CAMILO DÍAZ

Desempleados por horas

La propuesta de ofrecer contratos laborales por horas como una manera de generar más empleo terminará legalizando la informalidad que roza el 50%.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
15 de febrero de 2020

La tasa de desempleo durante 2019 promedió un elevado 10,5% con el agravante de tener una tasa de informalidad del 50%, lo que significa que si se sinceraran las cuentas del desempleo la tasa de desocupados del país ascendería a un penoso 21%. Eso se da porque en la actualidad los vendedores informales, quienes ejercen cualquier tipo de actividad en un semáforo, aquellos que han trabajado por lo menos una hora en la semana remunerados o no, y quienes desistieron de buscar empleo porque no lo encontraron, no se cuentan como desempleados. Sin embargo, después de todos esos filtros el desempleo continúa elevado, y es mayor en los jóvenes con menor preparación, y en las mujeres.

Entonces la propuesta que viene elaborando el Gobierno de permitir la contratación por horas para generar más puestos de trabajo lo que terminará haciendo es legalizar la informalidad. De implementarse esa forma de contratación lo que ocurrirá es que quienes han tenido que aceptar condiciones laborales por debajo del salario mínimo y sin seguridad social serán tratados como empleados formales sin que sus condiciones laborales hayan cambiado verdaderamente. Parece entonces que lo que busca el Gobierno con esa iniciativa es mejorar las estadísticas de empleo y disminuir la informalidad vía decreto, pero sin preocuparse de que exista un cambio positivo en las condiciones bajo las que laboran y son remunerados más de cinco millones de colombianos.

Quienes viven de devengar un salario fruto de su profesión u oficio se exponen a que sus ingresos caigan dramáticamente, ya que en un mercado laboral con sobreoferta como el nuestro, los precios de la hora de trabajo quedarán fijados por la oferta de mano de obra y la demanda por la misma, lo que conducirá a que quienes demandan trabajo puedan en un momento dado crear contratos tipo subasta, donde listan las actividades que requieren por un determinado número de horas y lo asignan a quien ofrezca hacerlo en el menor número de horas o por el menor valor de cada hora. En ambos casos son los ingresos de los hogares quienes se resentirán de forma inmediata obligando a que tengan que ajustar su consumo a las nuevas condiciones.

Para defender su postura el Gobierno dice que en otros países como Estados Unidos, Alemania, y el Reino Unido, existe la contratación por horas, y así es, pero también esos mercados laborales tienen unas tasas de desempleo bajísimas del orden del 4%, inclusive Alemania que se encuentra en recesión tiene una tasa de desempleo por debajo del 3,6%. A esas condiciones de un mercado laboral con alta demanda por empleo, se suma la fuerte red de protección social que se activa cuando un empleado pierde su puesto de trabajo.

En el Reino Unido y Estados Unidos existen seguros de desempleo más otros subsidios y ayudas estatales que hacen que los ingresos después de perder el empleo se mantengan sobre el 50%. Mientras que, en Alemania, Suecia, y Noruega los ingresos permanecen por encima del 70% permitiendo incluso que en algunas ocasiones el trabajo a tiempo parcial sea considerado como una situación de vulnerabilidad y se permita el cobro también parcial de ayudas estatales.   

Es obvio que Colombia no es Alemania ni tampoco Noruega, pero lo que sí es claro es que esos países han aprendido que la manera de generar nuevos puestos de trabajo no es reducir los costos laborales a costa de deteriorar los salarios netos y con ello el ingreso disponible de los hogares, han aprendido que la fórmula ganadora del crecimiento y nuevos empleos es proteger la demanda interna a través de mercados internos dinámicos, lo cual se logra con una clase media sólida con ingresos que apuntalen el consumo privado, e invirtiendo en innovación para mantenerse a la vanguardia en competitividad. 

Basta ver que Alemania acaba de desplazar a Corea del Sur del primer puesto como el país más innovador del planeta, mientras que China, ahora segunda economía por tamaño y primera en tasa de crecimiento, ha buscado incrementar el ingreso de su población ampliando la clase media y realizando ingentes inversiones en desarrollo tecnológico e innovación con el fin de asegurarse el crecimiento económico del futuro. La generación de empleo, el crecimiento y la inversión llegan por una vía diferente a la de tener desempleados por horas para corregir las estadísticas.