millones.

Con estos recursos quieren mantener su ritmo de expansión que les ha apalancado el ser operadores logísticos de las dos principales cadenas de ‘retail’ en Colombia y de otras 32 compañías en México y Chile. Tienen equipos locales en Bogotá, Medellín, Barranquilla y Cali.

Están abriendo oficinas en Santiago de Chile (Chile), Lima (Perú), Quito (Ecuador) y Ciudad de México (México) para soportar ese proceso que quieren que anteceda un futuro aterrizaje en Brasil.

A Brian le enorgullece que desde sus inicios demostraron que podían atraer inversionistas locales. Han recibido capital del Grupo Bolívar, del IFC del Banco Mundial y otros fondos internacionales.

Tres mosqueteros

“Tener tres fundadores es realmente estratégico. Eso me permitió no tener que preocuparme por las operaciones del negocio y concentrarme en la recaudación de fondos, una tarea díficil que requiere de mucho tiempo. En la primera ronda terminamos con cerca de 90 inversionistas y la mayoría de ellos están aquí en Colombia. En principio muchos nos habían dicho que no”, dice York.

Mientras que Brian se centraba en cerrar la ronda de financiación,  Ángel y Felipe inclinaban todos sus esfuerzos a ejecutar el negocio.

Están trabajando en crear soluciones innovadoras para cada etapa del proceso logístico; desde sofisticadas bases de datos para manejar la cadena de suministro hasta sistemas de reconocimiento facial para aumentar la seguridad de los procesos.

Señalan que están en un proceso de alfabetización digital en un mercado que no está formalizado y en que culturizar tanto a negocios como a conductores digitalmente es toda una travesía.

“Es una experiencia que nos ha agregado mucho valor. Rappi y Uber han abierto el camino para eso. El crecimiento duele mucho. El pasar de una compañía que nació en un garaje a ser una multinacional de manera muy rápida puede ser un proceso muy agresivo y desgastante. Más que construir empresa, construir equipo en un proceso como el que nosotros pasamos se vuelve toda una odisea”, comenta Celis.

Es así como se están preparando para tener una expansión agresiva en la región y llegar con su sistema a todos los rincones de América Latina.

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