GREGORIO GANDINI

Argentina, una crisis de confianza

Lo que está sucediendo con la divisa en Argentina es tal vez la peor pesadilla de un banquero central o de un ministro de hacienda y es una devaluación sin control, pero en el fondo esto solo refleja una crisis de confianza. Esta semana dedico la columna a hablar al respecto.

Gregorio Gandini, Gregorio Gandini
11 de septiembre de 2019

Algo que sin lugar dudas es el pilar fundamental en los mercados financieros, es la confianza, y es tan básica que todo nuestro sistema de intercambio se basa en que todos confiemos que un billete de 10.000 pesos vale 10.000 unidades monetarias y que me sirve para comparar bienes y servicios equivalentes a ese valor. Así que cuando se pierde la confianza en el sistema y en las instituciones es un problema de funcionamiento de la economía en general y unos de los hechos que más reflejan esto es como los inversionistas deciden salir masivamente del país en busca de otros destinos de inversión, este es el caso de lo que ha venido pasando en Argentina.

La historia de esta pérdida de confianza en la economía argentina se puede ver reflejada el comportamiento de su moneda, el peso, tal y como muestra el gráfico 1, ha mantenido una tendencia creciente en su tasa de cambio con el dólar, lo que ha sido una consten perdida de su valor acompañada de dos puntos críticos en septiembre de 2018 y en agosto de este año.


Grafico 1. Elaboración propia. Datos Bloomberg

Para entender la magnitud de esto puntos críticos, si vemos en la gráfica el 3 de septiembre tenemos un aumento significativo frente a enero pasando de 18.63 pesos argentinos por dólar a 38.49, lo que representa una depreciación de 106.58%. Este primer golpe fuerte a la moneda austral estuvo acompañado de un previo aumento, en mayo de ese año, de la tasa de intervención del Banco de Argentina que la ubicó en 30% y un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) que realmente tuvo que ser ampliado para poder enfrentar la salida de dólares.

Un elemento clave a tener en cuenta es que con la llegada de Mauricio Macri la tasa de cambio del peso argentino se convirtió en una tasa de cambio flexible, tal y como la de Colombia, en donde el valor de dicha tasa es determinado cada día por la interacción de la oferta y demanda, ya que antes era una tasa de cambio fija establecida por el banco central. Teniendo en cuenta eso, el efecto tanto del 3 de septiembre de 2018 como del 14 de agosto de 2019 han mostrado una salida masiva de dólares de la economía, originada por aumentos de la demanda por esta divisa lo que la hace más escaza y por tanto más valiosa, eventualmente aumentando su precio medido como la tasa de cambio de pesos argentinos por dólares. 

Si bien durante el aumento septiembre del año anterior el ruido provino del banco central y del FMI, en el de agosto de este año la fuerza detrás de la salida de inversionistas se dio por la derrota de Mauricio Macri en las elecciones primarias, lo que vaticina un nuevo cambio de gobierno, el cual tendría a Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidenta. Ante un posible cambio de partido, los inversionistas percibieron un aumento en la probabilidad de default de un país que estuvo desde 2001 hasta 2014 fuera de los mercados internacionales precisamente por este evento, lo que disparó las alarmas del riesgo de los inversionistas que salieron de forma masiva, aumentando la demanda por dólares y llevó a otro nivel la depreciación de la moneda.

Este nuevo flujo de salida, habiendo quemado ya los cartuchos del FMI, el año anterior dejó el gobierno de Macri enfrentándose a una situación nada envidiable, ya que tienen un banco central gastando reservas internacionales a un ritmo muy acelerado intentando aumentar la oferta de dólares para al menos estabilizar la tasa de cambio, pero no pudiendo cambiar la tendencia del mercado. Por tanto, como una solución utilizando las fuerzas del mercado no es posible, vuelven a aparecer los controles cambiarios en Argentina, como instrumentos que se convierten en rigideces que afectan no solo los flujos sino también la confianza de los inversionistas.

Con una semana donde ha reinado la calma en el escenario internacional, con una fecha para conversaciones entre Estados Unidos y China establecidas para inicios de octubre, una relativa estabilidad en la formación de un nuevo gobierno de Coalición en Italia y Boris Johnson en jaque sin poder aprobar su Hard Brexit en el parlamento, el hecho de la implementación de los controles de capitales en Argentina parece no haber tenido mayor impacto en la percepción de riesgo sobre la región. Pero, creo que todo el desarrollo de este drama cambiario es un hecho que debe seguirse muy de cerca ya que es una prueba determinante para el retorno de inversionistas y flujos a Argentina, pero solo si el gobierno de Mauricio Macri y las señales electorales logran volver a dar este elemento esencial para los mercados, confianza.