CLAUDIA VARELA

Las mujeres tienen que creérsela

Hay algunos paradigmas que tenemos que empezar a romper si queremos construir un mundo más igualitario con el mismo acceso para mujeres y hombres.

Claudia Varela, Claudia Varela
18 de febrero de 2018

Esa fue la frase que terminó un panel de mujeres en cargos directivos que tuvimos en días pasados patrocinado por la firma de abogados Norton Rose Fullbright. La dijo el General (R), Emilio Torres, cuando se refería a lo que faltaba en Colombia para romper las barreras de género en todos los sectores de la sociedad.

Este panel, donde participaron altas ejecutivas de diferentes empresas, evidenció que tenemos que empezar por hacer cambios en la educación, la cultura y las creencias y tener la decisión de acción desde la sociedad y las organizaciones para hacer cambios reales.

Si bien es cierto que en Colombia hemos avanzado mucho en los temas de equidad, aún seguimos viviendo una cultura machista que en muchos casos impone barreras (techos de cristal) para el crecimiento profesional de las mujeres.

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Está claro que en la base de la pirámide laboral hay más mujeres que hombres, pero a medida que suben las posiciones encontramos que en cargos de dirección hay un 93% de hombres y solo un 7% de mujeres.

Hay algunos paradigmas que tenemos que empezar a romper si queremos construir un mundo más igualitario con el mismo acceso para mujeres y hombres. Reflexionando lo que vi en la interacción de este panel y otro evento de mujeres y equidad, quisiera plantear algunos puntos básicos de acción para tener en cuenta al momento de trabajar modelos de equidad y balance de género:

  1. El balance de género va hacia los dos lados. Los equipos deben ser diversos. No se trata de tener más mujeres y acabar con los hombres. Se trata justamente de balance. Así que una Junta con 80% de mujeres tampoco es buena.
  2. El tema de género no es feminismo en las organizaciones. Debe abordarse como meritocracia, como reconocimiento al talento. No es un tema de cuotas, es decir hombres y mujeres deben tener el mismo acceso a las posibilidades de crecimiento en una empresa.
  3. No es “cuidamos nuestras mujeres”. Debería ser cuidamos nuestros empleados a través del conocimiento de sus necesidades por género, edad, momento de vida etc.
  4. No es un tema de cuotas. Hay que ser justo. No es meter más mujeres por ser mujeres. Es un tema de equidad, talento y justicia.
  5. Hay que trabajar en la solidaridad de género. Las mujeres debemos tener un espíritu más colaborativo y solidario, creo que a veces nos damos muy duro entre nosotras.
  6. Existen los techos de cristal. Es una realidad. Pero hay que abolirlos y lo primero es empoderar a las mujeres para que entiendan que no tienen límites y que, aunque pueda costar, lo que quieran se puede alcanzar.
  7. Las mujeres más jóvenes están listas para asumir su vida profesional y personal. Encontrando socios de vida (parejas) que no las “ayuden” sino que sean co-responsables de sus familias, hijos, hogares.
  8. Hay que alzar la voz y empezar por educar bien a los niños. La educación debe ser incluyente, con equidad, sin cambiar roles. Las mujeres no deben ser machos para llegar a cargos altos… eso no hace sentido alguno.
  9. Si no acabamos con los prejuicios nunca habrá transformación cultural que logre una equidad de género.
  10. Las leyes pueden apoyar también en lo privado la adjudicación de cuotas en cargos directivos para que realmente lleguemos a la meta de 44% de mujeres en cargos de alta gerencia en el 2025. (Mercer 2016)

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Si todos nos unimos desde lo público, lo político, lo privado y la educación podemos realmente encontrar un futuro donde hombres y mujeres puedan navegar en ambientes justos donde los méritos y talentos ganen. Muy importante que este tema no sea una moda, que sea una apuesta a nuestras hijas y a las generaciones que vienen atrás. Es un tema social donde realmente puede construirse un legado interesante, si cada quien aporta de manera genuina.