GREGORIO GANDINI

No perder de vista los precios

Uno de los indicadores a los cuales hay que seguirle la pista durante estos momentos de estrés en la economía son los precios, ya que reflejan de forma rápida las imperfecciones que se puedan presentar en la oferta de bienes y servicios.

Gregorio Gandini, Gregorio Gandini
15 de abril de 2020

Esta semana analizaré el dato de inflación del mes de marzo y los boletines de SIPSA para ver qué ha pasado y qué nos espera.

Cuando hablamos de oferta y demanda de un bien o un servicio siempre hay dos variables que están relacionadas a este ejercicio y es donde enfocamos nuestros análisis muchas veces, son la cantidad y los precios. Si bien ambos factores son claves, en este momento coyuntural cualquier fuente de información de rápida adaptación es una herramienta muy valiosa de diagnóstico del estado de la economía y las posibles decisiones de política monetaria.

Por supuesto el punto de referencia lógica para analizar el comportamiento de los precios en la economía es el Índice de Precios al Consumidor o IPC que calcula cada mes el Dane y cuyas variaciones nos permiten ver cuándo están aumentando o reduciéndose. El registro de marzo mostró precisamente un aumento con una tasa anual de 3.86% comparado con 3.72% del mes de abril, lo cual continúa mostrando una tendencia creciente tal y como puede verse en el gráfico 1. 

Gráfico 1. Elaboración y cálculos propios. Datos DANE

Un dato importante a tener en cuenta en términos de política monetaria es que el rango meta de la inflación del Banco de la República se encuentra situado entre 2% y 4% y si bien en su última reunión realizó un recorte de tasa de intervención ubicándola en 3.75%, de seguir subiendo los precios será un factor decisivo de la decisión de seguir esa senda de reducción. En la tabla del gráfico 1 organicé las variaciones de los diferentes grupos de gasto, que hacen parte de la canasta familiar para calcular el índice en función de su contribución a dicha variación de 3.86% y dos fuerzas saltan a la vista, por un lado, el grupo de Alimentos con 7.19% anual y un peso de 15.05% dentro del índice y el de Alojamiento con 3.33% pero un peso de 33.12%. De acuerdo a lo que veo esto nos muestra la unión de dos tendencias: la primera es coyuntural, los alimentos que siempre han sido un componente muy volátil dentro del IPC y la segunda es estructural, alojamiento es un grupo que ha venido aumentando desde el año anterior de forma constante.

Respecto a este aumento en los alimentos la pregunta que salta a la vista es ¿esto es un efecto de la coyuntura actual con picos en la demanda o estamos ante un problema más estructural de oferta de alimentos? Para poder responderla me voy a valer del Sistema de Información de Precios y Abastecimiento del Sector Agropecuario (Sipsa) del Dane, entre otros datos informa sobre las cotizaciones mayoristas de los principales productos agrícolas que componen la canasta de los alimentos y lo hace de forma semanal, lo cual es una gran indicación del movimiento de los grupos relacionados con alimentos del IPC. Así en el cuadro 1 he querido mostrar el comportamiento semanal de los precios promedios de algunos alimentos en Bogotá específicamente en Corabastos, de acuerdo al informe.

Tabla 1. Elaboración propia. Datos Informe SIPSA

Mi idea fue crear una canasta de algunos alimentos básicos dentro del consumo y a partir de calcular un promedio aritmético de sus precios de la tabla de precios por unidad, el cual si bien es una gran simplificación ya que asumo que todos los alimentos pesan lo mismo, nos permite aproximarnos a la tendencia del comportamiento para detectar los puntos clave, como se puede ver en el gráfico 2. Donde se ve el comportamiento semanal desde el 22 de febrero hasta el 10 de abril, donde se nota un pico importante en la semana entre el 21 y el 27 de marzo el cual empata con el simulacro de aislamiento de Bogotá y la primera semana de cuarentena nacional.

Gráfico 2. Elaboración y cálculos propios. Datos Informe SIPSA

Este pico y tendencia creciente se ven reflejados en el aumento de la inflación en marzo como vimos en la tabla del gráfico 1, lo que muestra un aumento en la demanda detonado por la situación de cuarentena y la prolognación de la misma, además este aumento de la demanda lleva a un aumento de precios por parte de los vendedores, por lo que se dio una medida temporal de control de precios por parte del gobierno que incluye ciertos alimentos como arroz para seco, leche larga vida, azúcar refinada, queso campesino, aceite de girasol, arveja verde, cebolla cabezona, cebolla en rama, papa negra, papa criolla, huevo, naranja. 

Es claro que en esta situación de tanta incertidumbre los hogares quieren aprovisionarse y compran alimentos de una forma mayor a lo normal, además la elasticidad de sus precios parece ser muy alta, lo que lleva a que cambios en su demanda aumenten en dicho nivel de precios de forma rápida y a una mayor fluctuación de un componente ya por demás volátil. Dicho de otra forma, el Gobierno busca reducir esa elasticidad temporalmente valiéndose del control de precios y de otras herramientas como el no pago de peajes para los trasportadores de alimentos que deberían abaratar los costos de intermediarios y reducir la especulación y finalmente en algún nivel frenar la dinámica de crecimiento de los precios. Es por eso que son un componente a no perder de vista por toda la información que proveen sobre las dinámicas de consumo de los hogares en esta coyuntura.