JULIANA SÁNCHEZ TRUJILLO

¿Y usted ya se sentó a diseñar su vida?

La vida puede ser como deseamos que sea, pero tenemos que darnos el tiempo para planificarla en profundidad.

Juliana Sánchez Trujillo, Juliana Sánchez Trujillo
17 de julio de 2019

La planeación estratégica es importante para dar direccionamiento a los negocios y al futuro de las organizaciones. Sin embargo, estos en ocasiones no funcionan porque en vez de tener conversaciones profundas sobre las visiones de futuro y las apuestas que se quieren lograr, se convierten simplemente en reuniones para ajustar el Excel del presupuesto de los años venideros. Cuando esto pasa, se tiene como resultado más de lo mismo, pues no se puede pretender alcanzar nuevos objetivos haciendo lo mismo una y otra vez.

En la vida personal sucede algo parecido, ¿cuántas veces se ha tomado el tiempo para hacer su propia planeación estratégica? Aquí hablo de ir mucho más allá de hacer un mapa de los sueños o de revisar someramente sus finanzas para definir sus metas; me refiero a realmente tomarse el tiempo de profundizar en cada una de las áreas de su vida y establecer cuáles son sus creencias, positivas y negativas en esta dimensión, pues son estas las que bloquean o posibilitan que las cosas se materialicen; cuál es su visión o lo que usted espera lograr, más allá de lo que el mundo está esperando de usted; cuál es el propósito que lo mueve a querer alcanzar esa visión; y cuál es el plan de acción que le va a permitir hacer realidad esa visión que ha definido para su vida.

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Este ejercicio debe hacerse en una gran diversidad de áreas como lo son: la salud y estado físico, que se ve determinada por nuestros hábitos de vida frente al autocuidado, es decir, la alimentación, el ejercicio, los patrones de sueño, entre otros. Por otro lado, se tiene la vida intelectual, que se refiere a las creencias, la forma en que nutrimos nuestra mente y elegimos nuestros pensamientos. También está la vida emocional, que actúa como pilar de todas las áreas de la vida y que como su nombre lo dice, se refiere a tanto ser consciente de las emociones, como aprender a controlarlas, acciones fundamentales para tener una vida feliz. Así mismo, está el carácter, que hace referencia a los valores e integralidad con los que se elige vivir. Adicionalmente está la vida espiritual, que más allá de la religión, se define como la búsqueda de sentido y propósito en la vida. Todas estas dimensiones actúan como los cimientos, para poder desarrollar otras áreas como lo son la vida de pareja, la vida social, la paternidad, las finanzas, la carrera y la calidad de vida.  Cuando existe una alineación entre cada una de ellas y realmente somos conscientes de lo que deseamos y no deseamos en cada área, podemos elegir la vida que en realidad hemos venido a vivir.

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Si nacimos cargados de creatividad es porque tenemos un inmenso potencial creador y qué mejor que usarlo para diseñar y elegir un camino que nos cargue de satisfacciones y que haga que valga la pena el tiempo que se nos ha dado para caminar y aprender en esta tierra. Si usted no se encuentra satisfecho con cualquier situación o circunstancia en su vida no se desanime, antes bien, tómese el tiempo de entender qué es lo que tiene que cambiar y actúe en consecuencia con eso que desea lograr. Elegirnos todos los días debe ser la decisión y la acción más importante de nuestras vidas.