CLAUDIA VARELA

¿Rosca o networking?

El networking es un buen concepto. Si nos vamos a buscar una definición podemos encontrar que es un anglicismo empleado en el mundo de los negocios para hacer referencia a una actividad socioeconómica en la que profesionales y emprendedores se reúnen para formar relaciones empresariales, crear y desarrollar oportunidades de negocio, compartir información y buscar clientes potenciales, (según Wikipedia).

Claudia Varela, Claudia Varela
16 de febrero de 2020

Al final se trata de ampliar la red de contactos profesionales con la intención de tener un beneficio mutuo y encontrar mejores oportunidades para unos u otros.

Creo que en países donde las cosas funcionan de manera estructurada y en donde se tiene la buena fé como premisa de acción social el tema del networking funciona. Aquí tenemos mucho que aprender todavía.

Veo que aún muchos lagartos y lambones terminan entrando a roscas que serían muy difíciles de alcanzar con el juego limpio. Se supone que en una red profesional lo que ofrezco son mis habilidades, no mis apellidos, no mi simpatía o mis posibilidades infinitas de adular a los demás.

Conocí a un personaje. Rey del networking. En algunas organizaciones globales es fácil porque lo importante en estos países emergentes es que logres mostrar que eres un poco inteligente, que te mueves bien como ciudadano corporativo y que dices que sí a la mayoría de cosas que dicen tus jefes.

La verdad es que este tipo era malo con ganas. Tenía una gran posición, pero su capacidad estratégica era muy bajita. Le gustaban los resultados a corto plazo para poder mostrarse y amaba que lo invitaran a todas las reuniones donde él pudiera exhibirse como en vitrina. Cuando empecé a analizarlo me di cuenta de sus movimientos, presentaba, preguntaba, adulaba lo que decían los demás y nunca tomaba una posición firme. Creo que sus colores favoritos eran el gris, el marrón, el verde, cualquiera que fuera una mezcla, pero jamás blanco o negro.

He aprendido que la vida se navega en el gris. Pero este personaje era increíble. Ganaba más plata que todos porque al ser expatriado la tasa de cambio también lo ayudaba. Vivía como un rey y quienes no lo observaban con detenimiento creían que era muy inteligente.

Sabía colarse en reuniones importantes y sonreír a los que tocaba. Le ponía siempre un toque bonachón a la vida y creo que odiaba a las mujeres que tuvieran más pantalones (para ser decente) que él, lo cual no era tan difícil.

Puedo decir que este tipo era un mago del networking. Conocía a todos, se vendía bien, sabía qué decir y qué no, jamás llevaba la contraria y hacía que sus subalternos le tuvieran cariño y así le perdonaran su falta de neuronas.

El tipo hoy está en una muy buena posición. Sus jefes ya saben que no es precisamente Einstein, pero como es tan “querido” es imposible tomar una decisión así que sigue llenándose los bolsillos de plata, sonriendo en los pasillos y dando unos resultados entre malos y estándar, pero él sigue vivito y coleando gracias a su capacidad de venderse correctamente a los clientes correctos.

Este es un ejemplo de networking. El tipo nos guste o no, tiene claro su objetivo y lo cumple. Sabe moverse, esconde su falta de neuronas y se camufla perfecto porque siempre consigue quien lo ayude a camuflarse.

Yo creo que debemos tratar de ser más genuinos en todo. Consistentes con la vida, con lo que mostramos que somos y con la esencia que nos manda al mundo. Creo firmemente en el networking, no en las roscas. Creo que la gente inteligente, bien intencionada y correcta puede tener el mejor networking y lograr recomendación y una marca personal que le permita crecer como quiere.

Esas roscas, esos grupos donde solo protejo a los amigos de mis amigos o solo pago favores, no deben incentivarse. Si eres bueno construyendo relaciones, realmente bueno, no eres lambón, ni adulador. 

Muestras resultados y cuestionas cuando hay que hacerlo, no pierdes tu esencia. Si eres bueno seguro te van a notar y seguro te van a recomendar. Ojalá los líderes busquen el juego limpio y no dejen que se permee esta mafia de roscas mediocres que no permiten la meritocracia.