CAMILO DIAZ

El valor de la innovación

Ahora el valor de las empresas reposa sobre su capacidad de innovar y adaptarse rápidamente a los cambios.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
12 de julio de 2019

El valor de empresas valiosas como Amazon, Bayer, Pfizer, Microsoft, Huawei, Google o Apple, reposa en sus activos intangibles que han sido logrados gracias a la aplicación de procesos de investigación y desarrollo, lo cual les ha permitido generar innovaciones que han llegado para quedarse. Por ejemplo, el correo electrónico desplazó la mensajería regular; el comercio en línea crece a tasas de más del 10 % anual mientras el comercio tradicional decrece; la analítica de datos proveniente de la información de los usuarios de las redes sociales es ahora uno de los principales insumos para hacer estudios de mercado; y en los mercados financieros los trinos de los operadores se han convertido en una forma de medir las expectativas del mercado.

En otras áreas la aplicación de los procesos de investigación y desarrollo han abierto el camino para la implementación de soluciones que han cambiado drásticamente el panorama tradicional. En Estados Unidos la aplicación de la técnica del fracking llevó a que la producción de petróleo literalmente brincara desde niveles de 5 mbpd en 2008 hacia el nivel actual de 12 mbpd, doblar la producción en un periodo relativamente corto dio como resultado una nueva estructura en el mercado petrolero mundial, y otra forma de relacionamiento del principal consumidor de crudo con el resto del mundo.

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Los vehículos eléctricos antes distantes y poco viables en términos tecnológicos y de duración de las baterías, ahora son una realidad que está implementándose a un ritmo cada vez más rápido, al punto que países como Francia, Alemania, y Reino Unido han promulgado leyes para acelerar su adopción llevando a que en el año 2040 no se puedan comercializar vehículos con motores de combustión en sus mercados. Eso hará que el valor de las marcas automotrices quede fundamentado en su capacidad de producir autos eléctricos con la misma fiabilidad de los tradicionales motores de combustión interna, para lo cual el desarrollo tecnológico será clave, y la batalla por el dominio del mercado será ganada por quien desarrolle la mejor tecnología. Así mismo el gigante mercado de baterías eléctricas para automóviles se quedará en manos del fabricante que sea capaz de desarrollar un estándar compatible con la mayoría de los constructores. Una vez más será la innovación proveniente de las actividades de investigación y desarrollo la que provea el valor de las empresas.   

En la industria farmacéutica y biotecnológica sucede igual, es la capacidad de creación y de convertir los experimentaos a nivel de laboratorio en medicinas o productos que puedan ser comercializados, lo que determina el valor de las empresas. Sin embargo, esa capacidad de creación nace obligatoriamente de procesos científicos de investigación y desarrollo, difícilmente una empresa de estas áreas que no tiene procesos fuertes de investigación y desarrollo logra mantenerse en el mercado durante un tiempo prolongado.

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Mantener la capacidad de innovación requiere de importantes esfuerzos financieros para poner recursos en las áreas de investigación y desarrollo, asumiendo los riesgos de obtener resultados positivos o negativos, no obstante, esa disposición a invertir en investigación y desarrollo es la que convierte a las empresas en activos valiosos. Si bien el flujo de caja que produce cualquier activo seguirá siendo el rey a la hora de valorarlo, es claro que una de las principales fuentes de generación de flujos de caja, es la capacidad de innovación que se traduce en mayor eficiencia al momento de funcionar, o en la capacidad de implementar nuevos productos o servicios que logran ganar cuotas de mercado significativas y perdurar en el tiempo. 

Muestra de ello es que iniciando la semana IBM anunció la mayor adquisición de su historia comprando por US$34.000 millones a la empresa Red Hat que se dedica a la creación de software de código abierto en la nube, con esa maniobra IBM buscó garantizar su participación en el segmento de software que más crece y hacerse con las capacidades innovadoras de la empresa líder. Otros ejemplos de que la innovación es uno de los mayores generadores de valor, existen y bastantes: el sistema operativo Windows, el Viagra, los smartphones, WhatsApp, los microprocesadores, y cada vez más cerca los vehículos eléctricos autónomos y la red 5G que transformará la comunicación móvil.