Claudia Amore Jiménez, directora de la Cámara de Servicios Legales de la Andi.

ClAUDIA AMORE JIMÉNEZ

La hora de reinventarse

La pandemia dejó en evidencia la necesidad de repotenciar la industria legal del país. La crisis económica actual marcará un punto de quiebre para el futuro de las firmas de abogados.

Claudia Amore Jiménez
7 de agosto de 2020

El sector de servicios legales, al igual que otros grandes sectores económicos, debió afrontar el reto de transformar su manera de operar. La resiliencia institucional y el apoyo gremial han sido desde entonces la apuesta para superar la coyuntura.

Priorizar en las personas

El proceso de reinvención en la prestación de los servicios legales supuso, en primer lugar, una priorización de la inversión en el componente humano. Cohesionar los equipos de trabajo mediante una comunicación asertiva al interior de la organización, entendiendo sus necesidades laborales y personales, da certidumbre al equipo respecto a la estrategia y proyecciones en el corto y mediano plazo. Como resultado, los empleados pueden concentrar sus esfuerzos en la generación de un trabajo de alta calidad, soportados en las decisiones y la visión de sus directivos.

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Reinventando las relaciones

Afianzar la relación con los clientes, apoyando al cliente más allá de lo legal, genera confianza sobre la integralidad del servicio, impactando no solo en el objeto del contrato, sino demostrando interés en las necesidades de los individuos. Las nuevas relaciones son ahora más horizontales y de acceso directo al encargado de sus asuntos.

Las comunicaciones empresariales solo existen si generan valor, evitando el desgaste en el uso de la virtualidad.

Convirtiendo la crisis en oportunidades

La visión de la crisis como oportunidad en el mercado lleva a consolidar estrategias que atienden a la realidad e impulsan el crecimiento en medio de la coyuntura. La conciencia acerca del teletrabajo como salto hacia una mejor práctica contribuye a la eficiencia de las firmas y a la mejor destinación del recurso humano y tecnológico.

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Los prestadores de servicios jurídicos están rediseñando sus espacios físicos, considerando que el teletrabajo llegó para quedarse, resultando impensable para muchos el modo presencial de meses atrás. La coyuntura covid ha traído grandes beneficios al acelerar la manera como la tecnología se venía implementando en las firmas. La urgencia generó impactos muy positivos en los tiempos de respuesta. Nuevas inversiones en tecnología se concretaron en pocas semanas, incluso en días, e indudablemente la automatización de nuevos proyectos apresuró la toma de decisiones de los directivos.

El desarrollo de la capacidad tecnológica de las firmas es el horizonte estratégico que determinará su crecimiento, y solo las industrias que se revolucionen sobrevivirán.

Gracias a la evolución del modelo organizacional ha surgido una nueva cultura empresarial que se evidencia entre todos los miembros de la organización, quienes perciben una clara personalidad de su empresa, su actuar, sus dones y talante.

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La coyuntura ha demostrado que los tiempos efectivos de trabajo han aumentado y se demanda una cultura sólida para mantener el barco a flote.

El sentido de urgencia ha quedado implementado y los ejecutivos de nuestros días propulsaron su capacidad de decisión efectiva frente los escenarios venideros. La nostalgia desapareció.

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