JULIANA SÁNCHEZ

Transformación digital: aprenda a surfear la ola

La transformación digital es real, quien no se prepare para asumir este cambio se verá afectado pro las consecuencias.

Juliana Sánchez Trujillo, Juliana Sánchez Trujillo
22 de mayo de 2019

Hace unos días me encontraba haciendo fila en un banco y llamó mi atención un cartel del sindicato, en donde se acusa a los canales alternativos y a la transformación digital bancaria, en ser las principales herramientas para “cavar la tumba de todos los trabajadores del sector financiero”. Este mensaje definitivamente llama mi atención, pues más allá de entrar en un discurso de si se están o no cometiendo injusticias frente a estos empleados, es un fiel reflejo de las dinámicas que conlleva el ingreso a la cuarta revolución industrial, aquella que busca la implementación de nuevas tecnologías como la robótica, la inteligencia artificial, el internet de las cosas, machine learning, blockchain, entre otros.

A lo largo de la historia, las revoluciones industriales que se han atravesado han sido sinónimo de miedo, de huelgas y de victimización; pero a su vez, han creado una gran cantidad de empleos a partir de las necesidades que surgen con el ingreso de las nuevas tecnologías. El problema es que entre más se resista este cambio, más fuerte será su ingreso y menos preparación habrá por asumirlo, por eso, antes que quejarnos, preguntémonos: ¿Cómo nos estamos preparando para fluir en estos cambios?

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La realidad es que estamos en un mundo VICA; un mundo en donde la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad son el pan de cada día. ¿Cómo no sentirse abrumado cuando el ritmo de cambio de la tecnología es más rápido que el de la adaptación humana? Mientras al cristianismo le llevó 19 siglos alcanzar 700 millones de feligreses, WhatsApp tardó 6 años en lograr 6 millones de descargas.

Estamos viviendo una fuerte transformación tecnológica, de la que aun no estamos seguros los resultados. Lo cierto es que es muy probable que las carreras más demandadas dentro de 10 años aun no existan, y que los trabajos operativos y fáciles de explicar sean más propensos a ser reemplazados a través de procesos de automatización. Sin embargo, esto implica también la creación de nuevos puestos que requieran uso del sentido común, de tomas de decisiones e incluso de la creación de experiencias. Debemos aprender a ver el cambio como energía que se transforma.

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Un ejemplo claro de lo anterior se dio con Amazon, quien pasó en 2006 de 3.000 a 45.000 robots, pero al mismo tiempo aumentaron su planta de personal en 100.000 cargos. ¿Cómo lo lograron? Los robots permitieron disminuir sus costos operativos, lo que les permitió reducir los costos para el comprador y de esta manera aumentaron las ventas, lo que requirió aumentar el número de colaboradores para poder gestionar el crecimiento.

Por eso, como la acción vence el miedo, enfoquémonos en definir un propósito superior para nuestras vidas, desarrollemos nuevas habilidades y competencias, fortalezcamos la flexibilidad y creatividad, la inteligencia emocional e inteligencia social, y ante todo mantengamos una actitud tecno optimista para afrontar de mejor manera lo que se viene, porque como dice Ley Revans, “la supervivencia de un organismo depende de que su tasa de cambio sea igual o mayor a la de su entorno”.

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