MARIA ALEJANDRA GONZALEZ-PEREZ

Los obstáculos para China y su iniciativa del cinturón y la nueva Ruta de la Seda

La iniciativa del Cinturón y la nueva Ruta de la Seda (Belt and Road Initiative -BRI-), es un proyecto de China para nuevas modalidades de cooperación económica regional.

Maria Alejandra Gonzalez-Perez, Maria Alejandra Gonzalez-Perez
19 de agosto de 2018

Esta iniciativa, que incluye más de 60 países en Asia, África y Europa, y que abarca el 64% de la población mundial, puede considerarse como la mayor ambición económica internacional para estimular el desarrollo económico en regiones cubiertas por la iniciativa. 

Según Weidong Liu, del Instituto de Ciencias Geográficas e Investigación en Recursos Naturales en Beijing, “cinturón” es la abreviación para “cinturón económico de la ruta de la seda”, y “ruta” es “la ruta de la seda marítima del siglo XXI”. Liu explica que esta iniciativa tiene como objetivo promover el flujo de factores económicos libre y organizado, la distribución eficiente de recursos y una integración profunda de mercados.

Con esto, los países de  la “Iniciativa del Cinturón y la Ruta” conseguirían una coordinación de sus políticas económicas, permitiéndoles con esto aumentar la eficiencia de su cooperación, y construir una arquitectura económica regional que sea abierta, incluyente y balanceada, comenta Liu. 

Se puede decir que la membresía de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en diciembre de 2001 marca el comienzo con una fase de crecimiento sin precedente afuera y dentro de ese país. 

Peter Ferdinand, profesor de Chatham House y de la Universidad de Warwick en Inglaterra, describe en su artículo publicado en la revista Foreign Affairs, que desde la llegada al poder de Xi Jinping en el año 2012, la política exterior de China ha cambiado de ser resistente al riesgo, a una posición más entusiasta y optimista a un mundo mejor en donde el país asiático recobraría su lugar. 

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La idea del Cinturón y la nueva Ruta de la Seda, que se espera tenga un valor de más de 1 billón de dólares ha sido también llamada el Plan Marshall Chino, dado que se considera como campaña apoyada por el Estado para la dominación global con un paquete de estímulos para acelerar la economía que ha venido en crecimiento rezagado, y una campaña de marketing para la inversión china alrededor del mundo. 

La reciente guerra comercial con Estados Unidos ha afectado la diplomacia económica de los asiáticos y la iniciativa del Cinturón y la Ruta. Esta guerra es en gran parte una respuesta de Donald Trump a las quejas de las empresas estadounidenses con negocios en China, en donde manifiestan que han venido obligándolas a transferir propiedad intelectual, y con esto ese país se ha estado apropiando de secretos grandes que podrían ser de beneficio para Estados Unidos, y con los cuales China ha formulado su plan “Hecho en China 2025”. 

El plan “Hecho en China 2025” busca hacer una transición de industrias altamente dependientes de mano de obra intensiva (como la manufactura de ropa y calzado) e identifica 10 industrias asociadas a la “cuarta revolución industrial” en las cuales el país espera ser competitivo para el año 2025 y ser dominante globalmente.

Este plan incluye: robótica, vehículos con nueva energía, aeroespacial, biotecnología, envíos de alta gama, equipos ferroviarios avanzados, equipos de energía eléctrica, nuevos materiales, tecnologías de software de nueva generación, y maquinaria agrícola. Además del plan “Hecho en China 2025”, el país presentó en el año 2017 una estrategia de desarrollo centrada en Inteligencia Artificial, para convertirse al año 2030 en el principal centro de innovación de inteligencia artificial. 

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Varios gobiernos de los países que hacen parte de este macroproyecto han comenzado a repensar las implicaciones financieras de este proyecto debido a los altos compromisos de endeudamiento que comprometen los recursos de algunos países como Djibouti, Kirguistán, Laos, Maldivas, Mongolia, Montenegro, Pakistán y Tayikistán, en los que más del 50% de su deuda externa sería a China. 

Además de estas limitaciones, según la empresa estadounidense de ciberseguridad FireEye, China está usando esta iniciativa para espionaje de empresas y de proyectos de infraestructura en países de su interés estratégico, entre estos Bielorrusia, Maldivas, Malasia y Camboya. 

¿Cómo superará China estos obstáculos para ejecutar la totalidad de la iniciativa del Cinturón y la nueva Ruta de la Seda?