CLAUDIA VARELA

Tengo razón o la tiene usted

Fin de año, organizaciones llenas de resultados sin hacer, otros para mostrar, cosas que se hicieron y otras que no se prometieron y que se encontraron en el camino.

Claudia Varela, Claudia Varela
1 de diciembre de 2019

En la mitad de un ambiente de un Paro Nacional nunca antes visto en Colombia, ante regulaciones nuevas y otras muchas promesas incumplidas, el próximo año no puede estar alejado de una realidad que termina siendo no solo diferente a la habitual sino llena de incertidumbre.

Estamos en época de cierre de año de plantear la planeación estratégica, la misión, el propósito, los objetivos, las metas y por supuesto las principales iniciativas que harán exitosas nuestras estrategias en 2020 y serán la base para negocios sostenibles en el largo plazo.

La pregunta está si tranquilos desde la oficina con el computador en frente después de haber hecho unas “ maravillas”  de proyecciones nos acomodamos y no entendemos que el paro no es en el fondo contra Duque ni es un tema de izquierda comunista en contra de una supuesta ultraderecha con plata que sí paga impuestos y hace empresa. 

Hay que leer las narrativas ocultas y entender más lo que pasa. Escuchar más, entender más. No entrar a esperar al lado de la chimenea o de la piscina que Duque solucione para que mi empresa siga su plan estratégico original.

Ningún presidente es un superhéroe y creo que en las condiciones actuales el que está hoy allí tiene menos capa y superpoderes de los que se le atribuyen. 

Como mi tema no es político, reflexiono si organizacionalmente o al menos individualmente estoy moviendo algo para hacer diferencia en este país de desigualdad en donde de nuevo parece que la culpa es de la historia, pero nunca propia.

¿Qué cambios vas a adaptar en tu vida, en tus decisiones de liderazgo, en tu negocio, en las políticas de apoyo a empleados? ¿Qué vas a hacer para en tu entorno moverte y dejar de quejarte de todo sin tomar ni media decisión? 

Quizás es más fácil quejarse del paro, hablar solo de vandalismo, culpar a los pirómanos, encontrar que los jóvenes de la marcha han sido antiéticos marchantes que solo quieren abusar de los impuestos que pagan los ricos, juzgar a los demás por sus acciones. Por supuesto aclaro que no valido ningún tipo de violencia ni legitimo la fuerza bruta de ninguno de los bandos, pero desde una tribuna justa de pensamiento y reflexión quisiera entender que tanto los líderes, empresarios y decisores van a moverse en lo que corresponde a su entorno o van a esperar en el sauna a ver qué hace el presidente.

El real líder no se limita a cumplir solamente el presupuesto del año. No se circunscribe solo a cumplir objetivos que le darán más plata individual en el aumento del año siguiente. El líder de verdad sabe que en sus manos está cambiar cosas, aunque sean pequeñas, tocar vidas haciendo algo. 

No quiero ser romántica ni quiero sonar izquierdosa porque seguro puedo perder amigos que quiero mucho. Además, porque en realidad no lo soy. Pero creo firmemente en un mundo que puede ser mejor, más equitativo y menos desigual.

Qué bueno ver nuevos emprendimientos y jóvenes con un nivel de conciencia ambiental y social bien diferente a generaciones anteriores. Eso me da un poco de fe en que el futuro va a ser mejor para mis hijos y mis nietos y para los hijos y nietos de todos los colombianos que hoy se polarizan.

Necesitamos meterle un poquito más de corazón a esto. Tratarnos mejor, tratarnos con un poquito de cariño. Entender la diferencia y abrazar los puntos de vista distintos, no pensar que lo “objetivo” es solo lo que yo pienso, por que eso para mí es un rasgo increíble de algo cercano a la brutalidad.

Yo he tratado de pensar al conversar, que es indiferente que yo tenga razón o la tenga usted;lo importante es llegar a una conclusión, y de qué lado de la mesa llega eso, o de qué boca, o de qué rostro, o desde qué nombre, es lo de menos (Jorge Luis Borges)