ALEJANDRA CARVAJAL

Lejos de la recuperación

La falta de cultura ciudadana en medio de la pandemia nos condenará a un rebrote. En ese orden de ideas, las previsiones del FMI pueden estar de nuevo equivocadas, por lo que el pronóstico sería bastante peor del que se plantea, no solo en Colombia sino en el mundo.

Alejandra Carvajal, Alejandra Carvajal
30 de junio de 2020

De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, Colombia entrará en su peor recesión en dos décadas. Inicialmente, esta entidad había afirmado que en 2020 la caída sería de un 2,4%. Sin embargo, Alejandro Werner, director para las Américas, afirmó que el FMI pronosticaba una contracción del Producto Interno Bruto del orden del 7,8% como consecuencia de la pandemia.

De otro lado, Werner afirma que el comportamiento de la economía en el 2021 será positivo, repuntando al 4%, bajo la perspectiva de una estabilización de la situación sanitaria dentro y fuera del país. Así las cosas, nuestra economía florecería de nuevo posicionándose como una de las más atractivas de la región. La economía de América Latina para este año, de acuerdo con el FMI, caería un 9,4%, por lo que, observando bien las cifras, Colombia y Chile serían los países menos damnificados de este lado del mundo.

Hasta ahí, el panorama no pinta tan mal. Sin embargo, hay externalidades que no se están considerando, como la posibilidad de un segundo e incluso tercer rebrote, lo cual retrasaría los planes de recuperación nacional y global. Ya varios países que pasaron el pico más alto empiezan a ver rebrotes, como es el caso de Alemania y España. Pekín, por ejemplo, de nuevo entró en cuarentena. En nuestro país, el comportamiento de la ciudadanía el Día sin Iva y las repetidas fiestas que han tenido lugar en las distintas capitales y municipios del país son muestra de lo lejos que estamos de tener la disciplina necesaria para aplanar la curva.

Factores determinantes de la recuperación

Hay dos componentes esenciales para esta: la cada vez más necesaria reforma fiscal y la deuda externa, ambas íntimamente ligadas. La calificadora de riesgo Moody‘s, por citar un ejemplo, considera que una reforma tributaria de carácter estructural mejoraría la imagen del país, lo cual generaría una mayor seguridad a los inversionistas. De no hacerse, nuestra calificación bajaría, escenario que incluso ha llegado a plantearse públicamente por parte de las calificadoras.

La deuda de Colombia es enorme. Un reciente informe del Banco de la República dio a conocer que esta tocó su máximo histórico en marzo de este año, situándose en 44,2% del PIB. La emergencia aún no termina, por lo que Colombia va a endeudarse aún más antes de finalizar el año, pues la situación sanitaria, económica y social lo amerita. La suspensión de la regla fiscal para 2020 y 2021 pone en evidencia que el país no tendría límites para aumentar el endeudamiento.

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El mundo endeudado

El Instituto de Finanzas Internacionales, llamado por algunos como la patronal de los bancos a nivel mundial, advierte que la suma de la deuda pública y privada pasará de 255 a 325 billones de dólares en 2025. La crisis económica de 2008 dejó bastante resentidas las arcas de varios países e instituciones, cuyas finanzas aún no estaban del todo recuperadas cuando llegó la pandemia. La mayoría tendrá que endeudarse aún más.

Buena parte de los países emergentes como Colombia tienen su deuda en moneda no local, lo cual agrava aún más el problema. Sin embargo, tenemos a nuestro favor que estamos lejos de tener un default, como lo vienen haciendo economías como la Argentina. Las perspectivas de recuperación bajo este panorama aún no están claras, en especial porque es incierto que se encuentre una vacuna. Varios laboratorios han afirmado tener la vacuna para septiembre o incluso para diciembre. En caso de que el milagro suceda, la vacuna no llegará a Colombia pronto.

Lejos de la vacuna

De acuerdo con el Ministerio de Salud, en un escenario moderado, la vacuna podría llegar a mediados del año entrante. Mientras tanto, a nivel sanitario, económico y social, la falta de conciencia ciudadana nos condenará inevitablemente a no encontrar una salida pronto.

Como lo indiqué al inicio de este artículo, el FMI, en abril, pronosticó que la economía caería un 2,4%. Recientemente, advirtió que lo haría en un 7,8%. El Ministerio de Hacienda insiste en que la caída será del 5,5%. El Dane, esta semana, tendrá que publicar las cifras de mayo; solo así podremos dimensionar realmente el daño. Aún no llegamos al pico, pero teniendo en cuenta varias variables luego de superarlo, al igual que en otros países (como Alemania, en donde hay una mayor disciplina entorno al uso de las mascarillas y al distanciamiento social), podría haber un rebrote. Las posibilidades de una segunda cuarentena son enormes, por lo que podríamos estar hablando de una caída superior al 10%.

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