Dos gorgojos que hablan duro

Hay dos países que de alguna forma son gorgojos, pero son gorgojos que hablan duro, y causan mucho daño y demasiada zozobra. Es más, estos países aparecen prácticamente todos los días mojando prensa; y el mundo entero, con Trump a la cabeza, se despierta pensando qué va a hacer respecto a estos dos gorgojos encabezados por dos personajes de mucho cuidado,  Kim Jong-un y Putin. ¿Pero por qué estos dos gorgojos, que tanto daño han hecho y siguen haciendo, se dan el lujo de hablar tan duro? Porque los dos están sentados en un arsenal de ojivas nucleares. En el caso de Corea del Norte puede que sea un par de docenas. Rusia sí esta sentada en 70.000 cabezas nucleares. Ambos son países que han construido un gigantesco aparato de defensa, espionaje y seguridad. El resto es prácticamente nada. Corea del Norte una nación aislada, pobre y gobernada con mano de hierro. Rusia es hoy un país en vías de desarrollo, armado hasta los dientes, y con un Gobierno de ideología ultranacionalista.

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El primer gorgojo es Corea del Norte, y desde cualquier ángulo que se le mire, es un país insignificante. Escasamente han pasado veinte años de la hambruna que vivió Corea del Norte y por la que fallecieron cerca de 200.000 personas, y en medio de una nueva escalada de tensión con su vecino del sur y con Occidente por las pruebas de misiles, el régimen de Kim Jong-un enfrenta una vez más los fantasmas de la falta de comida, en medio de una sequía de meses que hace temer que el escenario se repita. Según los especialistas, la situación puede adquirir tintes catastróficos debido a que el 40 por ciento de la población, unos diez millones de personas, están al borde de la hambruna, según los datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). De hecho, ambas organizaciones publicaron un informe conjunto en el que se concluye que el año pasado Corea del Norte produjo la menor cantidad de alimentos de la que se tiene constancia desde 2008. El PIB de Corea del Norte es de 18.000 millones de dólares con una renta per cápita de menos de 700 dólares por habitante, cifra que supera en algo el PIB por habitante de la República del Congo, pero es bastante menor que el PIB por habitante de Haití. La economía de Corea del Norte se contrajo un 3,5 % en 2017. En otras palabras, Corea está en el rango más bajo del los países del tercer mundo.

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El segundo gorgojo es Rusia, una superpotencia militar con una economía tercermundista. En realidad, como recientemente lo señalaba el diario madrileño El Mundo, “Rusia está mucho peor que España, porque tiene el mismo Producto Interior Bruto (PIB), pero más del triple de población. Y sus perspectivas económicas son muy malas porque su estructura económica es la de un país del Tercer Mundo. Exporta petróleo, gas natural, y otras materias primas, e importa todo lo demás. Lo único que rompe esa dinámica son las ventas al exterior de material militar (en gran parte heredado de la industria de la antigua Unión Soviética, por lo que cada vez tiene menos mercados y depende de compradores menos fiables que estén interesados en sus antiguallas). Que un país con la esperanza de vida de Bolivia, la economía de España, y la riqueza por habitante de Grecia juegue el papel de Rusia en el mundo debería ser motivo de tesis doctorales. Porque la comunidad internacional sigue aceptando a Rusia como una gran potencia, heredera de la Unión Soviética.”

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