MAURICIO BOTERO CAICEDO

¿Le quedó grande Tesla a Elon Musk?

Elon Musk es un visionario que le apuntó correctamente a que el futuro del transporte es eléctrico.

Mauricio Botero Caicedo, Mauricio Botero Caicedo
26 de septiembre de 2018

Elon Musk NO es un aparecido: cofundador de PayPal y de varias ‘iniciativas’ empresariales de Silicon Valley, entre ellas una empresa que manda cohetes al espacio, el surafricano parecería que tenía el don de leer el futuro y de convertir, como el rey Midas, todo lo que tocaba en oro.

Pero todo parece indicar que su empresa emblemática, Tesla, le ha quedado grande. Y le ha quedado grande en buena parte porque Musk, que desde su papel como empresario en el sector automotriz tiene son pantalones cortos, no se dio cuenta que estaba compitiendo en un negocio donde se necesitan pantalones largos.

La supervivencia de Tesla, bajo su actual estructura accionarial y de capital, está seriamente en duda. Y lo está por cuatro factores principales:

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  • El primero de ellos es que Tesla está seriamente sobrevaluada. El mercado le da un valor patrimonial de US$50.000 millones, una cifra muy similar a la que le da a la General Motors. La enorme diferencia es que General Motors produce 9,6 millones de carros anuales y tiene utilidades antes de impuestos de US$12.000 millones por año. Tesla, mientras tanto, produce solo 100.000 carros al año y pierde anualmente US$2.200 millones. Simultáneamente, Tesla está siendo sujeta a importantes ataques de los ‘short–sellers’, aquellos individuos o inversionistas que apuestan al desplome de las acciones, en este caso concreto las de Tesla. Musk afirma que estos ‘inversionistas’ son buitres y vulgares especuladores. Pero en buena parte, los ‘short-sellers’ son expertos en el sector automotriz que ven que la valuación de Tesla es una burbuja próxima a explotar.   
  • La segunda razón es que Tesla quema efectivo a niveles bastante más altos de los que puede reponer dicha caja, ya sea por vía de ventas o de créditos financieros o de proveedores. Una crisis de liquidez, a menos que haya inyecciones relativamente inmediatas de capital, es inminente.
  • La tercera razón es el temperamento impredecible de Elon Musk que pone en duda su capacidad de liderazgo y de sacar adelante a Tesla. Un día, sin respaldo alguno, afirma que va a salir de bolsa y al otro día se deja filmar fumando marihuana en público. No son exactamente estas las cualidades que debe presentar la cabeza de una firma que puede llegar a perder este año la cifra de US$3.000 millones.
  • La cuarta razón es que aún siendo los vehículos Tesla innovadores, con excelente rendimiento y bien diseñados, no parece que el mercado esté dispuesto a comprar toda la producción a los precios que la empresa aspira. Contrario a las aseveraciones de Musk en el sentido que toda la producción de Tesla está vendida con antelación, pareciera ser que los inventarios de Teslas sin comprador se están acumulando.

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Para el autor de esta nota, el futuro de Tesla está en duda. Elon Musk es un visionario que le apuntó correctamente a que el futuro del transporte es eléctrico. En esto el surafricano no se ha equivocado. El problema de Tesla es que la tecnología del ‘carro eléctrico’ no es exclusiva de Tesla y es replicable por prácticamente la totalidad de los grandes fabricantes de automóviles del mundo.

Es más, algunos de ellos ya sacan al mercado vehículos eléctricos que igualan o superan los carros de Tesla en rendimiento, y lo hacen a un precio menor.

Entre comprar un BMW o un Porsche eléctrico, que supere al Tesla en lo que a desempeño se refiere (y con un precio similar o inferior) es muy probable que el comprador se incline por una marca reconocida, con una red de servicio y apoyo bastante más extensa que la de Tesla.

Me temo que los ‘short–sellers’ van a terminar teniendo razón.

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