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ANÁLISIS

Tres reflexiones de Adam Smith para el próximo Presidente de Colombia

En el campo del conocimiento económico la figura de Adam Smith se erige en un puesto de honor, al ser considerado el padre de esta disciplina, pues su obra más famosa sienta las bases del tratamiento científico de los temas de la producción y el intercambio.

11 de junio de 2018

Aunque es más conocido por sus aportes en economía, Smith fue en esencia un filósofo interesado en los temas de la ética y moral práctica; su actividad catedrática se enfocó en el estudio de la filosofía moral y sus ideas sobre el particular se plasman en su Teoría de los sentimientos morales publicada en 1759. La referencia es relevante pues permite dimensionar la originalidad y el valor de las ideas sobre la actividad del hombre, plasmadas en “La Riqueza de las Naciones”.

Por la claridad con la que Smith expresó sus análisis y las recomendaciones de política que las acompañan, sus ideas no solo siguen siendo pertinentes hoy, sino esclarecedoras en el contexto electoral que atraviesa el país.

La primera reflexión sobre las ideas de Smith se encuentra en el título mismo de su obra cumbre. De manera implícita el autor señala que la investigación relevante es aquella que indaga sobre la naturaleza de la riqueza de las naciones no sobre la pobreza. Muchas son las causas que explican la pobreza, pero la riqueza (el incremento en el bienestar económico de una nación) requiere un conjunto muy preciso de condiciones.

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Smith imaginó un sistema que daría a las personas el incentivo para superarse a sí mismos a través de actividades económicas, donde crearían riqueza sirviendo a otros a través del intercambio de mercado más que a través de actividades políticas, donde podrían buscar redistribuir la riqueza existente a través de la fuerza bruta o restricciones legales a la competencia.

Siendo más específico sobre los determinantes de la riqueza, Smith argumentó que la productividad del trabajo, a través de la división del mismo (especialización) y la extensión del mercado, determina el ingreso nacional de un país, y por lo tanto las diferencias en la productividad del trabajo en los países explican las diferencias en ingresos a través de los países.

La implicación es simple y directa: la forma de aumentar el nivel de vida de un país, (es decir su ingreso medio) es aumentar la productividad de su fuerza de trabajo. La segunda reflexión, apunta a limitar el tamaño del Estado y se fundamentada en su trabajo sobre la ética y la moral. Para Smith en la medida en la que este último aumenta se reduce la autonomía y la responsabilidad del individuo, situación que es aprovechada por grupos de interés quienes en procura de capturar rentas y concentrar poder político, frecuentemente justifican una creciente intervención estatal como mecanismo para el tratamiento de innumerables causas nobles.

Limitar el tamaño del Estado no solo permite controlar el nivel de impuestos, sino las restricciones al crecimiento de la productividad derivadas de las limitaciones a la actividad empresarial.

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A la vez que Smith es enfático sobre limitar el tamaño del Estado, señala con claridad sobre su papel protagónico en la administración de justicia, como prerrequisito para la prosperidad de la nación. Textualmente señala que “El comercio y la industria rara vez florecen durante mucho tiempo en un Estado que no disfruta de una administración regular de la justicia, donde el pueblo no se siente seguro en la posesión de sus propiedades, donde el cumplimiento de los contratos no está amparado por la ley, y donde la autoridad del estado no se ocupa regularmente de obligar a que paguen sus deudas todos aquellos que pueden pagarlas”.

Como se mencionó al principio estas reflexiones no solo siguen teniendo vigencia hoy, sino que son de la mayor importancia en la coyuntura del país, pues permiten contrastar la realidad nacional con las ideas que desde hace más de 240 años se ha dado forma a los avance en varias de las naciones que hoy se consideran desarrolladas, la cuales en palabras de Smith entendieron que “El establecimiento de la justicia, la libertad y la igualdad más perfectas es el muy sencillo secreto que asegura eficazmente la máxima prosperidad”.

Por: Diego Camacho Álvarez

Director de Investigaciones Económicas de Ultraserfinco

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