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PROYECCIONES

FMI redujo proyecciones de crecimiento para Estados Unidos y América Latina

El Fondo Monetario Internacional señaló que, en el caso de América Latina, los precios de las materias primas no son suficientes para compensar otros factores como los necesarios ajustes de política fiscal en algunas de sus grandes economías.

17 de julio de 2018

El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo sus pronósticos de crecimiento para este y el siguiente año en 3,9% cada uno, aunque con revisiones a la baja para algunos países como Estados Unidos, así como para toda América Latina.

Por un lado, en Estados Unidos la proyección para 2018 bajó en 0,1 punto porcentual y se ubicó en 2,9%. El multilateral explicó que “el sustancial estímulo fiscal, sumado a una demanda final privada de por sí vigorosa, empujará el producto por encima del potencial y la tasa de desempleo por debajo de niveles desconocidos en los últimos 50 años, agudizando las presiones inflacionarias”.

Por su parte, las importaciones podrían presentar un “repunte gracias a la vigorización de la demanda interna, ahondando el déficit en cuenta corriente de Estados Unidos y ensanchando los desequilibrios excesivos mundiales”.

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Los pronósticos para la Zona Euro también sufrieron una reducción, ya que el FMI espera que esta región sufra disminuciones progresivas en su crecimiento económico. Así, revisó a la baja en 0,2 puntos porcentuales su proyección para este año y la ubicó en 2,2%.

La razón es que, después de que presentaran una actividad económica débil en el primer trimestre, Francia y Alemania ya no crecerían 1,8% y 2,2% respectivamente sino 1,4% y 2,1% durante el 2018.

En el caso de América Latina, el Fondo Monetario Internacional redujo su pronóstico desde 1,7% en el informe de abril de este año hasta 1,6%. El multilateral explicó que pese a que “el alza de los precios de las materias primas continúa brindando respaldo a los exportadores de la región, el empañamiento de las perspectivas respecto de la edición de abril refleja la complicación del panorama para grandes economías”.

Por ejemplo, en Argentina las condiciones financieras sufrirán un estrechamiento y el país además necesitará un ajuste en sus políticas. Por su parte, Brasil todavía presenta incertidumbre política y registra manifestaciones y huelgas; mientras México se enfrenta a la renegociación del Tlcan y sus consecuentes tensiones comerciales, a la vez que inicia el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

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Por último, Venezuela volvió a recibir una baja en su proyección de PIB para este año, que ahora se contraería en medio de la crisis humanitaria y el “colapso drástico en la actividad” que está viviendo.

Para el multilateral, los riesgos a la baja del crecimiento mundial son las tensiones financieras y comerciales, estas últimas en especial provocadas por los anuncios de Donald Trump que han generado todo tipo de respuestas en el mundo, y otros factores no económicos.

Entre los factores que no son netamente económicos están “la posibilidad de que la implementación de reformas se demore o de que los objetivos de política cambien significativamente, la incertidumbre —incluso en el contexto de las próximas elecciones o sus repercusiones inmediatas en varios países— podría desalentar la inversión privada y debilitar la actividad económica”.

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