CLAUDIA VARELA

Te quiero así

Es más fácil criticar y pelear que hablar y tratar de entender.

Claudia Varela, Claudia Varela
4 de febrero de 2018

Si el 90% de nuestros pensamientos y creencias los maneja el subconsciente, ¿cómo podemos controlar mejor nuestra mente para entender mejor a los demás y dejar fluir?

Siento que en la polarización que vivimos solo buscamos razones y no hay espacios para sentimientos. Y si bien es cierto que la dualidad del pensamiento es un hecho, hay que tratar de escuchar más y hablar menos para ayudar a que fluyamos en el mismo nivel de energía.

Es más fácil criticar y pelear que hablar y tratar de entender. He leído muchos libros de sicología, de liderazgo y de management. He estado en cursos desde coaching hasta crecimiento espiritual y aunque siento que la intención está como base en que cada uno debe cumplir sus sueños y respetar el sueño ajeno, también veo que es más fácil agredir que amar.

Aunque los preceptos básicos del amor que debemos todos profesar por nuestro semejante se dan como un mandamiento casi que inmediato; es increíble cómo lo que más nos falta en este momento es la empatía.

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Creo que conozco a muy pocos seres humanos que realmente sean empáticos. Recordemos la definición de empatía: “Participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella, generalmente en los sentimientos de otra persona”. Obviamente, si la mayoría de nosotros usara esta capacidad, las relaciones serían más saludables y las habilidades sociales permitirían que el mundo en general fuera un mejor espacio para compartir.

La empatía es un valor clave del liderazgo, pero no es muy común encontrar líderes que realmente tengan como prioridad pensar en entender los motivadores de los demás.

El ego de los seres humanos es tan grande que a veces no hay campo sino para un solo individuo en los espacios colectivos. Si sumamos a esto los prejuicios y creencias individuales, es una bomba permanente donde se vuelve malo todo aquello que no sea exacto a lo que yo mismo considero bueno.

¿Alguna vez han pensado que los procesos de reclutamiento de una empresa son manejados por la gente de Selección (en su mayoría) que al final son quienes filtran a los que pueden o no entrar de acuerdo a su propia y subjetiva opinión?

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Entonces si por ejemplo el personaje de selección es tímido, cualquier persona que sea demasiado extrovertida le va a incomodar, por más sicólogo que sea. Los procesos en las empresas normalmente pretenden lograr mayores eficiencias y estandarización. Lo cual es válido y parte de un control operativo. Pero en realidad es imposible que todo sea estándar cuando los humanos somos los que navegamos al mando.

Para ser buenos líderes tenemos que llegar a un estudio increíblemente profundo de nosotros mismos. No podemos encontrar en los demás lo que los motiva si no sabemos qué nos motiva a nosotros. Normalmente vemos en los demás, como mecanismo de espejo, nuestros propios errores y juzgamos.

Nadie es perfecto. La empatía es un valor que no debería negociarse en los seres humanos, pero creo que para ser realmente empático hay que tener una educación en valores desde la infancia. Donde el prójimo sí sea relevante, el contexto importe, la pobreza no sea indiferente y la diversidad se abrace.

Me gusta soñar con que en una empresa y en el mundo los valores puedan ser verdad y consistentes. Donde se pregone la diversidad, pero sus políticas se alineen, donde no se busquen culpables sino comprometidos, donde el ego no sea individual sino un colectivo y sano sentido de pertenencia. Que bueno encontrar una empresa que le diga a sus empleados: "te quiero así, te apoyo como eres y te potencio por que eres parte de mi equipo". Ese es el verdadero liderazgo inspirador y empático.

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