ALEJANDRA CARVAJAL

Que el miedo no paralice su vida ni su empresa

Los mercados se paralizaron luego del ataque con drones a los pozos petroleros en Arabia Saudita. Luego de un ataque, ocurre lo mismo con las personas, las organizaciones o los países…pero ¿vale la pena?

Alejandra Carvajal, Alejandra Carvajal
17 de septiembre de 2019

Ayer los mercados despertaron alertados. Los ataques con drones a la empresa Aramco, la estatal más grande de Arabia Saudita, generaron la mayor variación porcentual en un mismo día del precio del petróleo Brent desde la guerra del Golfo Pérsico en 1991. Aramco produce diariamente unos 7 millones de crudo. La refinería atacada,  Abqaid, es considerada la más grande del mundo. Para que se haga una idea, Colombia produce en promedio cerca de 899.000 barriles al día. De ese tamaño es el problema.

Los futuros del petróleo Brent subieron un 19,5 %, alcanzando los 71,95 dólares por barril, algo que no se veía desde enero de 1991. En la misma vía, los futuros del West Texas Intermediate (WTI) subieron en un 15,5 % en un solo día, alcanzando los 63,34 dólares el barril, la mayor ganancia porcentual generada en un mismo día desde el 22 de junio de 1998.

El miedo generado por los ataques terroristas tiene efectos inmediatos en la economía mundial. Para nuestro país el mayor ingreso de divisas ayudará a disminuir los altos precios del dólar. Sin embargo, también impactará el alza del costo de los combustibles, lo cual nos pega en el bolsillo. Más allá de los drones, y el petróleo, el gran protagonista de la jornada es el miedo. La pregunta es ¿vale la pena?

La raíz del miedo

De manera inevitable recuerdo a mi amiga Pilar Jericó, autora del libro No Miedo. En él, Pilar hace un viaje a la raíz del miedo y muestra que este este surge como una amenaza a perder lo que se tiene. Según ella “cuando el valor que uno tiene de sí mismo radica en aquellas cosas que se poseen, el temor a perder los bienes materiales se convierte en el terror de que la existencia misma pierda sentido. Por el contrario, valorar el ser, antes que el tener, genera autoconfianza y constituye un escudo contra los miedos”.

Así como para las personas, para las empresas y los países el miedo genera unos costos incalculables. El precio del miedo es enorme. De acuerdo con la OIT (Organización Internacional del Trabajo), el estrés laboral es una de las principales causas de incapacidad en las empresas. La presión constante, así como la inmediatez con la que se requieren resultados son pan de cada día en las organizaciones. Por citar un ejemplo, multinacionales como Zara tardan aproximadamente 15 días en poner un producto en el mercado luego de ser diseñado. Con esta misma rapidez cambian sus directivos, lo cual en el largo plazo es nefasto para esa o cualquier organización. 

Al menos 322 millones de personas en el mundo sufren de depresión y otros 264 millones de personas padecen de ansiedad. Al igual que en la depresión económica, el miedo mina la salud de las personas, hasta llegar a descomponerla y ocasionar enfermedades como el cáncer.

En las crisis económicas (como la gran depresión o la recesión de 2007), el agobio es tal que durante ellas crece la tasa de suicidios, así como de enfermedades mentales. Nada de eso vale la pena, pues después de la tempestad siempre viene la calma, y todo vuelve a su lugar. Siempre.

Lo cierto es que nada importante se ha conseguido cuando prevalece el miedo; de ser así el hombre no hubiera llegado a la Luna, Colón no hubiera descubierto a América y los Aliados no hubieran desembarcado en Normandía, lo que posteriormente condujo a su victoria en la Segunda Guerra Mundial. Vencer el miedo siempre es más rentable y mejor, para la salud, el entorno y para la felicidad misma.

En la vida afrontamos muchos miedos, miedo a la muerte, al fracaso al éxito, a la soledad, a la enfermedad, etc. Lo importante de los miedos no radica en ellos, sino en cómo superarlos, en verlos a los ojos y vencerlos. El miedo siempre es una ventaja para hacernos más grandes. 

Donde haya profesionales y directivos dispuestos a enfrentar el miedo, habrá empresas talentosas y productivas. Los beneficios siempre serán enormes. Lo mismo aplica para nuestras vidas.

El  miedo nos lanza al lado oscuro (así como lo hizo con Darth Vader en la Guerra de las Galaxias). Permitir que este impere es el peor error. Siempre hay que desparalizarse, sacudirse, atreverse. Esa es una de las mejores maneras de crear felicidad.

Las mejores cosas de la vida jamás se han hecho con miedo. Siempre es mejor ser valientes.