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| Foto: (Universidad de los Andes - Handout - Agencia Anadolu

SALUD

Investigadores colombianos desarrollan desinfectante con nanotecnología

El producto desarrollado se adhiere a diferentes superficies por más de 72 horas; esto incluye textiles como los que se usan para las batas antifluidos.

5 de junio de 2020

Investigadores de la Universidad de los Andes en Bogotá se unieron con la empresa Multinsa, de Barrancabermeja, para desarrollar un desinfectante de superficies que, mediante nanotecnología, puede ayudar a combatir el coronavirus.

El producto usa nanotecnología para adherirse a las superficies por más de 72 horas, incluidos diferentes textiles como los que se usan para las batas antifluidos, los principales elementos de protección que usan los médicos en la primera línea de combate contra el virus. 

Johann F. Osma es profesor asociado del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad de los Andes y líder del proyecto. El investigador le contó a la Agencia Anadolu que cuando se propusieron desarrollar el desinfectante, el reto era “crear una formulación que se quedara por más tiempo en las superficies”.

El investigador lleva unos 15 años desarrollando nanocompuestos para el sector industrial y esa experiencia lo ayudó a abordar más rápido los desafíos que implicaba el proyecto. 

El proceso inició en Semana Santa, cuando Multinsa le propuso al profesor codesarrollar un nuevo desinfectante que tuviera unas propiedades superiores a los demás, que están disponibles en el mercado. Para entonces, el coronavirus ya causaba estragos en Europa y se empezaban a registrar los primeros casos en América Latina.

El desafío requería unir diferentes conocimientos. El experto convocó a ingenieros ambientales, biomédicos, electrónicos, microbiólogos, químicos, entre otros profesionales. Ese trabajo en equipo fue clave para desarrollar el producto rápido, en un proceso que además se tuvo que desarrollar mientras Bogotá y el país entero implementaban restricciones a la movilidad, al uso de laboratorios y al movimiento de materiales para evitar el aumento masivo de contagios de coronavirus.

Aún con todos esos desafíos, el grupo logró desarrollar un prototipo rápidamente y luego empezaron las pruebas. Tras lograr que el líquido fuera efectivo contra virus, bacterias y hongos, llegó la etapa de ajustar la fórmula para se quedara en las superficies por más tiempo. 

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Profesores de los Andes en diversas áreas se involucraron en el proyecto. Juan Carlos Cruz, del departamento de Biomédica; Andrés González, de ingeniería química, y Marta Vives, que lidera un grupo de microbiología en la universidad, ayudaron en el proceso.

Al principio, los investigadores tenían la meta de que el desinfectante durara 24 horas sobre las superficies, pero al hacer las pruebas iniciales, se dieron cuenta de que, con algunos ajustes, podría durar mucho más. El secreto para lograrlo fue usar la nanotecnología, es decir, la manipulación de átomos y moléculas.

Lo que hace a esta sustancia realmente interesante es la tecnología con la que cuenta para adherirse a las superficies. Osma explica que la mayoría de los desinfectantes y los limpiadores que usan nanoproductos incorporan nanopartículas de plata o de cobre a sus mezclas, porque han probado su efectividad como antibacteriales. Sin embargo, para que las nanopartículas sean antibacteriales deben tener un tamaño muy específico que “podría llegar a generar, con exposiciones prolongadas, posibles problemas de salud”, dice el experto. Por esta razón usan dosis muy bajas. 

Sin embargo, este desinfectante no posee nanopartículas sino nanocompuestos, es decir, materiales que se forman con la unión de dos o más compuestos que se estructuran entre sí. El término técnico exacto es “nanocompuestos no particulados”. 

Aunque esta parece una explicación técnica un poco abstracta, es clave para entender lo que lograron los científicos colombianos.

Cuando los nanocompuestos se ponen en contacto con una superficie, empiezan a crear una especie de andamio, algo parecido a una telaraña molecular, una capa invisible al ojo humano, que permite que el desinfectante se adhiera a las superficies por mucho más tiempo. Eso es importante para un desinfectante, sobre todo, si tiene la enorme tarea de aportar a la protección de la población contra la covid-19.

Como los nanocompuestos no son particulados, el desinfectante no es tóxico, lo que a su vez significa que se puede usar para limpiar el mesón de la cocina u otras superficies del hogar. 

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“Las últimas pruebas nos indican que, en la mayoría de las superficies, el desinfectante tiene una duración de más de cinco días. Realmente, en las últimas pruebas, hemos llegado a más de 120 horas”, explica Osma.

Los investigadores hicieron pruebas sobre distintos tipos de superficies, pero en particular se concentraron en el material del que están hechas las mascarillas médicas, el de las batas antifluidos, así como vidrio, plásticos y metales como el acero inoxidable. Por su parte, Multinisa lo probó en diversas variaciones de esas superficies.

El hecho de que se trate de un producto antiviral, antibacterial y antifungal (que elimina hongos) y que tenga una duración prolongada debido a su nanocomposición lo hace útil para espacios como el transporte público, los hospitales, los centros educativos, centros comerciales y otras superficies que tengan un gran número de contactos.

Hoy en día, el desinfectante ya tiene el certificado expedido por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) y se está produciendo a gran escala. La empresa espera tenerlo disponible en los principales supermercados del país en las próximas semanas.