En BNP Paribas estiman que por un período prolongado la inflación se mantendrá por debajo del objetivo de 3% fijado por el Emisor.

PRECIOS

¿Qué tan grave es que no se cumpla la meta de inflación por lo bajo?

Hoy este indicador está por debajo de la meta oficial. Buena noticia para los consumidores, pero mala para los productores.

25 de junio de 2020

Palo porque bogas y palo porque no bogas. Esa frase podría resumir lo ocurre hoy en materia inflacionaria en el país. Tradicionalmente, la variación en el nivel de precios tiene un espacio garantizado en los medios y en las charlas cotidianas, pues la carestía preocupa a cualquiera. Cada vez que el Dane informa que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se aleja de la meta de 3% anual del Banco de la República crecen las alarmas y las críticas. Pero la crisis sanitaria ha provocado una situación peculiar, porque esta vez el país no incumple la meta por lo alto, sino por lo bajo. En mayo, la inflación fue de 2,85% anual y la expectativa promedio de los expertos es que termine el año en 2,6% y hay varios que la ven por debajo de 2%.

A primera vista, que la canasta familiar se abarate trae una buena noticia para los consumidores. Sin embargo, en realidad no es una situación positiva para la economía, dado que genera una distorsión, en especial para los productores, y da la señal de que las cosas no andan bien.

Así, por ejemplo, si una empresa no puede subir sus precios, pero sí debe pagar mayores salarios, no tiene incentivos para avanzar en el mercado. Igual cosa le sucede a un agricultor frente a una cosecha reducida por una sequía o al aumento de precios de sus insumos. Como no puede cobrar más por sus productos, no estaría dispuesto a seguir cultivando.

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La inflación permite ajustar la economía ante diferentes escenarios y le da sostenibilidad de largo plazo a la oferta de productos y servicios. No cumplir la meta establecida por el Emisor le resta credibilidad y muestra que la actividad económica va por debajo de su potencial, al tener capacidad instalada ociosa, lo que a su vez produce más desempleo.

Por estas razones, ninguna autoridad monetaria aspira a que la inflación baje demasiado.

Precios mentirosos

Los expertos consultados no ven un riesgo de deflación (caída generalizada y prolongada de los precios en al menos dos semestres). Pero sí consideran desalentadores los datos actuales.

Sergio Olarte, economista jefe para Colombia de Scotiabank Colpatria, opina que hoy no hay claridad sobre dónde está la inflación. "El dato de abril y mayo es mentiroso, no por un problema de medición, sino porque al no prestarse muchos bienes y servicios (entretenimiento, por ejemplo), se asume que su inflación es cero y eso no es preciso. Además, el Gobierno baja impuestos temporalmente y subsidia algunos servicios fundamentales como luz o gas. Esos son otros precios mentirosos", señala.

En su concepto, esa "falsedad" de los precios también genera problemas en términos de política monetaria, pues no hay claridad sobre los precios de equilibrio de la economía y nadie sabe qué tanto deberían bajar las tasas de interés. "En resumen, no se conoce si 2,85% es realmente la inflación actual o es una formación de precios ficticia", precisa.

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El equipo de investigaciones económicas de Bancolombia para este año tiene uno de los pronósticos de inflación más bajos (1,5%). Allí explican que se origina en las medidas aplicadas por el Gobierno y en una clara contracción de la demanda. Agregan que el primer factor, que incluye subsidios a los servicios públicos, exención del IVA a la telefonía móvil, disminución del precio de la gasolina y congelamiento a los arriendos, entre otros, ha impactado más la inflación en este momento. Pero esperan que la menor demanda sea lo que más influya los precios en el segundo semestre.

"La contracción de la economía prevista para este año (de entre 5% y 6%) implica que la utilización de la capacidad instalada será muy baja y se tendrán excesos, lo que quiere decir que por esta vía no hay incentivos para incrementar precios. Suponemos que este efecto se exacerbará debido a la reducción del ingreso de los consumidores y los cambios en sus patrones de consumo, algo también alimentado por el incremento en el desempleo", dicen en Bancolombia.

No es la primera vez

Otra visión tiene Wilson Tovar, gerente de Análisis Económico de Acciones y Valores. Comenta que esta no es la primera vez que Colombia tiene inflación por debajo de la meta (en 2013 cerró en 2% y hubo varios meses en los que estuvo por debajo). Añade que esta es una variable volátil, que por lo general se afecta por dos tipos de choques: de demanda o de oferta, pero ahora el choque es de doble vía. "Inicialmente el impacto estuvo en los precios de la comida, pero ya se vio que no hubo desabastecimiento y eso frenó la demanda por productos especulados. Además, los alimentos empiezan a caer de precios por efecto sustitución. Ahora la mayor afectación se está dando en materia de empleo", dice Tovar. Agrega que esta situación tiene la ventaja de que los que pueden hacerlo están ahorrando, no solo porque no pueden salir a gastar, sino porque no saben si mantendrán su empleo.

Juan David Ballén, director de análisis y estrategia de Casa de Bolsa, coincide en que el mayor desempleo va a mantener la inflación baja, pero cree que, a medida que el país reabra su economía, hay posibilidades de que los precios empiecen a subir. Además, muchos alivios del Gobierno terminan y el petróleo parece ya haber tocado fondo.

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"Para que la inflación anual cierre este año entre 1% y 2%, la mensual promedio deberá ser cercana a cero o incluso negativa en los meses que restan del año. Si ese es el escenario, para 2021 habrá una base estadística más baja que servirá para que el IPC tenga mayores variaciones", anota Ballén.

Por ahora la inflación no es uno de los tantos frentes de problemas. Pero sí hay que ponerle atención para que a futuro no se convierta en otro dolor de cabeza para el país.