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En Colombia se sacrifican más de 700 millones de aves al año. | Foto: fotografi´a: 123RF / ALEJANDRO ACOSTA.

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Industria avícola colombiana en el radar de inversionistas extranjeros

La industria avícola se enfrenta a nuevos retos. La compra de Pollos El Bucanero por la estadounidense Cargill genera un punto de quiebre para un sector que este año moverá $17 billones. Este es el panorama.

3 de agosto de 2017

El buen momento por el que atraviesa la industria avícola la tiene en la mira de los inversionistas extranjeros que no quieren desaprovechar el crecimiento y desarrollo sostenido del sector. Se estima que este moverá más de $17 billones este año, cifra nada despreciable para los interesados en llegar a dinamizarlo.

Luego de la compra de Pollos El Bucanero, hace un par de meses, por parte de la multinacional Cargill, hoy los rumores se centran en la adquisición de los activos de Campollo, por parte de esta misma organización.

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El Bucanero es una de las avícolas más tradicionales del país; dueña de 10 granjas de producción, una planta incubadora y 200 granjas a cargo de productores integrados con operación en suroccidente del país, mientras Campollo hace presencia en el nororiente y la Costa Atlántica.

Campollo, que se encuentra en proceso de reorganización empresarial desde finales del año pasado, es una compañía integrada verticalmente con incubación, engorde, sacrificio y distribución, que tiene dos complejos industriales: uno en Santander y otro en Arjona (Bolívar).

La empresa cuenta con 1.200 acreedores, $239.000 millones de deuda para ser cancelada en un plazo aproximado de 16 años, capacidad productiva para sacrificar hasta 9 millones de aves mensualmente, sumado a un conjunto de activos totales cercanos a los $500.000 millones. Estas cifras dan cuenta de la dimensión de Campollo y su trascendencia para el sector agroindustrial y para las comunidades sobre las cuales tiene incidencia.

Dinero trató de confirmar esta información con voceros autorizados de la organización; sin embargo, al cierre de la presente edición no se había confirmado, pero tampoco desmentido. El ingreso de Cargill supone inversiones cercanas a los US$500 millones y, según Andrés Valencia, presidente de la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi), es un punto de quiebre en el sector.

Mayor capacidad

La llegada de estos recursos obliga a los empresarios locales a ser más eficientes, considera Edgar Ramírez, gerente de Avícola del Magdalena (Avima), pues si bien siempre la competencia ha sido grande, también es cierto que la llegada de capital extranjero motiva mayores niveles de producción y de competencia.

Ante la creciente demanda, la industria trabaja en la ampliación de su capacidad productiva para lo cual ha realizado inversiones e incluso alianzas para el desarrollo de proyectos de mayor envergadura.

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Una de ellas es la de Pollo Andino y Savicol que le dieron vida a Avima. Hace menos de 15 días esta empresa puso a operar una planta de beneficio en Cumaral, Meta, con una inversión de $48.000 millones.

En la nueva factoría Avima podrá sacrificar cerca de 9.000 pollos por hora; es decir, unos 70.000 al día en un turno de 8 horas. Por ahora está iniciando el proceso productivo y se espera que en agosto sacrifique alrededor de 40.000 aves al día. Esta factoría espera generar alrededor de 400 empleos directos en la región.

Foto: El sector avícola continuará con su ritmo de crecimiento en lo que resta del año. Andrés Valencia, presidente de Fenavi

En el Caribe también se le dio vida a la planta El Guamito, con el fin de fabricar alimento concentrado y lograr la producción de huevo en un ambiente totalmente tecnificado y controlado. Allí se están produciendo 800.000 huevos al día y en cuatro años se calcula se podrá duplicar esta cifra.

En la zona del suroccidente Incubadora Santander destinó US$4 millones para una planta que le permitirá incursionar en el mercado del huevo pasteurizado. Esta compañía también desarrolló la primera planta de generación de energía a partir de gallinaza del país y la primera para procesar gallina.

Esto, sin duda, es una buena noticia para el sector, que podrá tener un fortalecimiento y más recursos para continuar con su proceso de crecimiento.

El avícola es uno de los pocos sectores de la economía que se da el lujo de mostrar crecimientos. En el primer semestre creció 4,9%, frente al mismo periodo de 2016. En este lapso la producción de pollo y huevo fue de 1.158.497 toneladas, 53.729 más que un año atrás. Las estadísticas de Fenavi indican que en los seis primeros meses del año, la producción de pollo superó por primera vez las 750.000 toneladas para un semestre, alcanzando 758.311 toneladas.

Andrés Valencia, de Fenavi, señala que el sector prevé cerrar el año con más de 1,5 millones de toneladas pues, a su juicio, la segunda parte del periodo debe ser de mayor estabilidad en cuanto al consumo, pues se acercan las fiestas de fin de año y la industria realiza el Festival del Pollo en la segunda quincena de agosto.

Los resultados han sido positivos a pesar de factores adversos como la carga tributaria, particularmente el alza del IVA; el aumento del desempleo, la caída en la confianza del consumidor, una inflación que comenzó alta y unas tasas de interés que aún no reflejan una política monetaria expansiva.

¿Qué pasa con la aftosa?

En Colombia el consumo per cápita de carne de pollo supera al de res y de cerdo juntos. Hoy es de 32 kilogramos; el de res se ubica alrededor de 18 kilos, mientras en cerdo la cifra alcanza 8 kilos.

Según Valencia, de Fenavi, en el país se sacrifican más de 700 millones de aves al año para la producción de carne.

Un aspecto positivo es que la carne de gallina está contribuyendo a incrementar el consumo per cápita. El año pasado se situó en alrededor de 50.000 toneladas.

La situación que vive el país con los focos de aftosa ponen a la industria avícola frente a otro escenario, pues si bien el consumo de carne de animales infectados por esta enfermedad no afecta la salud humana, a las personas les produce cierto temor consumirla, lo que se traduce en la posibilidad de un aumento en la demanda de otro tipo de productos como el pollo y los huevos.

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Sin embargo, el tema de la aftosa también puede verse desde otra perspectiva y es lo que puede pasar con la carne de res que no se pueda exportar. Eventualmente podría registrarse una sobreoferta que se traduciría en menor precio, incentivando su consumo.

En cuanto al huevo, Colombia es el segundo país de América Latina que más consume este producto después de México. Se proyecta que este año se termine en 272 unidades por persona.

Las movidas registradas en el sector avícola y su constante crecimiento plantean desafíos para los empresarios, que no quieren desaprovechar el cuarto de hora.

Exportaciones, otro RETO

Aunque hoy el país no exporta carne de pollo, es un objetivo que tienen claro los empresarios del sector y en este aspecto el ingreso de Cargill puede empezar a dinamizar las ventas externas de este producto y más si se analiza el tema de la cercanía de El Bucanero al Puerto de Buenaventura. Este pareciera ser un origen natural para países asiáticos y cabe recordar que el sector ya tiene abierto el mercado de Japón aunque aún no se han logrado concretar negocios. En la actualidad los grandes actores son Brasil y Estados Unidos, que tienen excedentes de producción, algo que no le sucede a Colombia, pero lo cual se puede presentar por dos vías: el incremento de importaciones una vez termine el proceso de desgravación del Tratado de Libre Comercio (TLC), con Estados Unidos o por un aumento significativo de la capacidad instalada.