JULIANA SÁNCHEZ TRUJILLO

La liga de la justicia corporativa

El trato justo se ha convertido en una prioridad en los negocios. ¿Cómo promover prácticas orientadas a comportamientos más equitativos?

Juliana Sánchez Trujillo, Juliana Sánchez Trujillo
6 de junio de 2018

Cuando los empleados son tratados de forma justa, se sienten más motivados, lo que tiene una influencia directa sobre los niveles de productividad, colaboración e iniciativa. Incluso, investigaciones realizadas en este tema a lo largo de 60 años, han demostrado que una persona que siente justicia en su trato, tiende a ser menos hostil con sus compañeros de trabajo o incluso con menores probabilidades de robarle a la empresa, por lo que invertir en el tema resulta ser un gana-gana tanto para la organización, como para sus empleados.

Le recomendamos: Superando la tusa política

Lo anterior suena maravilloso, el problema es que son muchos los casos en donde esto no aplica y la causa tiende a provenir de la capacidad del líder para manejar sus propios niveles de estrés y el exceso de trabajo. Además, es importante comprender que la justicia es un estado que se construye a partir de una serie de decisiones y eventos. No es una situación puntual, sino que es la repetición de múltiples experiencias en el tiempo.

Lo anterior aplica tanto para los colaboradores como los clientes de la organización.  En tiempos de alta migración, este tema toma cada vez más fuerza. ¿Cómo dar la bienvenida y tratar a todos por igual sin discriminar por su valor? El tema es tan preocupante que el martes de la semana pasada, Starbucks cerró 8.000 tiendas en Estados Unidos para capacitar a sus empleados en cómo promover tratos justos que posibiliten el aceptar y gestionar la diversidad al interior de la empresa y de cara a los clientes. Esto es una fiel muestra de que la discriminación se está convirtiendo en algo más que un tema de moda; movimientos como “times up” y “yo también” están generando cada vez más presión por prácticas laborales más humanas y transparentes. 

La guerra de derechos civiles que se vivió hace unas décadas en Estados Unidos empieza a tomar nuevos matices, pues ya no se refiere solo al color de la piel, sino también al país de procedencia, al género e incluso a las preferencias sexuales. Hoy, más que nunca, incurrir en prácticas discriminatorias no resulta solamente reprochable, sino sumamente costoso para las marcas. Los usuarios actualmente, no solo buscan productos y servicios que suplan sus necesidades, sino también a las marcas que se encuentran alineadas con sus valores y creencias, y por tanto cada paso que se da debe ser medido milimétricamente.

Lea también: Contigo EPM

¿Cómo promover entonces procesos justos? La justicia debe evidenciarse en una serie de factores como: sueldo equitativo, procesos claros, cargas laborales equilibradas entre los miembros del equipo, equidad en la información entregada y en la explicación de las razones existentes detrás de la toma de decisiones, además, por supuesto de un trato basado en el respeto y la dignidad.

Aquí el reto es cómo priorizar el trato a las personas de la misma manera que se le da énfasis a las tareas y a la consecución de resultados. Además, las culturas organizacionales orientadas hacia las personas, se traducen en culturas que propenden por el servicio y la satisfacción del cliente.