CAMILO DÍAZ

Estos cuatro meses pueden salvarnos

Levantar la cuarentena estricta en todo el país nos da la oportunidad de aprovechar los cuatro meses que quedan del año para recuperarnos.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
29 de agosto de 2020

Normalmente, por esta época del año la industria está trabajando a toda carga para surtir con su producción los inventarios que son comercializados durante la temporada de compras navideña. Ese aumento de la demanda que se da por el incremento del gasto de los consumidores, como se sabe, siempre ha sido un dinamizador estacional del empleo, de tal manera que el comercio incrementa su nómina para poder atender el pico de demanda que se genera y, obviamente, la industria hace lo propio para cumplir con los pedidos. 

Aunque el año económico parece haberse reducido a solo siete meses, como consecuencia del efecto en la economía que ha tenido la cuarentena, todavía hay una oportunidad para recuperar una parte importante de lo perdido en estos meses. Si en los cuatro meses que restan del año se toman las medidas adecuadas, podemos salvarnos de un descalabro mayor. 

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En primer lugar, el Gobierno debe alistar un paquete de medidas que contribuya a subsidiar la prima de diciembre para los trabajadores. Ese incremento en los ingresos de los hogares que ocurre al final del año va a ser necesario para reactivar el empleo; sin él se correrá el riesgo de que la demanda de los hogares se estanque y los ingresos de las empresas caigan, con lo cual, las expectativas de inicio de 2021 se ensombrecerían, afectando duramente la recuperación.  

Por otro lado, la reglamentación de la Ley de Pronto Pago para las pymes se vuelve un instrumento de liquidez indispensable para esas unidades productivas, que ya están enfrentando restricciones a la hora de acceder al crédito para financiar capital de trabajo. Para las pymes es mejor que les paguen pronto porque pueden reinvertir, disminuir sus deudas y volver a empezar el ciclo de producción; mientras que soluciones vinculadas al endeudamiento bancario aumentan su riesgo de iliquidez, puesto que las deudas se deben iniciar a pagar en algún momento, más los intereses que se generan. Por otra parte, no hay dinero más caro para una empresa que el que no tiene disponible para usar, y en esta coyuntura el canal de crédito o bien está cerrado para varios sectores o enfrenta restricciones.  

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Para que estos meses sean provechosos y se sienten las bases de la recuperación, la sociedad también debe poner su aporte manteniendo la disciplina con el uso del tapabocas, la máscara de acrílico, el gel antibacterial y el distanciamiento social. Solo de esa manera se puede evitar que surjan nuevos brotes y se tengan que volver a tomar las fuertes medidas de aislamiento que tanto han costado en términos sociales y económicos. Una forma de incrementar la disciplina es la implementación de campañas pedagógicas constantes para que el mensaje cale y las nuevas costumbres de bioseguridad se instauren en la sociedad. En el pasado ya ha funcionado con los espacios libres de humo, el cinturón de seguridad, el uso del casco y, aunque con excepciones, no mezclar alcohol con la conducción. 

Un elemento a favor para que estos meses sean exitosos es que los depósitos en las cuentas de ahorro rondan los $230 billones, algo que indica que hay capacidad de compra por parte de los hogares y que durante estos meses ahorraron una buena parte de lo que antes gastaban, de tal manera que la apertura de la economía contará con la facilidad de liquidez desde algunos hogares y varias compras represadas, además del deseo de salir y disfrutar de momentos de esparcimiento con la familia o amigos. 

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Estos cuatro meses, si son bien aprovechados, tienen el potencial de salvarnos y permitir que la economía inicie su recuperación, que las empresas reintegren parte de la fuerza laboral que despidieron y se vayan recuperando del frenón que se instauró a medida que el aislamiento estricto se fue prolongando en pequeñas cuotas de tres semanas, cada vez que las autoridades iban alargando la cuarentena para prevenir un colapso del sistema sanitario.