CAMILO DÍAZ

La agenda debe ser el crecimiento

El crecimiento se alcanzará con una agenda económica y política definida que busque incrementar la competitividad y diversificar la economía.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
22 de junio de 2019

Hace falta que el país económico empiece a caminar con base en una agenda de productividad, ventas externas, construir la infraestructura que se necesita, acercarse a China y sus inversiones en la ruta de la seda, diversificar la producción, y hacer negocios en el exterior. Eso implica desmarcarse de la agenda política que anda mirando hacia atrás, y preocupada por cosas que ante el bienestar económico tienen menor importancia.

Recientemente un exministro dijo que las discusiones sobre la JEP y los acuerdos de paz han puesto a la gente en tal grado de polarización que tienen embobados a todo el mundo en eso, descuidando lo que es verdaderamente importante. Por su lado ‘The Economist¡ subrayó que el presidente Duque tiene que construir y ejecutar su agenda porque una vez electo las agujas del reloj le corren al contrario.

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Mientras la esfera política anda discutiendo si acaban o no los acuerdos de paz, que fueron firmados con la comunidad internacional como testigo, la economía muestra signos mixtos que han llevado a que la autoridad monetaria prenda alarmas. El déficit corriente anda en 4,6 % del PIB; el crecimiento del primer trimestre sorprendió a la baja con solo 2,8 %; vivienda se contrajo 8,8 %; la industria perdió fuelle y paso de crecer al 2,9% para bajar al – 1,3 % en abril; y la confianza de los consumidores que responde por el 65 % de crecimiento ha estado en negativo abril y mayo mostrando que el crecimiento del segundo trimestre no va a llegar al anhelado 3,9 % para que se cumpla el optimismo del Gobierno de crecer 3,6 % en el año.

Entonces al presidente y su partido lo que les corresponde es virar en la agenda para que el crecimiento regrese. Obviamente no es con globos como la prima extra a los trabajadores, cuando en el pasado la estrategia fue disminuir ingresos en horas extras y recargos, tampoco haciendo ganas de crecer en los escritorios de los ministros, o diciendo que son pura paja las alertas que ve el gerente, y el Banco de la República, que siempre han sido serios.

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La cosa es con verdaderas acciones e instrumentos de política pública. La agenda de comercio exterior debe buscar incrementar el volumen de las exportaciones no tradicionales, para ello pueden aprovechar la congestionada agenda de viajes para hacer rondas de ventas de manufacturas, servicios turísticos, y productos agropecuarios apetecidos todo el año en Europa, Asia y Estados Unidos. La agenda industrial no se debe quedar solo en empujar para que el fracking se implemente y el precio del petróleo se mantenga en buenos niveles, la volatilidad del mercado petrolero se mantendrá en las decisiones del grupo Opep+, Rusia, y la producción de Estados Unidos. Los demás productores como Colombia solo pueden mirar y adaptarse.   

La infraestructura que junto con la vivienda tienen amplios encadenamientos con el resto de la economía, deben ser puestas a andar. Una estrategia es desarrollar nuevos activos financieros para movilizar el ahorro que hay en los fondos de pensiones y FICS hacia etapas tempranas de la construcción, no solo esperar a que la banca vuelva a confiar, o la venta de activos de la nación para poner los recursos directamente. Hay que recordar que la última venta de un activo público (Isagén) duró cuatro años. Otra es pensar que los puertos en el Caribe y en el Pacífico son atractivos para las inversiones globales que está haciendo China en su nueva ruta de la seda, así que es un error que siendo parte de la Alianza del Pacífico Colombia se haya marginado.

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Finalmente, el FNA puede ser el instrumento de política pública del Minvivienda que ponga a financiar hasta el 90% de la compra de viviendas, la banca tradicional no lo va hacer, hasta que no vea que no hay impactos significativos en el riesgo de crédito; para fondear las nuevas operaciones activas puede usar el mercado de bonos local y ofrecer una buena tasa para que créditos de ese estilo despeguen, y así el sector también.