MARIO VALENCIA

¿Unidad para qué?

El presidente Iván Duque ha hecho un llamado a la unidad nacional, al entendimiento, al trabajo en equipo y a construir consensos.

Mario Valencia, Mario Valencia
13 de agosto de 2018

Habló en su discurso de posesión de una generación llamada a gobernar superando las divisiones entre socialistas y neoliberales. Al hacer esta última afirmación, Duque reconoce que sí existe una ideología neoliberal, algo que molesta a los neoliberales.

Este llamado, en apariencia conciliatorio y que marca distancia con la polarización y las mezquindades emprendidas principalmente desde las barras bravas de su partido político, no puede ocultar que el presidente Duque tiene una ideología definida y una agenda política, económica y social establecida. Guste o no, fue -justamente- gracias a esa ideología que ganó la presidencia. Porque lo cierto es que lo que ganó y gobernará en los próximos cuatro años es su visión de sociedad, no la de quienes perdieron, como es apenas obvio.

¿Cómo responder a este llamado de unidad? Hay dos caminos, uno pragmático y otro ideológico. El gabinete de Duque es reflejo de ambos. El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, anunció tres días después de iniciado el gobierno de la nueva generación, una serie de medidas que son una copia al carbón de la vieja y fracasada política económica. Explicaré:

1) Vieja, porque no dice nada novedoso. En materia tributaria propone: a) IVA a más productos; b) impuesto de renta a los nuevos ricos colombianos, aquellos que ganan $1‘900.000 en adelante; c) recortar gasto público, el mismo que creció 134% con Uribe, donde Carrasquilla fue ministro de Hacienda, y 57% con Santos, cuando ya Carrasquilla era un exitoso emprendedor, tanto que hasta tenía empresas en paraísos fiscales; d) bajar impuestos a las empresas, con el falso argumento, nunca demostrado, de que así se creará más empleo y se mejorarán los salarios. 

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En cuanto al gasto público, Carrasquilla dijo que le gusta la propuesta de los banqueros, que consiste en marchitar a Colpensiones, el único sistema en donde existe alguna esperanza de pensionarse, para fortalecer a los fondos privados, los mismos que después de 25 años obtuvieron como resultado que de cada 10 ocupados solo 1 se pensiona.

También se puso sobre la mesa la posibilidad de privatizar a Ecopetrol, la empresa más importante de Colombia. El argumento es el de romper la dependencia petrolera y cabe preguntarse: ¿el privado que la compre lo hará para algo diferente a seguir extrayendo y exportando petróleo? ¿El Estado acabará la dependencia dejando de recibir utilidades y entregando el manejo del activo más grande del país?

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Por otra parte, el ministro de Comercio, José Manuel Restrepo, anunció que seguirán negociando el TLC con Japón, Australia, Singapur y Nueva Zelanda, a pesar de que Iván Duque había prometido no firmar más de estos acuerdos. La astucia de Restrepo es que ya no se llamarán TLC sino “pactos de alcance parcial”, es decir, el problema de los TLC no son su contenido, sino el nombre.

La estrategia expuesta por Restrepo para recuperar la producción es un “Programa de Aprovechamiento de los TLC”. Pregunta: ¿a ningún funcionario, en las tres décadas de modelo de libre comercio, se le había ocurrido antes que había que aprovechar los mercados externos? ¿La genialidad, ante el fracaso comercial colombiano, es el aprovechamiento con emprendedores?

2) Fracasada, porque ha sido incapaz de resolver los problemas estructurales de la economía nacional: la dependencia fiscal del vaivén de los precios internacionales de los recursos naturales, generando un deterioro del aparato productivo nacional y de la calidad del mercado laboral, entre otros. 

A pocos días del discurso, los hechos probaron que sí hay una ideología prevalente en el gobierno, la neoliberal, la misma de Santos, Uribe, Pastrana, Samper y Gaviria. En este sentido, la respuesta al llamado de unidad debe ser la de seguir asumiendo una posición crítica al modelo.

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