MAURICIO ROSILLO

¿Qué viene ahora en la ruta de Colombia en la Ocde?

Colombia quedó ahora sí a un paso de completar su entrada formal a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), conocida como ‘el club de los países con las mejores prácticas’. Con el aval otorgado esta semana por la Corte Constitucional a la Ley que faculta el ingreso del país al organismo, lo único que falta es depositar el instrumento de adhesión. Un análisis de Mauricio Rosillo*.

Mauricio Rosillo, Mauricio Rosillo
5 de marzo de 2020

Superado todo el trámite formal, el reto como país es seguir avanzando en esa mejora de nuestras prácticas en distintos frentes con el objetivo de que se adapten a los estándares que tienen los 36 estados que hoy son miembros del organismo.

Al tener que cumplir con mayores exigencias, será posible empezar a dar respuesta a algunos de los grandes desafíos que enfrenta el país, pues podremos disminuir las brechas en asuntos que van desde la salud, la educación y la formalidad, hasta el cuidado del medio ambiente y el gobierno corporativo.

Esto es una oportunidad única para que tanto el Gobierno como el sector privado pasemos de la discusión a la acción con respecto a los temas en los que debe trabajar cada uno. Aun en medio de un entorno marcado por la incertidumbre proveniente del frente externo, Colombia ha mostrado resiliencia, lo que nos deja en una mejor posición para no bajar la guardia y seguir avanzando con la mira en alcanzar esas mejores prácticas que deben acreditar los miembros de la Ocde.

Hay que redoblar los esfuerzos para mejorar en competitividad como palanca de desarrollo económico, así como acelerar la transformación digital para que la tecnología habilite más oportunidades para la innovación de las empresas y el bienestar de las personas.

Al mismo tiempo, autoridades y empresas deben llevar a la práctica un compromiso genuino con la sostenibilidad, con plena consciencia de que nuestras actuaciones tienen impacto económico, social y ambiental, que deben medirse y mitigarse y actuando bajo los más altos estándares de transparencia, ética e integridad.

En esa misma línea, las recomendaciones que constantemente genera la Ocde para Colombia son parte de una hoja de ruta que nos encamine hacia una economía más productiva y próspera. Entre los planteamientos más recientes, el organismo insiste en ampliar el acceso a la educación de calidad, mejorar la infraestructura del país, reducir las barreras al comercio, incentivar la formalidad laboral y empresarial, disminuir las disparidades entre las regiones y aumentar la inversión en innovación.

Hay que aprovechar también la posibilidad que tienen ahora el Gobierno, las empresas y la academia para intercambiar buenas prácticas con otros actores en el marco de la Organización, lo que enriquecerá las discusiones y actuaciones frente a temas claves para el país.

Si logramos dar los pasos correctos en esta dirección, Colombia podrá capitalizar de manera adecuada ese sello de calidad que obtiene al convertirse en uno de los estados miembros de la Ocde y que le da mayor visibilidad ante los ojos de los inversionistas internacionales.

*Mauricio Rosillo es vicepresidente corporativo del Grupo Bancolombia