CAMILO DÍAZ

Dólar así como sube también puede bajar

En la semana que acaba de terminar el dólar toco máximos frente al peso colombiano, sin embargo, de haber cambios en el entorno externo la situación se puede revertir.

Camilo Díaz
10 de agosto de 2019

La última pérdida de valor del peso colombiano frente al dólar americano ha sido el resultado de movimientos en la economía internacional y el ambiente externo, que han provocado que la mayoría de monedas del mundo pierdan valor frente al dólar americano, a pesar del reciente recorte de tasas de interés que llevó a cabo la Reserva Federal. 

Los movimientos del banco central de China para permitir que el Yuan se devalúe frente al dólar y la desaceleración económica global han hecho que la mayoría de los inversionistas busquen activos seguros y de baja volatilidad para utilizarlos como inversión, en deterioro de activos con mayores rendimientos, pero más riesgosos.

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La maniobra utilizada por China de devaluar su moneda hasta 7 yuanes por dólar fue interpretada por los mercados como una intensificación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y que lo que vendría serían nuevas represalias desde la administración Trump afectando nuevamente el ya maltrecho volumen de comercio internacional. Ese sentimiento de aversión al riesgo y temor por nuevos deterioros de la dinámica económica mundial fue el que provocó que la mayoría de las acciones perdieran valor y que la mayoría de divisas cayeran frente al dólar.  

Lo que hubo fue una retracción de capitales en búsqueda de activos más seguros; por supuesto aquellos denominados en dólares están en mejor posición. Los bonos del tesoro americanos tienen un mejor rendimiento que los de otras economías con nivel de riesgo similar y mientras los bonos del tesoro de Inglaterra rentan al 0,48%; los de Alemania al – 0,56%, y los de Japón - 0,21%; los bonos del tesoro americano ofrecen 1,74%. En momentos de tensión importantes como el ocurrido con la decisión de China, simplemente los flujos de capital van en búsqueda de menor riesgo, algo que Estados Unidos puede brindar al tiempo que garantiza una mejor rentabilidad que otras economías.

Mientras todas las monedas sienten el embate de un cambio en los flujos de capital, el peso colombiano tampoco es ajeno a esa dinámica, que vale la pena decir no tiene nada que ver con las decisiones económicas tomadas recientemente por el Gobierno. No obstante, en la medida que la balanza comercial y la cuenta de capital dependen significativamente del sector petrolero, la volatilidad de la tasa de cambio se agudiza cuando existe probabilidad que los precios de los commodities se deterioren.

En el caso del petróleo, el precio, está altamente influenciado por las expectativas de crecimiento a nivel mundial, puesto que el principal determinante de la demanda de crudo es la expansión que presenten las economías más grandes del planeta como Estados Unidos, China, Japón o Alemania, y cualquier temor sobre la intensificación de la guerra comercial entre las dos primeras, inmediatamente prende alertas sobre la demanda por petróleo y su precio, que ha logrado sostenerse no por estabilidad de la demanda, sino por el retiro artificial de la oferta desde la OPEP + Rusia. 

Así como el dólar en Colombia ha ganado terreno como consecuencia de los últimos sucesos en la economía mundial, también podría revertirse esa tendencia en caso de que China y Estados Unidos lleguen a un acuerdo amistoso para poner fin a la guerra comercial que esta afectando a ambas economías, puesto que una solución amistosa a la disputa comercial reduciría los niveles de riesgo global y además impulsaría las expectativas sobre mayor crecimiento en Asia y Estados Unidos, llevando a que Europa ganara más fuerza desde el lánguido crecimiento actual del 1%. Si esas condiciones se dan el valor del dólar cedería puesto que los capitales nuevamente migrarían hacia destinos que con la rentabilidad que ofrecen compensan un poco más de riesgo, entre esos destinos está Colombia y los demás mercados emergentes.

Por el momento, la volatilidad en las cotizaciones de las monedas y las acciones continuará hasta que se despeje el panorama de riesgos asociados al crecimiento económico global y la guerra comercial entre las dos primeras economías del planeta, la cual ha sido el principal factor desestabilizador del crecimiento mundial.