Barranquilla, la ciudad de Colombia con la mayor mortalidad por covid

Según el gremio, la mortalidad varía en las ciudades teniendo en cuenta aspectos como la estructura demográfica, la prevalencia de factores de riesgo, la aparición temprana del virus en cada país, las medidas de aislamiento adoptadas y la fortaleza de base del sistema de salud.

Teiendo estos factores en cuenta, la ciudad italiana de Milán es la que tiene la tasa de mortalidad más alta pues el 10% de los contagiados en esta zona fallecen. Le siguen México D. F., Newark (Estados Unidos), Nueva York, Quito (Ecuador), Estocolmo (Suecia), Río de Janeiro (Brasil), Montreal (Canadá) y Londres (Inglaterra). 

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Barranquilla es la ciudad colombiana con la mayor tasa de mortalidad, superando el 4%, y es la número 10 del mundo. En el ranking también está Bucaramanga ocupando la posición 12, Cali está de número 18, mientras que Bogotá está en la posición 27 y Medellín está de 35.

“Eso habla de la gran disparidad regional que existe en el país, tanto en los factores estructurales previos a la aparición del virus, como en las medidas de confinamiento adoptadas y la voluntad de la gente de acatarlas”, dijo Anif.

Los datos de Anif reflejan que existe una leve correlación entre la rigurosidad de las cuarentenas implementadas y las tasas de mortalidad por coronavirus en las distintas ciudades del mundo. 

“Los factores más importantes a la hora de explicar los resultados en mortalidad son la prevalencia de la obesidad, el PIB per cápita y, en menor medida, si el país es tropical, la severidad de las cuarentenas y la disponibilidad de camas UCI”, dijo.

Por el contrario, la prevalencia de colesterol alto, la edad mediana, las pruebas por millón de habitantes y el índice HAQ no parecen tener un efecto relevante en términos estadísticos sobre la mortalidad por el coronavirus. 

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El gremio finalizó reiterando que no se deben implementar nuevas medidas que restrinjan la movilidad de la ciudadanía porque estas pueden tener consecuencias “catastróficas” no solo en la economía del país, sino en los hogares colombianos. 

“Todos los esfuerzos deben dirigirse a perseverar en el fortalecimiento de la red hospitalaria, la promoción del autocuidado y, tal vez lo más importante, en garantizar el acceso de buena parte de la población a alguna de las vacunas que (esperamos) reciban, más pronto que tarde, la luz verde para iniciar su manufactura y distribución a gran escala”, concluyó.