ÁNGEL PÉREZ

Nada alentador ser bachiller en el 2020

De acuerdo con los antecedentes de los últimos cinco años, 600.000 estudiantes finalizarán la educación secundaria en 2020. Para la inmensa mayoría de ellos no habrá celebración, ni ceremonia de grado presencial, ellos se graduarán de manera virtual.

Ángel Pérez, Ángel Pérez
19 de octubre de 2020

Tampoco habrá futuro, pues más de 300.000 estudiantes solo llegarán hasta el grado 11, porque no tendrán cupos, ni recursos para poder continuar el proceso educativo en la educación superior.

A quienes en 2020 están matriculados en grado 11 la pandemia los privó de uno de los años más bellos de la vida. El grado 11 es la culminación de un primer proceso de esfuerzos, también el sueño dorado de los adolescentes, cómo se desea alcanzar o estar en el grado 11 en el colegio cuando apenas se transita por el grado 8º o 9º. Al grado 11 se llega en un instante de esplendor de la vida humana, cuando se tiene entre 16 y 17 años, en este momento el cuerpo y la mente consolidan el proceso definitivo hacía la edad adulta, aparecen y se fortalecen amigos para siempre. De alguna manera al terminar el grado 11 se empieza a definir, en parte, el destino de los jóvenes de este país. 

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En los colegios, los alumnos de grado 11 son los grandes (no se puede escribir los más viejos), los duros de la gallada o la gente importante como escribiría el profesor David Sánchez Juliao. Es en el grado 11 cuando los profes les hablan a los estudiantes con otro tono, algunos hasta les piden ayuda con los estudiantes de cursos inferiores y hasta intercambian consejos y controversias, se les consulta; los estudiantes en este momento ya toman decisiones que se pueden diferenciar del profesor; los papás están llenos de orgullo y les permiten ciertas libertades, las primeras fiestas, las voladas con los compañeros y hasta empiezan a sobrellevar las picardías juveniles que no faltarán, algunas duras de soportar o entender. 

También en el grado 11 hay espacio para la nostalgia de los estudiantes, ellos se van. Cómo no recordar cuando se presentaron las pruebas Saber 11 y la espera, con ansiedad, de los resultados, solo para comentar durante una semana cómo les fue. Nunca será fácil irse de un espacio de formación humana, la mayoría de los estudiantes de grado 11 habrán estado durante seis años o más, algunos hasta 13 o 14 años en el colegio. Para otros estudiantes el colegio será recordado como el único espacio democrático donde opinó y nadie lo maltrató o actúo con intención de hacerle daño; para otros el colegio fue el único lugar donde se pudo jugar y ser feliz, por ello el dolor de las despedidas, algunos lloran; al final, abrazos y planes para no separarse de sus compañeros, pero también de agradecimiento con los docentes y con la familia. 

En la pandemia, casi nada de lo anterior ocurrirá, los estudiantes de grado 11 estarán encerrados en sus casas, ni siquiera se podrán despedir de la mayoría de sus compañeros y junto con los maestros, la última vez que los vieron fue por allá en marzo. Los que no tienen datos para acceder a internet, ya ni siquiera recordarán el rostro de sus maestros, menos su voz educadora, algunos de sus maestros solo lo fueron de manera presencial por dos meses o menos; la guía, el correo o el WhatsApp son distantes y lejanos, aún para aquellos que gozan de la virtualidad, ¡duro ser bachiller en el año 2020!   

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No alcanzo a imaginar la preocupación de los 300.000 estudiantes y de sus familias, quienes desde ya conocen que para estos jóvenes el proceso educativo termina con el grado 11, la tasa de tránsito inmediato (de la educación media a la superior) no pasa en Colombia del 40%, cada vez más cercana al 60% para quienes terminan en colegios privados y a 30% para quienes terminan en colegios públicos, aclaro que esta medición no incluye a los bachilleres adultos (cerca de 130.000). 

¿Qué hacer? La vida para los bachilleres que no continúan estudiando, en condiciones normales, ofrecía muy pocas oportunidades, ahora con la pandemia esas escasas oportunidades desaparecieron. Según el Dane, las tasas de desempleo crecieron del 10% al 17% entre 2019 y 2020, además, ahora sabemos que en condiciones normales la pobreza monetaria se incrementó en 662.000 personas en 2019 ¿Cómo serán estos datos al finalizar 2020? ¿Alguien tiene dudas de que el mundo de la informalidad e ilegalidad debe estar muy competido para estos jóvenes, cuya única opción será presionar las tasas de desempleo y, en el corto plazo, la economía del rebusque? 

El país conoce que los más de 300.000 bachilleres que no pasarán a la educación superior son quienes obtienen los peores resultados de calidad en educación y pertenecen a las familias más pobres, el círculo de la pobreza gira y gira ¿Cuándo desarrollaremos políticas públicas para ellos, para enfrentar de verdad y de manera estructural la pobreza? Reconozco que Bogotá y otras entidades territoriales tienen programas, pero este es un problema nacional: jóvenes sin oportunidades.

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El círculo de la pobreza no da opciones de salir, se requiere una pequeña ayuda, el sistema capitalista de mercado abierto actúa, la disminución de la demanda y el exceso de mano de obra joven, sin formación, sólo ofrece empleos de mala calidad, los jóvenes aceptarán y con esta decisión atentarán contra la estabilidad y los ingresos de otros trabajadores, los gobiernos continuarán bajando impuestos a las grandes empresas y a los ricos. 

En el sistema capitalista vivir sin protección social es una vía para la exclusión de los circuitos del desarrollo, en cambio la pobreza y las necesidades de la gente, en este caso de los jóvenes, permite otro tipo de abusos y crueldades; acá los jóvenes son carne de cañón (desempleo, ilegalidad, criminalidad, pobreza, exclusión), eso sí, podemos seguir añorando la paz y una vida tranquila, sin ningún tipo de protesta de nadie. ¡Todo va bien!