MIGUEL ÁNGEL HERRERA

Las empresas tienen corazón

La crisis del coronavirus exhibirá todas nuestras carencias como sociedad. A donde miremos hará falta algo, dentro y fuera del sistema de salud. El Gobierno nacional acierta en enfocar las políticas económicas más recientes en los más vulnerables.

Miguel Ángel Herrera, Miguel Ángel Herrera
26 de marzo de 2020

Algunas de las grandes empresas y algunos gremios comenzaron a entenderlo y a comunicarlo, pero aún no conocemos el verdadero impacto social y económico de esta crisis, por lo que se requiere que todas las empresas muestren su corazón de forma anticipada.

Bien han hecho los bancos en liderar con el ejemplo. Bancolombia ha mostrado coherencia con su “banca humana”. Fue la primera entidad financiera en anunciar el congelamiento del pago de los créditos de vivienda y de consumo por tres meses para más de 1,4 millones de personas naturales y negocios independientes;  y anunció una línea de productos financieros sin costo para pensionados. Davivienda, la entidad emblemática de los préstamos hipotecarios, ofreció el aplazamiento del pago de hasta seis cuotas de créditos de vivienda y hasta cuatro cuotas de créditos de consumo. Loable también que un banco no colombiano, le ponga corazón a las necesidades criollas. El BBVA anunció que todos sus trabajadores donarán un día de salario y que el banco aportará el mismo monto recogido. Adicionalmente, congelará cuotas hasta por seis meses para pago de créditos hipotecarios, de consumo, libranzas  y empresariales. 

Las empresas de consumo masivo son las que mejor conocen al ciudadano-consumidor. El Éxito anunció la entrega de 48.000 paquetes de alimentos en los hogares de niños y niñas de primera infancia. Está vendiendo 500.000 mercados básicos a precio de costo para entregarlos a quienes han perdido sus ingresos. Y se comprometió a anticipar el pago a 867 pequeños y medianos proveedores para mitigar el impacto en sus flujos de caja.  Bavaria anunció la donación de 100.000 unidades de gel antibacterial fabricadas con el alcohol que se extrae durante la producción de la Cerveza Águila Cero. Postobón entregará un millón de litros de agua a hospitales y comunidades vulnerables, más 9.000 millones de pesos para ventiladores que necesitan los pacientes infectados. Y Claro está dando 50% de datos adicionales y 50% de más velocidad en servicios de hogar, además de abrir 91 canales de TV, sin costo.

Es esperable que las empresas del sector farmacéutico y de dispositivos médicos contribuyan generosamente. Abbott gestiona la donación de 11.000 latas de Ensure y Reckitt Benckiser Health (RB Health) llevará gel antibacterial Dettol al personal de atención en salud, y Sustagen para la población. 

Es reconfortante que podamos contar con estas contribuciones empresariales sin haber alcanzado las primeras 72 horas de la cuarentena nacional de 19 días. Sin embargo hay aún un océano de oportunidades para seguir mitigando el impacto socioeconómico de este tsunami. Tenemos muchos frentes para que las empresas sigan actuando. Las iniciativas lanzadas benefician particularmente a la población urbana, pero pronto la pandemia se tomará los municipios del entorno de las grandes ciudades y posteriormente todos los municipios del país.  

Es hora también de dirigir las iniciativas empresariales hacia los grupos con condiciones específicas de salud. La población inmunodeprimida (VIH, cáncer, diabetes, etc), los discapacitados y las mujeres en embarazo en condiciones de vulnerabilidad, entre otras, requieren asistencia especial. Pero también los grupos con condiciones de vida frágil, como las madres solteras, los adultos mayores solos y los adultos mayores sin pensión.  

Muchos sectores productivos aún pueden contribuir. El sector de infraestructura -gran beneficiario de los impuestos de los colombianos- no ha mostrado su agenda, salvo Grupo Argos que anunció la donación 10.000 millones de pesos para mejorar la capacidad de atención del sistema de salud. 

Es comprensible la poca o nula capacidad de algunos sectores productivos para hacer contribuciones voluntarias en medio de la crisis, como es el caso del sector de hidrocarburos, la industria aeronáutica y el sector de turismo, entre otros. Pero hay otros sectores que están en mora de mostrar su corazón, como el sector de telecomunicaciones, el sector asegurador, la industria textil, el sector solidario, la industria de alimentos, el sector de aseo doméstico, la industria cosmética, plataforma digitales, entre muchos otros.

No se vale anunciar, como lo han hecho algunas megaempresas rentables y prósperas, que su contribución voluntaria es el teletrabajo para sus empleados, la cancelación de viajes, la postergación de eventos corporativos y la virtualización de sus asambleas de accionistas. ¡Por favor!