LATINOAMÉRICA

¿Cómo afectará la "nueva normalidad" el bolsillo de los latinoamericanos?

La respuesta de los gobiernos de América Latina después de la covid-19 se debe centrar en dos objetivos: proteger los empleos formales, porque estos reactivarán la economía, y proteger los ingresos de los trabajadores informales.

27 de mayo de 2020

El mundo después de la covid-19 y las medidas de aislamiento obligatorio es algo que muchas expertos están tratando de predecir y de comprender a medida que cada vez más países comienzan a flexibilizar sus políticas de aislamiento y los avances por encontrar una vacuna cobran mayor relevancia.

Si bien es cierto es que la pandemia afectó a todos los países, hay unos más preparados que otros y con mayor espacio fiscal para sostener diferentes sectores de la economía. Sin embargo, en el caso en América Latina se debe evaluar con otra mirada pues el margen fiscal y de endeudamiento son más estrechos frente a países desarrollados.

La complejidad de la situación, según Augusto de la Torre, exconomista jefe del Banco Mundial para América Latina, se debe a la interacción de tres choques distintos que golpean especialmente a la región. 

El primero se relaciona con la oferta y la manera en que la economía produce bienes y servicios. Esta producción se encuentra actualmente detenida por el aislamiento, entonces, según De la Torre, se está deshilando el tejido productivo, lo que lleva al segundo choque y es que las personas que participan en los procesos productivos ven una merma en sus ingresos por lo que cae la demanda interna y, de manera muy fuerte, la demanda externa.

Por último, el tercer choque expuesto por el economista es que los pagos entre empresas se suspenden, lo que genera dudas sobre la capacidad de pago de las entidades y de las mismas personas, que posteriormente se trasladan al sistema financiero.

A estos factores se debe sumar otro expuesto por Santiago Levy, exvicepresidente del Banco Interamericano de Desarrollo, y es que todos los agentes económicos de la región enfrentan una tremenda incertidumbre porque no sé sabe cuándo ni cómo va a acabar la actual coyuntura, lo que hace que el diseño de políticas económicas sea más complejo.

¿La política económica es la respuesta?

Para Levy, es fundamental construir una respuesta de política económica con dos objetivos: proteger los empleos formales, porque estos reactivarán la economía, y proteger los ingresos de los trabajadores informales.

“El primer objetivo debe ser proteger los empleos formales y la única manera es que el Gobierno ayude a las empresas. Un primer conjunto de medidas puede estar enfocado en subsidios a las empresas formales mientras mantengan a los trabajadores y posteriormente apoyar con garantías del Gobierno el acceso a la banca”, agregó Levy.

El segundo es un mecanismo para transferir ingresos a los trabajadores informales a través de programas ya existentes, como Colombia, Perú y Brasil o diseñar nuevos programas. Sin embargo, estos programas van a requerir que los países eleven su deuda y eventualmente en el 2021 - 2022 se tendrán que subir los impuestos para que este endeudamiento sea transitorio, concluyó el economista.

De una rápida respuesta por parte de los gobiernos de la región depende la velocidad en la que los diferentes países se recuperen, retomen la senda del crecimiento y se recupere lo perdido durante la pandemia en cuanto a los índices de pobreza. 

Y es que tanto Levy como De la Torre coinciden en que la pandemia y las políticas de aislamiento obligatorio impactarán fuertemente a los más vulnerables, y se verá un incremento en los índices de pobreza, lo que se constituirá en un desafío pues “no nos recuperaremos de esto rápidamente”, sentenció De la Torre.

Además, Pablo Sanguinetti, vicepresidente de Conocimiento la CAF, anunció que la entidad espera una caída del PIB promedio en la región del 5,5% en el 2020, con un sesgo a la baja, pudiendo caer hasta un 8%. “Lo que ocurrirá es que tendremos importantes aumentos en la pobreza y en la inequidad en la región”, agregó.

La “nueva normalidad” en la región

Para Levy, la recuperación de la región dependerá mucho de lo que pase en Estados Unidos y China y de los que los gobiernos en América Latina hagan, pues bajo esta nueva normalidad se deben repensar las instituciones sociales y la manera en que se han articulado las relaciones entre el Gobierno, los trabajadores y las empresas.

“La legislación sobre Seguridad Social, Pensiones, y Trabajo se escribió hace más de 70 años. Antes de la covid-19 eso ya estaba mandado a recoger y pagamos un costo muy alto llamado informalidad, lo que la covid-19 nos permite es repensar eso de fondo para reconstruir los estados de bienestar que logren proteger a los trabajadores y que las empresas crezcan y sean prósperas”, agregó.

En esto coincide Augusto de la Torre, al decir que se deben cambiar las estructuras legales. “Necesitamos una reforma laboral. Se debe proteger al trabajador y protegerlo al cambiar de puestos y funciones y no tanto a la estabilidad de los puestos de trabajo, como funciona actualmente”.

Por último, para Sanguinetti, lo más importante una vez se supere la pandemia será la cooperación internacional para mantener las fronteras abiertas, al igual que los mercados internacionales y el financiamiento a la banca multilateral que “ha repartido fuertemente sus balances para financiar estos mayores gastos pero también tiene sus límites”.

“Pensando en la recuperación, necesitamos aumentar la productividad y la demanda agregada y se debe gastar en inversión pública e infraestructura. La mala noticia es que nos estamos gastando toda la pólvora en este periodo de emergencia y tal vez queden pocos recursos de los países y las multilaterales para levantar el crecimiento”, agrega Sanguinetti.

Se tendrán que fortalecer las multilaterales y mantener abierto el comercio internacional. para que la región en el futuro esté en la capacidad de vender servicios y bienes en los mercados internacionales.