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19 de mayo de 2018

Se harán los olvidados
Como “un destaponamiento natural de uno de los túneles artificiales” describen las directivas de Empresas Públicas de Medellín (SEMANA n.° 1880) lo que causó el gran desastre de origen natural a lo largo del lecho del río Cauca. Quedaron sin hogar personas que en su mayoría son de escasos recursos, que por condiciones de nuestro mundo y naturaleza humana buscan tener un hogar para los suyos y lo encuentran a orillas de nuestros hermosos ríos. 
Estoy seguro a mis cincuenta años de que nuestros gobernantes, nuestros políticos, nuestra justicia y las directivas  de Empresas Públicas de Medellín se harán los olvidados a los pocos días del escándalo mediático que este evento genere. Digo esto porque lo he vivido y con mucha frecuencia.
Solo basta recordar el reciente desastre natural que se presentó en cercanías a Barrancabermeja, donde ya se olvidó la responsabilidad de nuestra gran empresa Ecopetrol. No debemos olvidar que el taponamiento de este túnel y el “sacrificio de esta empresa de su cuarto de máquinas” no es una noticia nueva, y que no hace falta ser un experto en desastres o un ingeniero medianamente inteligente para haber conocido con anticipación el desastre. 
Lo que sigue ya lo he vivido. Oportunistas, con corazón y grandes fundaciones, dueños de grandes superficies, aprovecharán el evento, el dolor, el hambre y la desesperanza de estos compatriotas para promocionar la compra y envío de ayudas a los damnificados en nombre de sus fundaciones.
Invito a no olvidar, a que ayudemos a nuestro hermanos en desgracia y también a que algún día los responsables de eventos no tan naturales, como quieren ser descritos, sean responsables de su actuar sin que tenga que salir solo el gobierno nacional y las oficinas de desastres a responder por los daños de las empresas que, aunque públicas, manejan grandes recursos. 
Boanerges Tangarife Yepes                  
Envigado
Soy colombiano
En la columna de María Jimena Duzán (SEMANA n.° 1878), escribe que en el encuentro entre periodistas colombianos y ecuatorianos realizado en Quito sintió vergüenza de ser colombiana. Dice que le costó trabajo confesarles que en Colombia la guerra nos acostumbró a que el asesinato de la mañana lo entierra el de por la tarde.
Es cierto, señora periodista, pero también es cierto que usted se olvida de las víctimas inocentes, consecuencia de esta maldita guerra, producto del narcotráfico y políticos corruptos, que ambicionan el poder; esas víctimas inocentes, campesinos, periodistas, candidatos a la presidencia, humoristas, etc., jamás se sintieron avergonzados de ser colombianos.
Nuestros deportistas, escritores, científicos, periodistas, historiadores y muchos compatriotas que han inmigrado a otros países a consecuencia del conflicto se sienten orgullosos de ser colombianos; avergonzarse de la patria que los vio nacer es como avergonzarse de la madre que le dio la vida.
A pesar de que Colombia, por culpa de unos cuantos narcoguerrilleros y narcoparapolíticos, esté bañada en sangre, jamás me avergonzaré de ella.
Qué orgulloso me siento de ser un buen colombiano.
José Luis Garcés Álvarez
Cali 
Cara de bandido
En la agresiva carta del señor Edmond Baruque para rechazar el artículo de SEMANA sobre la apariencia física de Jesucristo, dice  que este aparece en dicha publicación, con más cara de bandido que de Mesías.  Pregunto: 1. ¿Qué y cómo es una “cara de bandido”? ¿Caras de bandidos hay muchas o una en particular?  2. ¿Cómo es una “cara de Mesías”? ¿Hay múltiples rostros de Mesías o solo uno? ¿Ese rostro de Mesías era el mismo al nacer y cuando lo llevaron a enterrar? 
Imagino, en esta época de Mundial de fútbol, que el señor Baruque prefiere un Jesús con el cuerpo y rostro de un Ronaldo Cristiano y no la de un Maradona, por ejemplo. Y cabe pensar que puede haber muchas y muy distintas apariencias físicas de Jesús deducibles de las descripciones hechas a gran distancia cronológica y circunstancial por (según E. Baruque) “escritores, videntes y doctores reconocidos por la santa Iglesia”, basados en recuentos  más antiguos, los cuales permiten un amplia gama de interpretaciones y no son ciertamente más “creíbles” unos que otros. Por otra parte, y en época de elecciones, el rostro de “un Mesías” es el de todos y cada uno de los políticos en trance de ser escogidos para todo, desde presidentes hasta porteros de edificios oficiales. Todos hablan,  profetizan y dejan de hacer lo prometido como si fueran otros tantos Mesías. El rostro de Jesús semejaba acaso el de Maduro, el de Trump, el de Hitler, el de Laureano Gómez, el de Bolívar. ¿De qué está hablando en  realidad el señor Baruque?  
Germán Téllez Castañeda
Bogotá
Sobresaturación
Sé que los medios de comunicación son fundamentales para que los colombianos conozcamos las posturas de los candidatos presidenciales y así poder ejercer mejor nuestro derecho al voto. Sin embargo, considero que en el número más reciente de SEMANA (1979) hay una sobreexplotación del tema de las campañas políticas. Además de la portada sobre Petro, el enfoque político y los artículos de análisis sobre la noticias falsas, las promesas de los candidatos a Bogotá y el big data están dedicados a la coyuntura electoral. En estos días han sonado mucho temas y denuncias de carácter ambiental que no tienen eco en la revista. Me gustaría que bajaran la intensidad a los temas políticos y se enfocaran más en temas de este tipo o en mostrarnos lo que sucede en las regiones.

Jorge Murcia
Tunja
50 años de una utopía
En la edición n.° 1879, la revista SEMANA realizó un gran informe especial conmemorando los 50 años de Mayo del 68. Aunque hubo importantes movimientos articulados entre universitarios y diferentes sectores de las clases trabajadoras, sus consignas nunca fueron claras y por eso la ilusión de transformar el mundo pronto se desvaneció. Pero tal vez sea bueno que quede en la memoria de todas las personas que Mayo del 68 es un símbolo importante conquistas democráticas obtenidas en la segunda mitad del siglo en distintos países: la liberación sexual, la lucha por los derechos civiles, el empoderamiento de las mujeres, la lucha contra el racismo y las proclamaciones en contra de la guerra. Así muchos crean que Mayo del 68 fue una utopía, creo que fue la revolución de los sueños y de la esperanza, algo que no podemos abandonar, más aun cuando nuestro planeta y la humanidad tienen que afrontar problemas como la pobreza y el daño del medioambiente.
María Suárez
Bogotá

Suspenso mundial
Cada vez me preocupa más la situación que viene creando Donald Trump con su errática política internacional, como bien dicen en su artículo de la edición 1880. El asunto puede ser muy grave, y nadie se salva.
Roberto Gaitán
Bogotá

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